Connect with us

Noticias en Español

Maduro o Guaidó, una crisis que también alcanza a la ciudadanía LGBTI+

Los EEUU reconoce a Guaidó como presidente venezolano

Published

on

La frontera entre Venezuela y Colombia cerca de Paraguachón, Colombia, el 7 de marzo de 2018. Los EEUU ha reconocido a Juan Guaidó como presidente del país chavista. (Foto del Washington Blade por Michael K. Lavers)

Nota del editor: Tremenda Nota es la pareja del Washington Blade en Cuba. Esta nota salió en su sitio web el 25 de enero.

Al cabo de dos décadas de gobierno, el chavismo no resolvió las demandas de gais, lesbianas, bisexuales y trans, y algunas veces hizo retroceder sus derechos.

Venezuela tiene dos presidentes desde este miércoles, cada uno reconocido por una parte de la comunidad internacional en una toma de partido que recuerda los bloques de la Guerra Fría.

Estados Unidos, Canadá y buena parte de América Latina reconocen como jefe de Estado interino a Juan Guaidó, líder opositor y presidente de la Asamblea Nacional declarada “en desacato” en 2016 por el poder ejecutivo, mediante una polémica operación que selló el desacuerdo entre el oficialismo y la oposición.  

Rusia, China, México y Cuba respaldan a Nicolás Maduro, heredero político de Hugo Chávez y de dos décadas de gobierno a cargo del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

La comunidad LGBTI+ se encuentra tan dividida ante la proclamación de Guaidó como el resto de la sociedad venezolana.

Gais, lesbianas y trans estuvieron entre los cientos de miles de personas que celebraron en Caracas lo que parece un punto de giro hacia la democracia, pero también acudieron al llamado del gobierno desde el balcón del Palacio de Miraflores donde Maduro anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Estados Unidos, ante un grupo de seguidores muy disminuido.

Tamara Adrián, la primera diputada transexual de Venezuela, dijo en declaraciones exclusivas a Tremenda Nota que las décadas de gobierno del PSUV “han significado un retroceso para los derechos de la comunidad LGBTI+”.

Durante veinte años, desde 1977, se reconoció en los documentos legales de Venezuela la identidad de las personas transexuales sometidas a cirugías de reasignación sexual. Pero esta disposición razonable, al parecer, duró hasta apenas dos décadas.

“Con la ocupación del poder judicial por Chávez, y la sustitución de jueces profesionales por jueces nombrados a dedo, removidos por cualquier razón, sucedió que desde 1998 no se ha reconocido la identidad de ninguna persona trans”, aseguró la diputada de la Asamblea Nacional impugnada por el gobierno de Maduro.

Tamara Adrián en Washington en 2016. (Foto del Washington Blade por Michael Key)

Mientras algunos países de América Latina implementan leyes que admiten la identidad percibida sin necesidad de ir al quirófano, Venezuela ni siquiera actualiza los documentos de quienes se han operado.

La propia Tamara Adrián llegó al Parlamento venezolano con una cédula a nombre de Tomás Adrián.

La diputada, de 64 años, es abogada y profesora de Derecho en varias universidades. Fue electa por el partido Voluntad Popular, de centro izquierda y afiliado a la Internacional Socialista, el mismo que lidera Juan Guaidó.

Tamara dice que nunca fue discriminada en su labor como activista o parlamentaria.

“Soy conocida y respetada por mi trabajo social de base, por mi trabajo académico y por mi seriedad en todo lo que hago. Nunca he sentido discriminación”.

En cambio, bajo el gobierno de Hugo Chávez aumentó la invisibilidad de transexuales y transgéneros.

El reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo condenaba la discriminación por Opción sexual, una categoría que fue modificada bajo el gobierno de Chávez por Orientación sexual. De todos modos, el cambio dejó “desprotegidas la identidad y expresión de género”, especifica Tamara.

Hace una década, en febrero de 2008, el Tribunal Supremo de Justicia, un órgano controlado por el PSUV, emitió un polémico veredicto sobre el matrimonio igualitario.

“Decidió que las parejas del mismo sexo eran ontológicamente diferentes de las parejas heterosexuales, por ende, no aplica para ellas el matrimonio ni las uniones estables de hecho”, explica la diputada.

Se admitió entonces que la Asamblea Nacional tendría potestad para regular derechos aplicables a estas parejas, siempre que tuviesen un rango y un alcance menor.

“Sería otra forma segregada de protección”, dijo Tamara.

Gobierno y oposición, las dos opciones para el activismo

Ingrid Baron, activista lesbiana y simpatizante del PSUV, cree que “tanto ataque y saboteo internacional” impidieron reconocer al chavismo la igualdad jurídica de la comunidad LGBTI+.

“No hemos podido sentarnos a debatir y construir nuestras agendas, sin embargo, creo firmemente que tenemos avances”, aseguró.

La parte de la sociedad civil favorable al chavismo, a la que pertenece Ingrid como miembro de Base Lésbica Venezuela, participa en las mesas de trabajo de la Asamblea Nacional Constituyente e intenta impulsar leyes a favor del colectivo LGBTI+.

Sin embargo, la Asamblea Nacional Constituyente es criticada porque “se convocó sin referéndum ― se hizo una elección fraudulenta ― y no es reconocida por nadie prácticamente”, afirma Tamara Adrián.

El 23 de enero, Ingrid Baron se fue hasta el Palacio de Miraflores después que Diosdado Cabello, vicepresidente del gobierno de Nicolás Maduro, pidió a los militantes chavistas que custodiaran el edificio.

“Estoy en la calle de mi patria”, dijo Ingrid a Tremenda Nota esa noche.

“Nos trasladamos para allá (Miraflores), luego que avisaron de la locura de la derecha de este país, y hemos pedido la aprehensión inmediata de Guaidó y sus cómplices”, contó.

Con casi veinte muertos cerró la primera jornada en que Venezuela tenía dos presidentes.

Rosmit Mantilla está en París, exiliado. Tiene 36 años y es el primer diputado abiertamente gay en la historia del parlamento venezolano, como Tamara Adrián fue la primera mujer trans.

En 2014 fue a prisión en Venezuela, “por ser activista LGBT+ de Voluntad Popular, el primer partido y el único partido que reconoce al grupo LGBT+”. Fue liberado en 2016 después de dos años. Amnistía Internacional lo había declarado preso de conciencia.

“Una vez en libertad comencé con mis funciones como parlamentario en la Asamblea Nacional con muchas expectativas hasta que Nicolás Maduro secuestró el parlamento y sus funciones y no se pudo avanzar más hasta el día de hoy”, contó Rosmit a Tremenda Nota.

Para Ingrid, como para tantos chavistas, “estuvo privado de libertad por estar inmerso en el tema de las guarimbas.”

“El PSUV tenía un secretariado de diversidad que nunca fue reconocido, nunca permitieron que sus candidatos se inscribieran (en las elecciones)”, recuerda Mantilla. “Ellos son homófobos: Maduro, cuando quiere insultar a un opositor lo llama pelucón, maricón”.

En efecto, la campaña por la presidencia después de la muerte de Hugo Chávez tuvo un sabor homofóbico.

Nicolás Maduro, al inscribir su candidatura, dijo “yo sí tengo mujer, me gustan las mujeres”, una alusión a la presunta homosexualidad del candidato opositor Henrique Capriles Radonski. La escena, que fue sellada con un beso a Cilia Flores, cuadro del PSUV y primera dama, fue considerada un insulto por la comunidad LGBTI+.

En 2017, ya desautorizada la Asamblea Nacional y con la Asamblea Constituyente en funciones, el presidente venezolano dijo a la televisión que estaba a favor del matrimonio igualitario.

“Ya entregamos la propuesta para los articulados de la nueva Constitución y, de paso, se creó la Oficina de Atención y Defensa a la Diversidad Sexual”, reveló Baron a Tremenda Nota.

La activista aseguró que en Venezuela habrá matrimonio, ley para la no discriminación por orientación sexual, identidad de género y expresión de género, y ley de identidad para la comunidad trans.

“A la derecha LGBTI+ no le conviene decir esas cosas, ya que sus organizaciones reciben fondos por supuestas luchas en defensa de nuestros derechos humanos, pero no nos importa: lo que logremos será para todas y todos”, añadió.

Organizaciones no gubernamentales internacionales aseguran que Venezuela es el cuarto país de América con más asesinatos de transgéneros.

También se ha denunciado, al menos desde el año pasado, la carencia de medicamentos antirretrovirales para el tratamiento del VIH/Sida. La mayoría de los afectados son personas LGBTI+.

Dos presidentes y un país

Juan Guaidó declaró este jueves, en entrevista con Patricia Jainot para Univisión, que es Nicolás Maduro quien “usurpa hoy Miraflores” y agradeció el apoyo del «mundo democrático” al gobierno interino.

El líder opositor concedió la posibilidad de la amnistía “para todos los que estén dispuestos a ponerse del lado del orden constitucional” y no descartó que Maduro pueda beneficiarse, aunque “es un dictador y es responsable de todas las víctimas del día de ayer en Venezuela”, dijo.

La ley prevé la convocatoria a elecciones un mes después de la juramentación del presidente interino. No obstante, Guaidó recordó que Venezuela se halla en “situación de secuestro institucional” y esa circunstancia podría alargar el plazo de los comicios.

Nicolás Maduro, mientras tanto, acudió este 24 de enero al Tribunal Supremo de Justicia para inaugurar el año judicial de 2019.

Los mandos militares y la magistratura le dieron su apoyo en el acto, que incluyó alusiones a los eventos del miércoles y a su protagonista, llamado “títere de facto” por el líder del PSUV.

El sucesor de Chávez agradeció la solidaridad de la Rusia de Vladimir Putin y advirtió a los diplomáticos de Estados Unidos que “tienen hasta el domingo para retirarse de Venezuela”.

Tamara Adrián piensa que la marcha de este miércoles a favor del gobierno provisional de Juan Guaidó trastorna algunos mitos políticos alentados por el PSUV.

“Hubo un cambio radical: hasta 2017, las manifestaciones eran de clase media, pero este año los sectores populares se unieron masivamente”, explica la diputada.  

Según Tamara, “el chavismo apenas logró movilizar unos cientos de personas y se siente como animal herido”.

“El pueblo va a seguir presionando y luchando para salir de Nicolás Maduro de forma pacífica, de forma constitucional y utilizando todas las herramientas que nos dé el derecho”, opinó Mantilla acerca de la actual crisis.

Ingrid Baron, en cambio, confía en que el chavismo “saldrá bien librado una vez más”.

“Los próximos días son decisivos, no ha habido una situación como esta en la historia de Venezuela”, concluye Tamara.

Advertisement
FUND LGBTQ JOURNALISM
SIGN UP FOR E-BLAST

El Salvador

#JusticiaParaKarla: una lucha por el derecho a la identidad en El Salvador

Karla Guevara inició su camino legal y personal en 2020

Published

on

Karla Guevara (Foto de Ernesto Valle por el Washington Blade)

Cinco años han pasado desde que Karla Guevara inició un camino legal y personal para lograr que su nombre y género sean reconocidos en su Documento Único de Identidad (DUI). Cinco años de sentencias, apelaciones, puertas cerradas y vulneraciones que hoy se resumen en una sola palabra: resistencia.

En medio de un país que aún arrastra estructuras jurídicas y sociales poco sensibles a las realidades trans, Guevara se ha convertido en una voz visible. No solo por la denuncia pública de su caso, sino por su capacidad de transformar el dolor en acción: ha iniciado la campaña #JusticiaParaKarla, la cual acompaña con conversatorios llamados “Si tú fueras yo” en diferentes zonas del país.

Su historia se remonta al año 2018, cuando, junto a otras tres defensoras de derechos humanos —Mónica Hernández, Bianca Rodríguez y Verónica López— interpuso una demanda para lograr el cambio de nombre legal. La acción se inspiró en la Opinión Consultiva 24/17 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que obligó a los Estados miembros de la OEA a garantizar los derechos de las personas trans, incluyendo el reconocimiento de su identidad.

A diferencia de sus compañeras, cuyo proceso fue resuelto favorablemente, Guevara fue la única a quien el Estado salvadoreño le negó el derecho, incluso tras contar con una sentencia favorable. El camino ha sido empinado, desgastante y doloroso, y ha implicado múltiples etapas legales con resoluciones contradictorias.

El 8 de enero de 2020, el juzgado declaró su demanda improponible. Guevara apeló el 22 de ese mismo mes, pero la Cámara de Familia desestimó su recurso. Aun así, perseveró. En abril de 2021 presentó una segunda apelación, y en septiembre se revocó la decisión del juzgado, ordenando admitir su demanda. Una pequeña luz parecía abrirse.

En agosto de 2022, después de varios peritajes que, según Guevara, incluyeron momentos donde se sintió expuesta y violentada, recibió una sentencia favorable: se autorizaba su cambio de nombre y género en la partida de nacimiento. Sin embargo, esta victoria fue parcial y breve. Aunque se ordenó marginar su partida, no se ordenó cancelarla como en otros casos similares.

El 4 de octubre de ese mismo año, la sentencia fue enviada al Registro del Estado Familiar. Pero la respuesta institucional fue sorprendente: el 3 de noviembre, la Alcaldía de San Salvador se negó a realizar el cambio. El jefe del registro y el registrador presentaron un amparo ante la Sala de lo Constitucional, paralizando el proceso.

“No solo me lo negaron, sino que ahora me exponen a un juicio aún mayor”, expresa Guevara. La frustración y la indignación fueron creciendo. En febrero de 2023, presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República, aunque lo hizo con poca esperanza. “Temía que no harían nada”, dijo. Y el 16 de abril de 2024, sus temores se confirmaron: la Fiscalía archivó el caso alegando que “no existe delito que perseguir”.

El 19 de noviembre de ese mismo año, Guevara decidió acudir a instancias internacionales y presentó su caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La CIDH ya notificó al Estado salvadoreño y le otorgó un plazo de cuatro meses para responder por qué no ha ejecutado el cambio ordenado por el juzgado.

“Obviamente no van a dar respuesta”, lamenta Guevara. Lo dice con la voz entrecortada, como quien ya ha llorado mucho, pero no ha perdido la voluntad de hablar. Reconoce que el proceso le ha afectado emocionalmente. “Cada vez que hablo de esto se me corta la voz”.

Las heridas no solo vienen de las oficinas estatales, sino también de las calles. Las miradas, los comentarios, el momento de presentar el DUI en cualquier trámite. “Es como si cada vez tuviera que explicar mi existencia. Es un juicio constante sobre quién soy”.

Guevara no está sola. Reconoce que hay otras personas trans en la misma situación. “Lo preocupante es que solo pasa en algunas zonas del país. En otras ha habido casos exitosos”, afirma. La disparidad en el trato revela una preocupante arbitrariedad institucional.

Uno de esos casos exitosos es el de Valeria Mejía, coordinadora de monitoreo y evaluación de ASPIDH. Su DUI ya refleja su nombre identitario, aunque no su género. 

“Cuando recibí mi DUI con el nombre que me identifico pensé: aquí empieza una nueva vida”, relata.

Para Mejía, el cambio fue profundamente simbólico. “Uno ve pasar toda su vida frente a los ojos. Toda la discriminación, todos los rechazos. Sentí que algo sanaba”. A pesar de ello, su género asignado al nacer sigue apareciendo en el documento, lo que le genera inseguridad.

“El problema es que tengo que ir a todas las instituciones donde aparezco con mi nombre anterior. En el Seguro Social, por ejemplo, aún estoy registrada con el nombre masculino y no pueden atenderme, aunque el número del DUI sea el mismo”, explica.

Casos como los de Guevara y Mejía visibilizan una problemática estructural: el Estado salvadoreño no garantiza de forma uniforme el derecho a la identidad de las personas trans. Las resoluciones favorables son solo el primer paso. Su implementación efectiva aún tropieza con prejuicios, burocracia y omisiones.

Con la campaña #JusticiaParaKarla, la activista busca más que una solución a su caso personal. Busca generar conciencia, exigir coherencia legal y empujar una transformación cultural. En la marcha del 17 de mayo contra la LGBTIfobia, su presencia se hizo notar con camisetas, banners y mensajes que interpelan directamente al sistema.

Guevara ha hecho de su cuerpo, su voz y su historia una herramienta de resistencia. En cada conversatorio de “Si tú fueras yo”, invita a imaginar, a empatizar, a incomodarse. 

“Lo que me pasa a mí le puede pasar a cualquier persona trans. Y si el Estado no nos reconoce, nos niega también la posibilidad de existir plenamente”, expresa.

Hoy, la resolución está en manos de la CIDH y el tiempo corre. La lucha de Guevara ya no es solo por una partida de nacimiento. Es por el derecho a ser, a vivir sin miedo, a que el nombre que la representa no siga siendo un motivo de juicio, burla o rechazo.

Mientras tanto, sigue esperando. Sigue alzando la voz. Sigue sembrando esperanza en quienes vienen detrás. Porque como ella misma dice: “Esto no se trata solo de mí. Se trata de justicia”.

Continue Reading

El Salvador

La marcha LGBTQ desafía el silencio en El Salvador

Se realizó el evento en San Salvador bajo la lluvia, pero con orgullo

Published

on

(Foto de Ernesto Valle por el Washington Blade)

SAN SALVADOR, El SalvadorEl reloj marcaba el mediodía cuando los primeros colores del arcoíris comenzaron a ondear frente a la emblemática Plaza del Divino Salvador del Mundo. A pesar de la incertidumbre generada en redes sociales, donde abundaban los rumores sobre una posible cancelación de la marcha por la diversidad sexual, la ciudad capital comenzaba a llenarse de esperanza, de resistencia y de orgullo.

Este año, la Marcha del Orgullo LGBTQ+ en El Salvador se desarrolló en un contexto tenso, en medio de un clima político que reprime y silencia a las voces disidentes. 

“Aunque las estadísticas digan que no existimos, viviendo en El Salvador, un país donde hoy, después de décadas de avances, defender los derechos humanos es de nuevo una causa perseguida, criminalizada y silenciada”, afirmaron representantes de la Federación Salvadoreña LGBTQ+.

A pesar de la cancelación del festival cultural que usualmente acompaña la marcha, los colectivos decidieron seguir adelante con la movilización, priorizando el sentido original de la actividad: salir a las calles para visibilizarse, exigir respeto a sus derechos y recordar a quienes ya no están.

A la 1:30 p.m., una fuerte lluvia comenzó a caer sobre la ciudad. Algunas de las personas presentes corrieron a refugiarse, mientras otras, debajo de sombrillas y de los escasos árboles en la plaza, decidieron mantenerse firmes. Los comentarios pesimistas no se hicieron esperar: “a lo mejor la cancelan por el clima”, “no se ve tanta gente como otros años”. Sin embargo, lo que siguió fue una muestra de resistencia: a las 2:05 p.m. las voces comenzaron a llamar a tomar las calles.

Visibilidad como resistencia

La marcha arrancó bajo una llovizna persistente. La Avenida Roosevelt y la Alameda Juan Pablo II se tiñeron de colores con banderas arcoíris, trans, lésbicas, bisexuales y otras que representan a los diversos sectores de la población LGBTQ. Cada bandera alzada fue un acto político, cada paso una declaración de existencia.

Desde la Plaza del Divino Salvador del Mundo hasta la Plaza Gerardo Barrios, frente a Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional, la marcha se convirtió en un carnaval de dignidad. Carteles con frases como “El amor no se reprime”, “Mi existencia no es delito” o “Marcho por quien ya no puede hacerlo” se alzaron entre las multitudes.

La movilización fue también un espacio para recordar a quienes han perdido la vida por la discriminación y el rechazo. Familias que marcharon por hijos, hijas o amigues que se suicidaron a causa del estigma. Personas que caminaron por quienes aún viven en el miedo, por quienes no pudieron salir del clóset, por quienes se han ido del país huyendo de la violencia.

Arte, fe y rebeldía

Una de las escenas más llamativas fue protagonizada por Nelson Valle, un joven gay que marchó vestido como sacerdote. 

“Hay muchas personas que secretamente asisten a ritos religiosos como en Semana Santa, y les gusta vivir en lo oculto. Pero la fe debe ser algo libre porque Dios es amor y es para todos”, dijo.

Valle utilizó su vestimenta como una forma de protesta contra las estructuras religiosas que aún condenan la diversidad sexual. 

“Un ejemplo de persona que abrió el diálogo del respeto fue el papa Francisco, abrió la mente y muy adelantado a su tiempo, porque dejó claro que hay que escuchar a toda persona que quiere encontrar a Dios”, agregó.

La marcha también incluyó bandas musicales, grupos de cachiporristas, carrozas artísticas, colectivos provenientes de distintos puntos del país, y manifestaciones de orgullo en todas sus formas. Fue un mosaico cultural que mostró la riqueza y diversidad de la población LGBTQ en El Salvador.

(Foto de Ernesto Valle por el Washington Blade)

Una lucha que persiste

Las organizaciones presentes coincidieron en su mensaje: la lucha por la igualdad y el reconocimiento no se detiene, a pesar de los intentos del Estado por invisibilizarlos. 

“Nuestros cuerpos se niegan a ser borrados y a morir en la invisibilidad de registros que no guardan nuestros nombres ni nuestros géneros”, declararon representantes de la Federación.

Además, agregaron: “Desde este país que nos quiere callar, levantamos nuestras voces: ¡La comunidad LGBTIQ+ no se borra! ¡El Salvador también es nuestro! Construyamos, entre todes, un país donde podamos vivir con Orgullo.”

El ambiente fue de respeto, pero también de desconfianza. La presencia de agentes policiales no pasó desapercibida. Aunque no hubo reportes oficiales de violencia, varias personas expresaron su temor por posibles represalias.

“Marchar hoy es también un acto de valentía”, comentó Alejandra, una joven lesbiana que viajó desde Santa Ana para participar. “Pero tenemos derecho a vivir, a amar, a soñar. Y si nos detenemos, les damos la razón a quienes nos quieren ver en silencio.”

Rumbo al futuro

Concluida la marcha frente a Catedral y el Palacio Nacional, muchas personas permanecieron en la plaza compartiendo abrazos, fotos y palabras de aliento. No hubo festival, no hubo escenario, pero hubo algo más valioso: una comunidad que sigue viva, que sigue resistiendo.

Los retos son muchos: falta de leyes de protección y que apoye las identidades de las personas trans, discriminación laboral, violencia por prejuicio, rechazo familiar, y una narrativa estatal que pretende que no existen. Pero la marcha del 28 de junio demostró que, aunque el camino sea cuesta arriba, la dignidad y el orgullo no se borran.

La lucha por un El Salvador más justo, más plural y más inclusivo continúa. En palabras de uno de los carteles más llamativos de ese día: “No estamos aquí para pedir permiso, estamos aquí para recordar que también somos parte de este país”.

Continue Reading

Colombia

Colombia avanza hacia la igualdad para personas trans

Fue aprobado en Comisión Primera de la Cámara la Ley Integral Trans

Published

on

El Congreso de Colombia (Foto de Michael K. Lavers por el Washington Blade)

OrgulloLGBT.co es el socio mediático del Washington Blade en Colombia. Esta nota salió en su sitio web.

En un hecho histórico para los derechos humanos en Colombia, la Comisión Primera de la Cámara de Representantes aprobó en primer debate el Proyecto de Ley 122 de 2024, conocido como la Ley Integral Trans, que busca garantizar la igualdad efectiva de las personas con identidades de género diversas en el país. Esta iniciativa, impulsada por más de cien organizaciones sociales defensoras de los derechos LGBTQ, congresistas de la comisión por la Diversidad y personas trans, representa un paso decisivo hacia el reconocimiento pleno de derechos para esta población históricamente marginada.

La Ley Integral Trans propone un marco normativo robusto para enfrentar la discriminación y promover la inclusión. Entre sus principales ejes se destacan el acceso a servicios de salud con enfoque diferencial, el reconocimiento de la identidad de género en todos los ámbitos de la vida, la creación de programas de empleo y educación para personas trans, así como medidas para garantizar el acceso a la justicia y la protección frente a violencias basadas en prejuicios.

Detractores hablan de ‘imposición ideológica

Sin embargo, el avance del proyecto no ha estado exento de polémicas. Algunos sectores conservadores han señalado que la iniciativa representa una “imposición ideológica”. La senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal anunció públicamente que se opondrá al proyecto de Ley Integral Trans cuando llegue al Senado, argumentando que “todas las personas deben ser tratadas por igual” y que esta propuesta vulneraría un principio constitucional. Estas declaraciones anticipan un debate intenso en las próximas etapas legislativas.

El proyecto también establecelineamientos claros para que las instituciones públicas respeten el nombre y el género con los que las personas trans se identifican, en concordancia con su identidad de género, y contempla procesos de formación y sensibilización en entidades estatales. Además, impulsa políticas públicas en contextos clave como el trabajo, la educación, la cultura y el deporte, promoviendo una vida libre de discriminación y con garantías plenas de participación.

¿Qué sigue para que sea ley?

La Ley aún debe superar varios debates legislativos, incluyendo la plenaria en la Cámara y luego el paso al Senado; pero la sola aprobación en Comisión Primera ya constituye un hito en la lucha por la igualdad y la dignidad de las personas trans en Colombia. En un país donde esta población enfrenta altos niveles de exclusión, violencia y barreras estructurales, este avance legislativo renueva la esperanza de una transformación real.

Desde www.orgullolgbt.co, celebramos este logro, invitamos a unirnos en esta causa impulsándola en los círculos a los que tengamos acceso y reiteramos nuestro compromiso con la visibilidad, los derechos y la vida digna de las personas trans. La #LeyIntegralTrans bautizada “Ley Sara Millerey” en honor de la mujer trans recientemente asesinada en Bello, Antioquia (ver más aquí); no es solo una propuesta normativa: es un acto de justicia que busca asegurar condiciones reales para que todas las personas puedan vivir con libertad, seguridad y respeto por su identidad.

Continue Reading

Popular