Noticias en Español
‘Personas LGBT son iguales ante los ojos de Dios y ante la ley’
Josué Godoy se postula por la Asamblea Legislativa de El Salvador
SANTA ANA, El Salvador – El Salvador está próximo a sus elecciones presidenciales, Parlamento Centroamericano, consejos municipales y diputados, la campaña para estos último dará inicio el 3 de diciembre y finalizará el 31 de enero, sin embargo, ya se escuchan nombres conocidos para optar por un curul en la Asamblea Legislativa de El Salvador. Este es el caso del ex diputado y ahora candidato a la diputación Josué Godoy quien fungió como congreso en el período de 2015 a 2018 como diputado suplente y en el período de 2019 a 2021 como diputado propietario y presidente del grupo Parlamentario de Jóvenes, en ambas ocasiones por el partido Alianza Republicana Nacionalista.
Godoy siempre se caracterizó por seguir una línea de apoyo a temáticas con las cuales el instituto político en el que estaba no apoyaba, tal es el caso de las declaraciones dadas en el 2019, en donde rompió el silencio al hablar sobre el incumplimiento de derechos humanos que se da en el país hacia la población LGBTQ, entre otros temas.
“Siempre tuve una postura bien independiente y cercana a la opinión de la gente, además de que me mantuve resistencia para que el partido se transformara y escuchara a las nuevas generaciones, también para que se acoplara a la agenda y necesidades de los salvadoreños. Esto nunca se hizo”, cuenta al Washington Blade, Godoy.
Su postura de trabajo y manera de llevar su cargo siempre se mantuvo firme, muy similar a la manera de actuar de la recordaba Gloria Salguero Gross, quien en vida fue la segunda mujer presidenta de la Asamblea Legislativa, en el período de 1994 a 1997. Misma que Godoy reconoce como un gran referente en la política nacional, a quien admiró mucho.
“A pesar de no contar siempre con el apoyo de su partido, ella siempre puso al centro los intereses de los ciudadanos”, expresó.
Godoy renuncio de ARENA con el que comenzó en la política en el año 2022 y aseguró que “no participaba más en política, porque no veía ninguna transformación en ningún instituto político”, esto debido a que las bases de su ex partido no ceden en seguir la misma línea de trabajo que han llevado hasta el momento.
José Hernández y Reynaldo Carballo del Partido de la Nueva Democracia Cristiana, le expresaron que el mismo tuvo una transformación, desde la expulsión del ex presidente del partido Rodolfo Parker en noviembre del 2021, la cual, dicho sea de paso, dieron a conocer en los medios de comunicación que se debió por haber “violado los estatutos del partido”. Debido a todos los cambios estructurales, le ofrecieron la Secretaría Departamental de Santa Ana del PDC.
“Generalmente los partidos políticos cobijan a los funcionarios y no los confrontan o los expulsan, como fue en este caso. Y eso me habló muy bien de la nueva dirigencia del PDC”, expresó muy motivado Godoy, alegando también que la Asamblea Legislativa necesita verdadera representatividad de las poblaciones y las temáticas que no se mencionan dentro del Congreso salvadoreño.
Entre las líneas de trabajo que propondría está la “descentralizar la economía hacia el interior del país, con un enfoque medio ambiental”. Menciona que esto será tomando en cuenta el turismo y la diversificación de la agricultura, esto debido a que según sus palabras, “no hay salvadoreño que no esté viviendo la crisis económica actual”.
La siguiente línea que propondría será “el transporte público y la crisis de tráfico”, sobre todo mencionó que el subsidio no debe ser para los transportistas, “sino para los usuarios”.
Y como tercera línea, pero no menos importante, “la educación sexual y reproductiva, para contra restar el embarazo en niñas y adolescentes que sigue siendo alto”. También incluirá acá la inclusión y el respeto de los derechos humanos de las poblaciones en situación de vulnerabilidad, “entre ellos la población LGBTQ+”.
Godoy se siente motiva a participar en estas nuevas elecciones porque menciona que las personas ya le conocen “como funcionario público, como ciudadano y sobre todo como político”, con esto último agrega que siempre ha priorizado la agenda de los salvadoreños a la de un partido político, por lo que su línea de trabajo se espera no será afectada.
Este tiempo fuera de la política, Godoy expresa que lo ha utilizado para conocer más de las necesidades de las personas y al asumir la Secretaría Departamental del PDC no fue la excepción.
El PDC, según Godoy, ha comprendido que debe ponerse del lado de los salvadoreños, pues tendrán una agenda de trabajo para todos los salvadoreños sin excepciones, “una de las condiciones al aceptar la secretaría, es que me permitieran poner candidaturas, completamente renovadas e inclusivas en Santa Ana, hay participación de mujeres emprendedoras, personas de pueblos originarios, ambientalistas, jóvenes y personas de la población LGBT”, agrega.
Esto se debe a que el candidato a diputado se dio a la labor de ir a territorio a buscar liderazgos a los que nunca se les había dado la oportunidad, “tal es el caso de Candelaria la Frontera, en donde llevamos un regidor en el Consejo de Santa Ana Oeste, que es muy activo en su trabajo”, comenta Godoy, sobre Edgar Orellana.
En el pasado el partido por el cual lanza su candidatura Godoy se dio a conocer por no apoyar temas que tuvieran que ver con el respeto de los derechos humanos o cualquier otra temática que de verdad beneficiara a la población salvadoreña, de acuerdo con sus palabras esto se daba porque “Rodolfo Parker tenía secuestrado al partido y lo ocupaba para ser detractor de temas que no se acoplaran a su agenda personal.”
Agrega que el PDC sabe que “todos somos iguales ante los ojos de Dios y todos somos iguales ante la ley, entonces no podes ocupar un partido para una agenda personal.”
A todas luces Godoy demuestra que el trabajo que la Nueva Democracia Cristiana en Santa Ana trae un nuevo proyecto político, que demuestra ser más inclusivo con todas aquellas personas que quieran trabajar en la política por un mejor Santa Ana y un mejor El Salvador.
Sin embargo, no deja de lado que estás próximas elecciones representan un reto, al ser una nueva configuración de 60 diputados para la Asamblea Legislativa, “ahora un diputado va a representar muchísima más población de la que ahora representaba.” Por esto menciona que la gente necesita personas que ya sepan como llevar este trabajo y velen en verdad por un desarrollo económico y el respeto de los derechos.
“Mientras fui diputado, las puertas de mi oficina siempre estuvieron abiertas y di apretura a muchas iniciativas de ley; cuando fui parte de la Comisión de la Mujer e Igualdad de Género, fui de las personas que dio su voto para que se estudiara la Ley de Identidad, aunque no se lograran los votos, pero el mío si estuvo”, menciona Godoy.
Anteproyecto de ley que fue presentado en marzo de 2018 por la Mesa Permanente por una Ley de Identidad de Género en El Salvador, que une a varias de las organizaciones de personas trans que han trabajado por años dicho proyecto. Dicha iniciativa, fue rechazada junto a otros 30 expedientes pendientes de estudio, “tras considerarlos obsoletos y no acordes a la realidad”, según anunció el órgano legislativo desde su Comisión de la Mujer e Igualdad de Género.
Estas próximas elecciones es el pueblo salvadoreño quien decide siempre si la historia seguirá repitiéndose o no, porque de acuerdo con Godoy, los partidos políticos son banderas y las banderas no hacen acciones, “son las personas las que realizan los cambios …”
Colombia
Colombia anunció la inclusión de las categorías ‘trans’ y ‘no binario’ en los documentos de identidad
Registraduría Nacional anunció el cambio el 28 de noviembre
Ahora los ciudadanos colombianos podrán seleccionar las categorías ‘trans’ y ‘no binario’ en los documentos de identidad del país.
Este viernes la Registraduría Nacional del Estado Civil anunció que añadió las categorías ‘no binario’ y ‘trans’ en los distintos documentos de identidad con el fin de garantizar los derechos de las personas con identidad diversa.
El registrador nacional, Hernán Penagos, informó que hizo la inclusión de estas dos categorías en los documentos de: registro civil, tarjeta de identidad y cédula de ciudadanía.
Según la registraduría: “La inclusión de estas categorías representa un importante avance en materia de garantía de derechos de las personas con identidad de género diversa”.
Estas categorías estarán en el campo de ‘sexo’ en el que están normalmente las clasificaciones de ‘femenino’ y ‘masculino’ en los documentos de identidad.
En 2024 se inició la ejecución de diferentes acciones orientadas implementar componentes “‘NB’ y ‘T’ en el campo ‘sexo’ de los registros civiles y los documentos de identidad”.
Las personas trans existen y su identidad de género es un aspecto fundamental de su humanidad, reconocido por la Corte Constitucional de Colombia en sentencias como T-236/2023 y T-188/2024, que protegen sus derechos a la identidad y no discriminación. La actualización de la Registraduría implementa estos fallos que ya habían ordenado esos cambios en documentos de identidad.
Por su parte, el registrador nacional, Penagos, comentó que: “se trata del cumplimiento de unas órdenes por parte de la Corte Constitucional y, en segundo lugar, de una iniciativa en la que la Registraduría ha estado absolutamente comprometida”. Y explicó que en cada “una de las estaciones integradas de servicio de las más de 1.200 oficinas que tiene la Registraduría Nacional se va a incluir todo este proceso”.
El Salvador
El Salvador: el costo del silencio oficial ante la violencia contra la comunidad LGBTQ
Entidades estatales son los agresores principales
En El Salvador, la violencia contra la población LGBTQ no ha disminuido: ha mutado. Lo que antes se expresaba en crímenes de odio, hoy se manifiesta en discriminación institucional, abandono y silencio estatal. Mientras el discurso oficial evita cualquier referencia a inclusión o diversidad, las cifras muestran un panorama alarmante.
Según el Informe 2025 sobre las vulneraciones de los derechos humanos de las personas LGBTQ en El Salvador, elaborado por el Observatorio de Derechos Humanos LGBTIQ+ de ASPIDH, con el apoyo de Hivos y Arcus Foundation, desde el 1 de enero al 22 de septiembre de 2025 se registraron 301 denuncias de vulneraciones de derechos.
El departamento de San Salvador concentra 155 de esas denuncias, reflejando la magnitud del problema en la capital.
Violencia institucionalizada: el Estado como principal agresor
El informe revela que las formas más recurrentes de violencia son la discriminación (57 por ciento), seguida de intimidaciones y amenazas (13 por ciento), y agresiones físicas (10 por ciento). Pero el dato más inquietante está en quiénes ejercen esa violencia.
Los cuerpos uniformados, encargados de proteger a la población, son los principales perpetradores:
- 31.1 por ciento corresponde a la Policía Nacional Civil (PNC),
- 26.67 por ciento al Cuerpo de Agentes Municipales (CAM),
- 12.22 por ciento a militares desplegados en las calles bajo el régimen de excepción.
A ello se suma un 21.11 por ciento de agresiones cometidas por personal de salud pública, especialmente por enfermeras, lo que demuestra que la discriminación alcanza incluso los espacios que deberían garantizar la vida y la dignidad.
Loidi Guardado, representante de ASPIDH, comparte con Washington Blade un caso que retrata la cotidianidad de estas violencias:
“Una enfermera en la clínica VICITS de San Miguel, en la primera visita me reconoció que la persona era hijo de un promotor de salud y fue amable. Pero luego de realizarle un hisopado cambió su actitud a algo despectiva y discriminativa. Esto le sucedió a un hombre gay.”
Este tipo de episodios reflejan un deterioro en la atención pública, impulsado por una postura gubernamental que rechaza abiertamente cualquier enfoque de inclusión, y tacha la educación de género como una “ideología” a combatir.
El discurso del Ejecutivo, que se opone a toda iniciativa con perspectiva de diversidad, ha tenido consecuencias directas: el retroceso en derechos humanos, el cierre de espacios de denuncia, y una mayor vulnerabilidad para quienes pertenecen a comunidades diversas.
El miedo, la desconfianza y el exilio silencioso
El estudio también señala que el 53.49 por ciento de las víctimas son mujeres trans, seguidas por hombres gays (26.58 por ciento). Sin embargo, la mayoría de las agresiones no llega a conocimiento de las autoridades.
“En todos los ámbitos de la vida —salud, trabajo, esparcimiento— las personas LGBT nos vemos intimidadas, violentadas por parte de muchas personas. Sin embargo, las amenazas y el miedo a la revictimización nos lleva a que no denunciemos. De los casos registrados en el observatorio, el 95.35 por ciento no denunció ante las autoridades competentes”, explica Guardado.
La organización ASPIDH atribuye esta falta de denuncia a varios factores: miedo a represalias, desconfianza en las autoridades, falta de sensibilidad institucional, barreras económicas y sociales, estigma y discriminación.
Además, la ausencia de acompañamiento agrava la situación, producto del cierre de numerosas organizaciones defensoras por falta de fondos y por las nuevas normativas que las obligan a registrarse como “agentes extranjeros”.
Varias de estas organizaciones —antes vitales para el acompañamiento psicológico, legal y educativo— han migrado hacia Guatemala y Costa Rica ante la imposibilidad de operar en territorio salvadoreño.
Educación negada, derechos anulados
Mónica Linares, directora ejecutiva de ASPIDH, lamenta el deterioro de los programas educativos que antes ofrecían una oportunidad de superación para las personas trans:
“Hubo un programa del ACNUR que lamentablemente, con todo el cierre de fondos que hubo a partir de las declaraciones del presidente Trump y del presidente Bukele, pues muchas de estas instancias cerraron por el retiro de fondos del USAID.”
Ese programa —añade— beneficiaba a personas LGBTQ desde la educación primaria hasta el nivel universitario, abriendo puertas que hoy permanecen cerradas.
Actualmente, muchas personas trans apenas logran completar la primaria o el bachillerato, en un sistema educativo donde la discriminación y el acoso escolar siguen siendo frecuentes.
Organizaciones en resistencia
Las pocas organizaciones que aún operan en el país han optado por trabajar en silencio, procurando no llamar la atención del gobierno. “Buscan pasar desapercibidas”, señala Linares, “para evitar conflictos con autoridades que las ven como si no fueran sujetas de derechos”.
Desde el Centro de Intercambio y Solidaridad (CIS), su cofundadora Leslie Schuld coincide. “Hay muchas organizaciones de derechos humanos y periodistas que están en el exilio. Felicito a las organizaciones que mantienen la lucha, la concientización. Porque hay que ver estrategias, porque se está siendo silenciado, nadie puede hablar; hay capturas injustas, no hay derechos.”
Schuld agrega que el CIS continuará apoyando con un programa de becas para personas trans, con el fin de fomentar su educación y autonomía económica. Sin embargo, admite que las oportunidades laborales en el país son escasas, y la exclusión estructural continúa.
Matar sin balas: la anulación de la existencia
“En efecto, no hay datos registrados de asesinatos a mujeres trans o personas LGBTIQ+ en general, pero ahora, con la vulneración de derechos que existe en El Salvador, se está matando a esta población con la anulación de esta.”, reflexiona Linares.
Esa “anulación” a la que se refiere Linares resume el panorama actual: una violencia que no siempre deja cuerpos, pero sí vacíos. La negación institucional, la falta de políticas públicas, y la exclusión social convierten la vida cotidiana en un acto de resistencia para miles de salvadoreños LGBTQ.
En un país donde el Ejecutivo ha transformado la narrativa de derechos en una supuesta “ideología”, la diversidad se ha convertido en una amenaza política, y los cuerpos diversos, en un campo de batalla. Mientras el gobierno exalta la “seguridad” como su mayor logro, la población LGBTQ vive una inseguridad constante, no solo física, sino también emocional y social.
El Salvador, dicen los activistas, no necesita más silencio. Necesita reconocer que la verdadera paz no se impone con fuerza de uniformados, sino con justicia, respeto y dignidad.
Noticias en Español
Un país que vota desde el miedo y la esperanza
Candidatos pro-LGBTQ ganaron en todo el país
Estados Unidos volvió a las urnas el 4 de noviembre de 2025, y el resultado fue mucho más que una contienda electoral. Lo que se vivió en Virginia, Nueva Jersey, Nueva York, Miami y California fue una radiografía moral y política de una nación que vota entre el miedo y la esperanza. Los votantes hablaron desde la incertidumbre, pero también desde la convicción de que el país todavía puede ser un espacio de justicia, inclusión y respeto.
Las victorias de Abigail Spanberger en Virginia y Mikie Sherrill en Nueva Jersey, junto al ascenso del progresista Zohran Mamdani a la alcaldía de Nueva York, el avance demócrata en Miami y la aprobación de la Proposición 50 en California, marcaron el ritmo de una elección que dejó un mensaje claro para la administración Trump: el miedo puede movilizar, pero no logra sostener el poder. La ciudadanía eligió con el corazón, cansada de los discursos de odio y del espectáculo político, y con la esperanza de reencontrarse con una política que mire hacia la gente, no hacia el poder.
El caso de Nueva York sintetiza ese cambio de rumbo. Zohran Mamdani, hijo de inmigrantes, musulmán y abiertamente progresista, centró su discurso de victoria en la defensa de la dignidad humana y la solidaridad.
“Esta noche hicimos historia”, dijo ante una multitud diversa que lo vitoreaba. “Nueva York seguirá siendo una ciudad de inmigrantes: una ciudad construida por inmigrantes, impulsada por inmigrantes y, a partir de esta noche, liderada por un inmigrante”.
Pero su mensaje más poderoso fue el que dedicó a las comunidades más vulnerables: Aquí creemos en defender a quienes amamos, ya seas inmigrante, miembro de la comunidad trans, una de las muchas mujeres negras que Donald Trump despidió de un trabajo federal, una madre soltera que aún espera que bajen los precios de los alimentos o cualquier otra persona que se encuentre contra la pared”.
Esas palabras resonaron como una respuesta a los años de retrocesos y ataques legislativos contra las personas LGBTQ y, en especial, contra la comunidad trans. Mamdani prometió ampliar y proteger el acceso a la atención médica afirmativa de género, destinando fondos públicos para garantizar que “todos los neoyorquinos tienen acceso al tratamiento médico que necesitan”. Su compromiso coloca a Nueva York como un faro de resistencia frente a la ola de políticas restrictivas que han surgido en varios estados del país.
Lo ocurrido en noviembre tiene, además, un profundo significado para quienes viven en los márgenes del poder. Para la comunidad trans, estos resultados representan algo más que un respiro político: son una afirmación de existencia. En tiempos donde el discurso oficial ha buscado borrar identidades, negar tratamientos y criminalizar cuerpos, la victoria de líderes que defienden la inclusión devuelve la esperanza de vivir sin miedo. El voto trans, y el voto LGBTQ en general, fue más que un gesto cívico: fue un acto de supervivencia y de resistencia.
La elección también habló al corazón de las comunidades inmigrantes, de las personas que viven con VIH o enfermedades crónicas, de las minorías raciales y de quienes luchan por un salario justo. En un país donde tantos sienten que la política los ha olvidado, estas victorias locales devuelven la posibilidad de creer en la democracia como herramienta de transformación. Son un recordatorio de que la esperanza no es ingenuidad, sino el acto más valiente de quienes deciden seguir de pie.
Miami, por su parte, envió una señal inesperada. En un bastión republicano históricamente alineado con la administración Trump, la candidata demócrata tomó la delantera y forzó una segunda vuelta. En una ciudad diversa, con fuerte presencia latina, afrodescendiente e LGBTQ, el avance progresista fue un mensaje de ruptura con el voto automático y con la política del miedo. Las urnas del sur de la Florida demostraron que los cambios comienzan en los lugares menos previsibles.
Para la administración Trump, la lectura es clara. El país está enviando una advertencia: los derechos humanos no se negocian. La economía importa, pero también importa la dignidad. Los votantes quieren soluciones reales, no eslóganes; respeto, no manipulación; empatía, no imposición.
Las comunidades LGBTQ y trans han sido el rostro visible de una resistencia que no se rinde. Cada voto emitido fue un acto de esperanza frente al miedo; cada victoria, una respuesta a la violencia simbólica e institucional. Las palabras del nuevo alcalde de Nueva York se convirtieron en símbolo nacional porque trascendieron la política partidista: recordaron que en medio de la oscuridad, la humanidad todavía puede ser una política pública.
Las urnas de noviembre hablaron con la voz de quienes han sido marginados, atacados o invisibilizados. Hablan las personas trans que exigen respeto, las parejas que defienden su amor, los jóvenes que no aceptan ser silenciados, los creyentes que apuestan por una fe inclusiva y las familias que siguen creyendo en un país posible. En medio del miedo, el país eligió esperanza. Y esa esperanza —imperfecta, frágil, pero viva— puede ser el principio de una nueva historia: una en la que la igualdad no sea un sueño, sino una promesa cumplida.
