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Marcha del orgullo LGBTQ en El Salvador crece cada año

22.000 personas participaron en el evento del 25 de junio

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(Foto cortesía de Karla Guevara)

SAN SALVADOR, El Salvador — “No es posible que nuestra misma población LGBT que está en el poder nos excluya de nuestros derechos, nuestro reclamo es porque las poblaciones trans tienen que ser reconocidas por sus identidades”.

Fueron las palabras que Joaquín Cáceres de Asociación Entre Amigos en la apertura de la marcha del orgullo LGBTQ en El Salvador, que esta ocasión tuvo por lema: “Sin demora, Ley de Identidad ahora”, el cual se dio a conocer días atrás por las redes sociales de la Federación Salvadoreña LGBTI de El Salvador. 

El 25 de junio se realizó esta marcha, que partió desde las afueras de la Universidad de El Salvador (UES) hasta la Plaza Salvador del Mundo en Colonia Escalón de la capital, en dónde arrancaría el Pride Fest, organizado por El Salvador G.

Aproximadamente 22.000 personas LGBTQ, familiares y amigos, se hicieron presente este año a las calles capitalinas para visibilizar a esta población históricamente excluida y en diferentes expresiones exigir el respeto de los derechos de esta comunidad, en su mayoría hacían énfasis a que la Asamblea Legislativa debe legislar con premura en razón de una ley de identidad de género para el reconocimiento de las poblaciones trans.

Para Karla Guevara, directora del Colectivo Alejandría, fue grato ver mucha más gente que se suma a la marcha, principalmente por todo lo que se está viviendo “un contexto antidemocrático, retrasos en el tema de derechos humanos LGBT, donde los tomadores de decisión (principalmente los diputados) no quieren tocar temas como la ley de identidad de género y la ley de no discriminación”, expresó al Washington Blade. 

Además, Guevara hizo mención a la Ley Crecer Juntos para la Protección Integral de la Primera Infancia, Niñez y Adolescencia, presentada el 7 de junio por el despacho de la primera dama, Gabriela de Bukele, la cual fue aprobada el pasado 22 de junio con 76 votos por la Asamblea Legislativa. 

“En esa ley se obvió cualquier tema que tuviera que ver con la identidad de género de los niños, niñas y adolescentes”, de acuerdo con Guevara esto recluye a la niñez y adolescencia LGBTQ, pues no respetan su identidad, “veremos nuevamente en los centros educativos el bullying contra las personas trans y a todos aquellos con orientaciones sexuales distintas a la heterosexual”, agrega. 

Por otra parte, el diputado por el partido político Nuestro Tiempo, Johnny Wright Sol, se hizo presente a la marcha con una pequeña pancarta que rezaba: “ley de identidad de género, necesitamos 43 votos, tenemos un voto”, haciendo alusión que se cuenta con el suyo. Su presencia en la marcha se hizo notar entre los asistentes que no dudaron en acercarse a él, mostrarle solidaridad y tomarse una selfie. 

Paso a paso el evento fue un disfrute de cada una de las personas presentes; entre bailes con cachiporristas, batucadas, carros alegóricos, cosplays y muchas expresiones diferentes más, las consignas no se quedaban atrás. Entre los mensajes que podían leerse en los carteles estaban: “Nuestro amor no te afecta, ¡tu odio si!”, “Darnos nuestros derechos no te quita los tuyos”, “El amor es una experiencia humana, no una declaración política” y frases celebres como “Un tirano puede hacer que cualquier cosa parezca la voluntad del pueblo”, la cual fue dicha por el personaje de la Princesa Leia de icónica saga de Star Wars.

“Toda aquella persona que no está de acuerdo con las políticas públicas de los actuales funcionarios, incluido el presidente de la república, es vapuleado en redes sociales”, menciona Guevara sobre el mensaje que quiso transmitir con su Cosplay, también agregó que un tirano siempre hace creer que todo lo que se hace es a favor del pueblo, aunque no sea así. 

Miembros de la comunidad LGBTQ que pertenecen a grupos de fe en los que se respeta y da la bienvenida a toda persona sin discriminación, se hicieron presentes a la marcha, así es el caso de Hugo Alas, miembro del Ministerio de Diversidad Sexual de la Iglesia Anglicana de El Salvador (IAES), quien asiste a la marcha acompañado de su madre. 

“El participar de la marcha es tener la oportunidad de enviar un mensaje a la sociedad salvadoreña que la justicia y el amor de Jesús no excluye a las personas de la diversidad sexual y que podemos ser abiertamente LGBTIQ+ y cristianos”, comentó al Blade, refiriéndose a la IAES como un espacio donde las orientaciones sexuales e identidades no están en conflicto con sus necesidades espirituales. 

Agregó también que la marcha es una oportunidad para reclamar derechos, celebrar la vida, las experiencias. 

“Pero me causa mucha impresión ver que año con año cada vez somos más los que nos unimos a este movimiento y a esta celebración y esta oportunidad de salir a las calles a decirle a la sociedad, aquí estamos, existimos y queremos que nuestros derechos se nos respeten, sobre todo una ley de identidad de género para las personas trans”, expresa Alas. 

En el recorrido se pudo observar mucha comunidad internacional acompañando, entre ellas de Canadá, Honduras, Guatemala, Costa Rica, Argentina, Estados Unidos, entre otros. 

El encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos, Patrick Ventrell, junto a una comitiva, estuvieron presentes en la marcha y al hablar con medios compartió “expresamos nuestra solidaridad con toda la comunidad, la importancia de los derechos LGTBI como un derecho más. Son derechos humanos emblemáticos, fundamentales. Como lo han dicho el presidente Biden, el secretario de estado Blinken, en todo el mundo hay gente que ha sufrido acoso, violencia, simplemente por quienes son”.

Cierres de calles para el Pride sin autorización

El 24 de junio, un día antes del evento, Nicolas Rodríguez, director del Portal El Salvador G, publicó en su cuanto de twitter, “Respetable presidente @nayibbukele el sábado correrá GRAN PELIGRO VIAL más de 20,000 personas, todo por un desacierto técnico del @VMTElSalvador. Mire esta contradicción: hay permiso para la marcha del Pride, hay permiso para el evento en El Salvador el mundo, MAS NO DE LOS CIERRES. 

Estas declaraciones se dieron debido a que el Viceministerio de Transporte (VMT), no autorizó los cierres de las calles alrededor de la Plaza de El Salvador del Mundo, para dar seguridad a las personas que participarían del festival de cierre de la marcha. 

Durante toda la marcha se lograron visibilizar una cierta cantidad de agentes de transito del VMT, dando acompañamiento al bloque de aproximadamente 20 voluntarios del staff de la marcha que, en bicicletas y motocicletas, se desplazaron a lo largo de las decenas de cuadras del recorrido, para lograr cerrar las calles con conos de transito proporcionados por un patrocinador del evento.

Sin duda una encomiable labor de un equipo muy organizado, que no iba a permitir se diera algún incidente por la mala disposición de las autoridades de transporte. 

“Señor presidente de la república, acá está la población LGBT y como puede ver no cabemos en El Salvador del Mundo. Así que por favor VMT sean lógicos y el próximo año cierren las calles como debe ser”, expresó Rodríguez desde el escenario cuando la marcha llegaba a la plaza meta. 

El Salvador del Mundo se mostraba abarrotado de personas y la marcha continuaba llegando, de acuerdo con fuentes del lugar todavía faltaban un recorrido de 12 cuadras para que esta llegara a su fin. 

Antes de bajar del escenario el director de El Salvador G, hizo el recordatorio a la concurrencia que el país aún se encuentra en estado de excepción, por lo que aconsejó que “vayan con seguridad cuando regresen a sus casas, avisen a sus amigos y amigas dónde están y con quién está”.

La discriminación y la violencia contra la población LGBTQ siempre está latente en El Salvador, y viviendo en un estado de excepción, no está demás aconsejar a la comunidad que tengan las medidas necesarias para proteger su integridad. El exigir respeto, cumplimiento de derechos y la inclusión de leyes que apoyen a no vulnerar estos mismos, seguirán siendo las consignas de lucha del movimiento LGBTQ salvadoreño, hasta que el gobierno no se decida a tomar cartas en el asunto y dar un paso a una sociedad más equitativa y civilizada.   

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El Salvador

La marcha LGBTQ desafía el silencio en El Salvador

Se realizó el evento en San Salvador bajo la lluvia, pero con orgullo

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(Foto de Ernesto Valle por el Washington Blade)

SAN SALVADOR, El SalvadorEl reloj marcaba el mediodía cuando los primeros colores del arcoíris comenzaron a ondear frente a la emblemática Plaza del Divino Salvador del Mundo. A pesar de la incertidumbre generada en redes sociales, donde abundaban los rumores sobre una posible cancelación de la marcha por la diversidad sexual, la ciudad capital comenzaba a llenarse de esperanza, de resistencia y de orgullo.

Este año, la Marcha del Orgullo LGBTQ+ en El Salvador se desarrolló en un contexto tenso, en medio de un clima político que reprime y silencia a las voces disidentes. 

“Aunque las estadísticas digan que no existimos, viviendo en El Salvador, un país donde hoy, después de décadas de avances, defender los derechos humanos es de nuevo una causa perseguida, criminalizada y silenciada”, afirmaron representantes de la Federación Salvadoreña LGBTQ+.

A pesar de la cancelación del festival cultural que usualmente acompaña la marcha, los colectivos decidieron seguir adelante con la movilización, priorizando el sentido original de la actividad: salir a las calles para visibilizarse, exigir respeto a sus derechos y recordar a quienes ya no están.

A la 1:30 p.m., una fuerte lluvia comenzó a caer sobre la ciudad. Algunas de las personas presentes corrieron a refugiarse, mientras otras, debajo de sombrillas y de los escasos árboles en la plaza, decidieron mantenerse firmes. Los comentarios pesimistas no se hicieron esperar: “a lo mejor la cancelan por el clima”, “no se ve tanta gente como otros años”. Sin embargo, lo que siguió fue una muestra de resistencia: a las 2:05 p.m. las voces comenzaron a llamar a tomar las calles.

Visibilidad como resistencia

La marcha arrancó bajo una llovizna persistente. La Avenida Roosevelt y la Alameda Juan Pablo II se tiñeron de colores con banderas arcoíris, trans, lésbicas, bisexuales y otras que representan a los diversos sectores de la población LGBTQ. Cada bandera alzada fue un acto político, cada paso una declaración de existencia.

Desde la Plaza del Divino Salvador del Mundo hasta la Plaza Gerardo Barrios, frente a Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional, la marcha se convirtió en un carnaval de dignidad. Carteles con frases como “El amor no se reprime”, “Mi existencia no es delito” o “Marcho por quien ya no puede hacerlo” se alzaron entre las multitudes.

La movilización fue también un espacio para recordar a quienes han perdido la vida por la discriminación y el rechazo. Familias que marcharon por hijos, hijas o amigues que se suicidaron a causa del estigma. Personas que caminaron por quienes aún viven en el miedo, por quienes no pudieron salir del clóset, por quienes se han ido del país huyendo de la violencia.

Arte, fe y rebeldía

Una de las escenas más llamativas fue protagonizada por Nelson Valle, un joven gay que marchó vestido como sacerdote. 

“Hay muchas personas que secretamente asisten a ritos religiosos como en Semana Santa, y les gusta vivir en lo oculto. Pero la fe debe ser algo libre porque Dios es amor y es para todos”, dijo.

Valle utilizó su vestimenta como una forma de protesta contra las estructuras religiosas que aún condenan la diversidad sexual. 

“Un ejemplo de persona que abrió el diálogo del respeto fue el papa Francisco, abrió la mente y muy adelantado a su tiempo, porque dejó claro que hay que escuchar a toda persona que quiere encontrar a Dios”, agregó.

La marcha también incluyó bandas musicales, grupos de cachiporristas, carrozas artísticas, colectivos provenientes de distintos puntos del país, y manifestaciones de orgullo en todas sus formas. Fue un mosaico cultural que mostró la riqueza y diversidad de la población LGBTQ en El Salvador.

(Foto de Ernesto Valle por el Washington Blade)

Una lucha que persiste

Las organizaciones presentes coincidieron en su mensaje: la lucha por la igualdad y el reconocimiento no se detiene, a pesar de los intentos del Estado por invisibilizarlos. 

“Nuestros cuerpos se niegan a ser borrados y a morir en la invisibilidad de registros que no guardan nuestros nombres ni nuestros géneros”, declararon representantes de la Federación.

Además, agregaron: “Desde este país que nos quiere callar, levantamos nuestras voces: ¡La comunidad LGBTIQ+ no se borra! ¡El Salvador también es nuestro! Construyamos, entre todes, un país donde podamos vivir con Orgullo.”

El ambiente fue de respeto, pero también de desconfianza. La presencia de agentes policiales no pasó desapercibida. Aunque no hubo reportes oficiales de violencia, varias personas expresaron su temor por posibles represalias.

“Marchar hoy es también un acto de valentía”, comentó Alejandra, una joven lesbiana que viajó desde Santa Ana para participar. “Pero tenemos derecho a vivir, a amar, a soñar. Y si nos detenemos, les damos la razón a quienes nos quieren ver en silencio.”

Rumbo al futuro

Concluida la marcha frente a Catedral y el Palacio Nacional, muchas personas permanecieron en la plaza compartiendo abrazos, fotos y palabras de aliento. No hubo festival, no hubo escenario, pero hubo algo más valioso: una comunidad que sigue viva, que sigue resistiendo.

Los retos son muchos: falta de leyes de protección y que apoye las identidades de las personas trans, discriminación laboral, violencia por prejuicio, rechazo familiar, y una narrativa estatal que pretende que no existen. Pero la marcha del 28 de junio demostró que, aunque el camino sea cuesta arriba, la dignidad y el orgullo no se borran.

La lucha por un El Salvador más justo, más plural y más inclusivo continúa. En palabras de uno de los carteles más llamativos de ese día: “No estamos aquí para pedir permiso, estamos aquí para recordar que también somos parte de este país”.

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Colombia

Colombia avanza hacia la igualdad para personas trans

Fue aprobado en Comisión Primera de la Cámara la Ley Integral Trans

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El Congreso de Colombia (Foto de Michael K. Lavers por el Washington Blade)

OrgulloLGBT.co es el socio mediático del Washington Blade en Colombia. Esta nota salió en su sitio web.

En un hecho histórico para los derechos humanos en Colombia, la Comisión Primera de la Cámara de Representantes aprobó en primer debate el Proyecto de Ley 122 de 2024, conocido como la Ley Integral Trans, que busca garantizar la igualdad efectiva de las personas con identidades de género diversas en el país. Esta iniciativa, impulsada por más de cien organizaciones sociales defensoras de los derechos LGBTQ, congresistas de la comisión por la Diversidad y personas trans, representa un paso decisivo hacia el reconocimiento pleno de derechos para esta población históricamente marginada.

La Ley Integral Trans propone un marco normativo robusto para enfrentar la discriminación y promover la inclusión. Entre sus principales ejes se destacan el acceso a servicios de salud con enfoque diferencial, el reconocimiento de la identidad de género en todos los ámbitos de la vida, la creación de programas de empleo y educación para personas trans, así como medidas para garantizar el acceso a la justicia y la protección frente a violencias basadas en prejuicios.

Detractores hablan de ‘imposición ideológica

Sin embargo, el avance del proyecto no ha estado exento de polémicas. Algunos sectores conservadores han señalado que la iniciativa representa una “imposición ideológica”. La senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal anunció públicamente que se opondrá al proyecto de Ley Integral Trans cuando llegue al Senado, argumentando que “todas las personas deben ser tratadas por igual” y que esta propuesta vulneraría un principio constitucional. Estas declaraciones anticipan un debate intenso en las próximas etapas legislativas.

El proyecto también establecelineamientos claros para que las instituciones públicas respeten el nombre y el género con los que las personas trans se identifican, en concordancia con su identidad de género, y contempla procesos de formación y sensibilización en entidades estatales. Además, impulsa políticas públicas en contextos clave como el trabajo, la educación, la cultura y el deporte, promoviendo una vida libre de discriminación y con garantías plenas de participación.

¿Qué sigue para que sea ley?

La Ley aún debe superar varios debates legislativos, incluyendo la plenaria en la Cámara y luego el paso al Senado; pero la sola aprobación en Comisión Primera ya constituye un hito en la lucha por la igualdad y la dignidad de las personas trans en Colombia. En un país donde esta población enfrenta altos niveles de exclusión, violencia y barreras estructurales, este avance legislativo renueva la esperanza de una transformación real.

Desde www.orgullolgbt.co, celebramos este logro, invitamos a unirnos en esta causa impulsándola en los círculos a los que tengamos acceso y reiteramos nuestro compromiso con la visibilidad, los derechos y la vida digna de las personas trans. La #LeyIntegralTrans bautizada “Ley Sara Millerey” en honor de la mujer trans recientemente asesinada en Bello, Antioquia (ver más aquí); no es solo una propuesta normativa: es un acto de justicia que busca asegurar condiciones reales para que todas las personas puedan vivir con libertad, seguridad y respeto por su identidad.

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Noticias en Español

¿Hasta cuándo esperaremos el permiso para amar?

El nuevo Papa afirmó que la familia se funda en la “unión estable entre el hombre y la mujer”

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El Papa Leo XIV (Foto de Vatican News/X)

Las recientes declaraciones del Papa León XIV han reactivado un debate de enorme peso espiritual y pastoral: ¿cómo entiende la Iglesia el amor, la familia y la dignidad de las personas en toda su diversidad?

En su primer discurso oficial ante el cuerpo diplomático del Vaticano, el 16 de mayo de 2025, el Papa afirmó que la familia se funda en la “unión estable entre el hombre y la mujer”. Estas palabras, pronunciadas con claridad y convicción, reafirman la posición doctrinal tradicional sobre el matrimonio, el aborto y la llamada “ideología de género”. Pero para muchos, estas afirmaciones reabren heridas, traen a la superficie el dolor de sentirse nuevamente al margen, y avivan preguntas que no han encontrado todavía un espacio real de escucha dentro de la Iglesia.

Estas posturas no son nuevas. Ya en 2016, como obispo de Chiclayo, Perú, León XIV expresó su oposición a los programas de educación con perspectiva de género, argumentando que “buscan crear géneros que no existen” y defendiendo una visión binaria de la creación.

Tras el reciente fallecimiento del Papa Francisco —cuyo pontificado marcó una apertura tímida pero significativa hacia una pastoral de la misericordia—, la elección de León XIV suscitó tanto esperanzas como preocupaciones. Francisco, aunque enfrentó resistencias internas, dejó gestos importantes: la bendición a parejas del mismo sexo, el lenguaje de acogida y las exhortaciones a no cerrar las puertas. Pero sus esfuerzos, por valiosos que fueran, no dejaron de ser esfuerzos, porque la estructura misma de la Iglesia, anclada en siglos de doctrina conservadora, reaccionó con oposición firme, limitando cualquier posibilidad real de transformación profunda.

En mi artículo anterior “Cuando el humo blanco no es suficiente” (Pride Society Magazine, abril 2025), advertía que el humo de la elección papal no podía ser tomado como garantía de cambio. La emoción del momento, sin acciones concretas, corre el riesgo de volverse solo un símbolo sin sustancia. Hoy, esas palabras cobran nueva vigencia.

Pero este artículo no es una condena a ninguna iglesia. No es un ataque ni una burla. Es una reflexión desde la fe. Es un clamor desde el corazón pastoral de quienes acompañamos a muchas personas heridas por un discurso que, en nombre de Dios, ha excluido más que ha abrazado.

¿Por qué seguimos esperando el permiso para amar?

¿Por qué seguimos buscando validación en instituciones que, a menudo, nos han negado su respeto?

No pedimos aceptación como una concesión. Exigimos respeto como un derecho. El Evangelio no fue escrito para algunos. Fue proclamado para todos.

Y es aquí donde debemos detenernos. Porque muchas veces, frente a declaraciones como estas, el miedo nos asalta, nos invade y nos paraliza. Nos deja vacilantes. Dudamos de nuestro valor, de nuestra fe, de nuestro lugar en la comunidad. Pero en medio de esas sombras, el Evangelio alza su voz con claridad:

“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor” (1 Juan 4:18).

Ese amor no viene de doctrinas. Viene de Dios. Y quien vive en ese amor, no tiene por qué temer.

También es necesario reconocer que quienes tenemos la responsabilidad de enseñar, predicar y liderar en las iglesias, no siempre medimos el poder de nuestras palabras. Con frecuencia, hemos usado la Biblia y las doctrinas como fusiles, y hemos arrinconado a quienes no encajan en nuestras categorías teológicas. ¿De qué sirve hablar de inclusión si no escuchamos? ¿De qué sirve predicar el amor si excluimos con nuestras prácticas?

La Iglesia —toda Iglesia— está llamada a reflejar el corazón de Dios. Y ese corazón no clasifica, no discrimina, no teme a la diversidad. Ese corazón solo sabe amar.

Como dijo el apóstol Pablo:

“Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay hombre ni mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús” (Gál 3:28).

Hoy repito con fuerza: el Dios que conozco no condena el amor. El Dios que conozco condena el odio.

Y mientras haya personas que aman, que buscan justicia, que luchan por ser quienes son sin miedo, Dios seguirá caminando con ellas.

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