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Noticias en Español

Responsabilizan a varios policías con un incidente transfóbico ocurrido en Cuba

Merlía Somers sufrió abusos por parte de la PNR en Cabaiguán

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Cola en una tienda de Santa Clara, Cuba (Foto de Tremenda Nota)

CABAIGUÁN, Cuba — Merlía Somers, una mujer trans, denunció haber sufrido transfobia por parte de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) de Cabaiguán, un municipio perteneciente a la provincia de Sancti Spíritus, en el centro de Cuba.

La denuncia se hizo pública este domingo en el perfil de Facebook del médico y activista LGBTI+ Alberto Roque.

“Me han contactado por la denuncia de Merlía Somers, cuyos hechos y copia de la multa son públicos en redes sociales. Se requiere respuesta inmediata, además de la queja que la persona afectada hará por las vías formales”, comunicó Roque.

El activista publicó íntegramente el relato de Somers. El incidente ocurrió el pasado sábado mientras intentaba comprar productos de aseo en una de las tiendas que operan en dólares estadounidenses.

“Cuando llego que empiezo a pedir el último se acerca a mí un oficial de los que visten de verde y me preguntó, qué yo hacía vestido así allí y llamó a un policía de los que estaban controlando la cola y el policía me dijo que yo les estaba faltando el respeto al yo aparecerme vestida así allí (de mujer), que eso era desacato a la ley y que yo estaba violando un artículo … “, aseguró la mujer.

Merlía pidió una explicación a los agentes del orden acerca del artículo específico que ella estaba violando o la ilegalidad que estaba cometiendo. Explicó que solo hacía una cola como los demás, necesitada de los productos que escasean cada vez más en el país.

“Si fuera por eso tienen que coger preso a todos los trans, si vestirse de mujer o ser trans fuera desacato o violación de algún artículo. El problema de ustedes es que son todos unos homofóbicos y se creen superiores porque tienen ese uniforme”, dijo Merlía a los oficiales.

Según continúa relatando, la mandaron a callar, a lo que respondió que no se iba a callar porque estaban violando sus derechos y los iba a defender. Acto seguido, Merlía fue esposada y trasladada hacia una unidad de policía donde la multaron con 1000 cup, según la disposición que permite multar por el uso incorrecto del nasobuco (mascarilla).

“Yo uso dos nasobucos porque tengo problemas en el corazón y de respiración. Mi cuerpo no aguantaría la pandemia, por lo cual uso dos y correctamente puestos. Les dije que yo eso no lo iba a pagar y que me iba a quejar. Me dijeron que yo podía ir a donde quisiera, pero que tenía un mes para pagarla, si no la multa se duplicaba, y que si al tercer mes no la pagaba iba a juicio por peligrosidad”, relató Merlía.

Merlía Somers (Foto de Facebook)

Alberto Roque publicó una foto de la notificación de multa como evidencia del incidente. En el recibo, Merlía Somers fue designada con el nombre masculino que aparece en sus documentos de identidad. En Cuba sigue siendo difícil que una persona trans pueda registrar legalmente su nombre.

Q de Cuir, una revista cubana “para el empoderamiento de las personas LGBTI+”, también informó en Facebook y Twitter sobre esta violación a los derechos de Merlía Somers y denunció el acto de transfobia atribuido a las autoridades.

“Mientras que la ciudadana Merlía Somers no estaba violando ninguna ley, los oficiales sí violaron el derecho constitucional de no discriminación por identidad de género, recogido en el Artículo 42 de la Carta Magna“, publicó Q de Cuir en su cuenta de Facebook.

El artículo citado plantea la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y prohíbe discriminar, entre varias razones, por “identidad de género”.

Ante la denuncia de Alberto Roque, numerosos usuarios de las redes sociales han salido en defensa de Somers y contra la transfobia.

La activista trans Yenny Yanes Romero comentó, en referencia a la multa aplicada a Merlía, que “ese decreto está mal aplicado, yo soy autoridad sanitaria y ese decreto-ley 31, en su artículo 2.1, inciso C establece: No use o use incorrectamente el nasobuco o mascarilla en las vías públicas, ómnibus, autos e interiores de los centros laborales y de servicios: 2000 pesos”.

Por su parte, la usuaria Rossana Reyes Rosa argumentó que “la homofobia es institucional, y sin leyes no creo que nadie aprenda”.

Según aseguró Alberto Roque en uno de los comentarios de su propia publicación, la denuncia de la policía por transfobia ya está en curso, “con acompañamiento del CENESEX (Centro Nacional de Educación Sexual) más cartas redactadas a varias instituciones”.

La policía ofreció excusas a Somers, la multó

Merlía Somers, la mujer trans que fue discriminada el 19 de marzo por la policía de Cabaiguán, una ciudad del centro de Cuba, fue citada para este lunes con el propósito de indagar sobre el incidente y determinar la responsabilidad de los oficiales implicados.

También le ofrecieron excusas, según relató Merlía a Tremenda Nota.

“Una patrulla vino a citarme el domingo para que estuviera el lunes en la unidad de policía, al principio tuve miedo porque pensé que venían a detenerme”, contó la mujer.

“Este lunes, después de hacerme esperar un poco, el oficial que me atendió hizo que volviera a explicarle qué había pasado. Hizo muchas preguntas, para confirmarlo todo y dijo, finalmente, que la multa era injusta y que la retirarían esta semana”, añadió.

El incidente se hizo público este domingo en el perfil de Facebook del activista LGBTI+ Alberto Roque. Según el relato publicado por Roque, la mujer se encontraba en la fila de una tienda cuando un policía le reprochó ir vestida según su identidad de género. En pocos minutos fueron más lejos y acabaron esposando a Merlía y trasladándola a una unidad, donde fue multada con 1.000 pesos con el argumento de que no usaba correctamente el nasobuco (mascarilla) exigido por las disposiciones sanitarias.

“Me dijo que yo les estaba faltando el respeto al yo aparecerme vestida así allí (de mujer), que eso era desacato a la ley y que yo estaba violando un artículo”, recordó la mujer.

Merlía asegura que estaba usando la mascarilla con especial cuidado. “Yo uso dos nasobucos porque tengo problemas en el corazón y de respiración. Mi cuerpo no aguantaría la pandemia, por lo cual uso dos y correctamente puestos”, explicó.

La denuncia provocó decenas de publicaciones en las redes sociales para apoyar a Merlía Somers y criticar a la policía por su transfobia.

“No pienso quedarme así”, dijo la mujer a Tremenda Nota. “Si esta misma semana la multa no es retirada, como prometieron, le dije al oficial que voy a enviar cartas a todas las instituciones posibles, para que se haga justicia”.

La activista trans Kiriam Gutiérrez ha asesorado a Merlía en su reclamo, se refirió al caso en una transmisión desde su perfil de Facebook en la tarde este lunes y lo calificó de “una violación total de los derechos humanos de una mujer trans”.

La Constitución de 2019 prohíbe discriminar, entre varias razones, por “identidad de género” y “orientación sexual”.

“Cuando pasen estas cosas con la policía tenemos que conocer qué leyes nos amparan”, señaló la activista.

“En Cuba urge una ley de identidad de género. Es lamentable que la comunidad LGBTI+ en Cuba solamente se pronuncie por el famoso matrimonio igualitario y no nos pronunciemos por una ley de identidad de género”, declaró Gutiérrez.

La activista aprovechó la transmisión para denunciar la situación de las personas trans en Cuba, expuestas a una vulnerabilidad económica mayor en medio de la crisis incrementada por la epidemia de covid-19.

“La comunidad trans en Cuba está pasando por una grandísima crisis. La comunidad trans en Cuba está emigrando en masa, se están yendo muchas mujeres trans para Rusia, a exponerse a cruzar fronteras, porque el 90 por ciento son prostitutas y llevan un año de pandemia que no tienen trabajo”, denunció.

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El Salvador

La marcha LGBTQ desafía el silencio en El Salvador

Se realizó el evento en San Salvador bajo la lluvia, pero con orgullo

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(Foto de Ernesto Valle por el Washington Blade)

SAN SALVADOR, El SalvadorEl reloj marcaba el mediodía cuando los primeros colores del arcoíris comenzaron a ondear frente a la emblemática Plaza del Divino Salvador del Mundo. A pesar de la incertidumbre generada en redes sociales, donde abundaban los rumores sobre una posible cancelación de la marcha por la diversidad sexual, la ciudad capital comenzaba a llenarse de esperanza, de resistencia y de orgullo.

Este año, la Marcha del Orgullo LGBTQ+ en El Salvador se desarrolló en un contexto tenso, en medio de un clima político que reprime y silencia a las voces disidentes. 

“Aunque las estadísticas digan que no existimos, viviendo en El Salvador, un país donde hoy, después de décadas de avances, defender los derechos humanos es de nuevo una causa perseguida, criminalizada y silenciada”, afirmaron representantes de la Federación Salvadoreña LGBTQ+.

A pesar de la cancelación del festival cultural que usualmente acompaña la marcha, los colectivos decidieron seguir adelante con la movilización, priorizando el sentido original de la actividad: salir a las calles para visibilizarse, exigir respeto a sus derechos y recordar a quienes ya no están.

A la 1:30 p.m., una fuerte lluvia comenzó a caer sobre la ciudad. Algunas de las personas presentes corrieron a refugiarse, mientras otras, debajo de sombrillas y de los escasos árboles en la plaza, decidieron mantenerse firmes. Los comentarios pesimistas no se hicieron esperar: “a lo mejor la cancelan por el clima”, “no se ve tanta gente como otros años”. Sin embargo, lo que siguió fue una muestra de resistencia: a las 2:05 p.m. las voces comenzaron a llamar a tomar las calles.

Visibilidad como resistencia

La marcha arrancó bajo una llovizna persistente. La Avenida Roosevelt y la Alameda Juan Pablo II se tiñeron de colores con banderas arcoíris, trans, lésbicas, bisexuales y otras que representan a los diversos sectores de la población LGBTQ. Cada bandera alzada fue un acto político, cada paso una declaración de existencia.

Desde la Plaza del Divino Salvador del Mundo hasta la Plaza Gerardo Barrios, frente a Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional, la marcha se convirtió en un carnaval de dignidad. Carteles con frases como “El amor no se reprime”, “Mi existencia no es delito” o “Marcho por quien ya no puede hacerlo” se alzaron entre las multitudes.

La movilización fue también un espacio para recordar a quienes han perdido la vida por la discriminación y el rechazo. Familias que marcharon por hijos, hijas o amigues que se suicidaron a causa del estigma. Personas que caminaron por quienes aún viven en el miedo, por quienes no pudieron salir del clóset, por quienes se han ido del país huyendo de la violencia.

Arte, fe y rebeldía

Una de las escenas más llamativas fue protagonizada por Nelson Valle, un joven gay que marchó vestido como sacerdote. 

“Hay muchas personas que secretamente asisten a ritos religiosos como en Semana Santa, y les gusta vivir en lo oculto. Pero la fe debe ser algo libre porque Dios es amor y es para todos”, dijo.

Valle utilizó su vestimenta como una forma de protesta contra las estructuras religiosas que aún condenan la diversidad sexual. 

“Un ejemplo de persona que abrió el diálogo del respeto fue el papa Francisco, abrió la mente y muy adelantado a su tiempo, porque dejó claro que hay que escuchar a toda persona que quiere encontrar a Dios”, agregó.

La marcha también incluyó bandas musicales, grupos de cachiporristas, carrozas artísticas, colectivos provenientes de distintos puntos del país, y manifestaciones de orgullo en todas sus formas. Fue un mosaico cultural que mostró la riqueza y diversidad de la población LGBTQ en El Salvador.

(Foto de Ernesto Valle por el Washington Blade)

Una lucha que persiste

Las organizaciones presentes coincidieron en su mensaje: la lucha por la igualdad y el reconocimiento no se detiene, a pesar de los intentos del Estado por invisibilizarlos. 

“Nuestros cuerpos se niegan a ser borrados y a morir en la invisibilidad de registros que no guardan nuestros nombres ni nuestros géneros”, declararon representantes de la Federación.

Además, agregaron: “Desde este país que nos quiere callar, levantamos nuestras voces: ¡La comunidad LGBTIQ+ no se borra! ¡El Salvador también es nuestro! Construyamos, entre todes, un país donde podamos vivir con Orgullo.”

El ambiente fue de respeto, pero también de desconfianza. La presencia de agentes policiales no pasó desapercibida. Aunque no hubo reportes oficiales de violencia, varias personas expresaron su temor por posibles represalias.

“Marchar hoy es también un acto de valentía”, comentó Alejandra, una joven lesbiana que viajó desde Santa Ana para participar. “Pero tenemos derecho a vivir, a amar, a soñar. Y si nos detenemos, les damos la razón a quienes nos quieren ver en silencio.”

Rumbo al futuro

Concluida la marcha frente a Catedral y el Palacio Nacional, muchas personas permanecieron en la plaza compartiendo abrazos, fotos y palabras de aliento. No hubo festival, no hubo escenario, pero hubo algo más valioso: una comunidad que sigue viva, que sigue resistiendo.

Los retos son muchos: falta de leyes de protección y que apoye las identidades de las personas trans, discriminación laboral, violencia por prejuicio, rechazo familiar, y una narrativa estatal que pretende que no existen. Pero la marcha del 28 de junio demostró que, aunque el camino sea cuesta arriba, la dignidad y el orgullo no se borran.

La lucha por un El Salvador más justo, más plural y más inclusivo continúa. En palabras de uno de los carteles más llamativos de ese día: “No estamos aquí para pedir permiso, estamos aquí para recordar que también somos parte de este país”.

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Colombia

Colombia avanza hacia la igualdad para personas trans

Fue aprobado en Comisión Primera de la Cámara la Ley Integral Trans

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El Congreso de Colombia (Foto de Michael K. Lavers por el Washington Blade)

OrgulloLGBT.co es el socio mediático del Washington Blade en Colombia. Esta nota salió en su sitio web.

En un hecho histórico para los derechos humanos en Colombia, la Comisión Primera de la Cámara de Representantes aprobó en primer debate el Proyecto de Ley 122 de 2024, conocido como la Ley Integral Trans, que busca garantizar la igualdad efectiva de las personas con identidades de género diversas en el país. Esta iniciativa, impulsada por más de cien organizaciones sociales defensoras de los derechos LGBTQ, congresistas de la comisión por la Diversidad y personas trans, representa un paso decisivo hacia el reconocimiento pleno de derechos para esta población históricamente marginada.

La Ley Integral Trans propone un marco normativo robusto para enfrentar la discriminación y promover la inclusión. Entre sus principales ejes se destacan el acceso a servicios de salud con enfoque diferencial, el reconocimiento de la identidad de género en todos los ámbitos de la vida, la creación de programas de empleo y educación para personas trans, así como medidas para garantizar el acceso a la justicia y la protección frente a violencias basadas en prejuicios.

Detractores hablan de ‘imposición ideológica

Sin embargo, el avance del proyecto no ha estado exento de polémicas. Algunos sectores conservadores han señalado que la iniciativa representa una “imposición ideológica”. La senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal anunció públicamente que se opondrá al proyecto de Ley Integral Trans cuando llegue al Senado, argumentando que “todas las personas deben ser tratadas por igual” y que esta propuesta vulneraría un principio constitucional. Estas declaraciones anticipan un debate intenso en las próximas etapas legislativas.

El proyecto también establecelineamientos claros para que las instituciones públicas respeten el nombre y el género con los que las personas trans se identifican, en concordancia con su identidad de género, y contempla procesos de formación y sensibilización en entidades estatales. Además, impulsa políticas públicas en contextos clave como el trabajo, la educación, la cultura y el deporte, promoviendo una vida libre de discriminación y con garantías plenas de participación.

¿Qué sigue para que sea ley?

La Ley aún debe superar varios debates legislativos, incluyendo la plenaria en la Cámara y luego el paso al Senado; pero la sola aprobación en Comisión Primera ya constituye un hito en la lucha por la igualdad y la dignidad de las personas trans en Colombia. En un país donde esta población enfrenta altos niveles de exclusión, violencia y barreras estructurales, este avance legislativo renueva la esperanza de una transformación real.

Desde www.orgullolgbt.co, celebramos este logro, invitamos a unirnos en esta causa impulsándola en los círculos a los que tengamos acceso y reiteramos nuestro compromiso con la visibilidad, los derechos y la vida digna de las personas trans. La #LeyIntegralTrans bautizada “Ley Sara Millerey” en honor de la mujer trans recientemente asesinada en Bello, Antioquia (ver más aquí); no es solo una propuesta normativa: es un acto de justicia que busca asegurar condiciones reales para que todas las personas puedan vivir con libertad, seguridad y respeto por su identidad.

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Noticias en Español

¿Hasta cuándo esperaremos el permiso para amar?

El nuevo Papa afirmó que la familia se funda en la “unión estable entre el hombre y la mujer”

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El Papa Leo XIV (Foto de Vatican News/X)

Las recientes declaraciones del Papa León XIV han reactivado un debate de enorme peso espiritual y pastoral: ¿cómo entiende la Iglesia el amor, la familia y la dignidad de las personas en toda su diversidad?

En su primer discurso oficial ante el cuerpo diplomático del Vaticano, el 16 de mayo de 2025, el Papa afirmó que la familia se funda en la “unión estable entre el hombre y la mujer”. Estas palabras, pronunciadas con claridad y convicción, reafirman la posición doctrinal tradicional sobre el matrimonio, el aborto y la llamada “ideología de género”. Pero para muchos, estas afirmaciones reabren heridas, traen a la superficie el dolor de sentirse nuevamente al margen, y avivan preguntas que no han encontrado todavía un espacio real de escucha dentro de la Iglesia.

Estas posturas no son nuevas. Ya en 2016, como obispo de Chiclayo, Perú, León XIV expresó su oposición a los programas de educación con perspectiva de género, argumentando que “buscan crear géneros que no existen” y defendiendo una visión binaria de la creación.

Tras el reciente fallecimiento del Papa Francisco —cuyo pontificado marcó una apertura tímida pero significativa hacia una pastoral de la misericordia—, la elección de León XIV suscitó tanto esperanzas como preocupaciones. Francisco, aunque enfrentó resistencias internas, dejó gestos importantes: la bendición a parejas del mismo sexo, el lenguaje de acogida y las exhortaciones a no cerrar las puertas. Pero sus esfuerzos, por valiosos que fueran, no dejaron de ser esfuerzos, porque la estructura misma de la Iglesia, anclada en siglos de doctrina conservadora, reaccionó con oposición firme, limitando cualquier posibilidad real de transformación profunda.

En mi artículo anterior “Cuando el humo blanco no es suficiente” (Pride Society Magazine, abril 2025), advertía que el humo de la elección papal no podía ser tomado como garantía de cambio. La emoción del momento, sin acciones concretas, corre el riesgo de volverse solo un símbolo sin sustancia. Hoy, esas palabras cobran nueva vigencia.

Pero este artículo no es una condena a ninguna iglesia. No es un ataque ni una burla. Es una reflexión desde la fe. Es un clamor desde el corazón pastoral de quienes acompañamos a muchas personas heridas por un discurso que, en nombre de Dios, ha excluido más que ha abrazado.

¿Por qué seguimos esperando el permiso para amar?

¿Por qué seguimos buscando validación en instituciones que, a menudo, nos han negado su respeto?

No pedimos aceptación como una concesión. Exigimos respeto como un derecho. El Evangelio no fue escrito para algunos. Fue proclamado para todos.

Y es aquí donde debemos detenernos. Porque muchas veces, frente a declaraciones como estas, el miedo nos asalta, nos invade y nos paraliza. Nos deja vacilantes. Dudamos de nuestro valor, de nuestra fe, de nuestro lugar en la comunidad. Pero en medio de esas sombras, el Evangelio alza su voz con claridad:

“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor” (1 Juan 4:18).

Ese amor no viene de doctrinas. Viene de Dios. Y quien vive en ese amor, no tiene por qué temer.

También es necesario reconocer que quienes tenemos la responsabilidad de enseñar, predicar y liderar en las iglesias, no siempre medimos el poder de nuestras palabras. Con frecuencia, hemos usado la Biblia y las doctrinas como fusiles, y hemos arrinconado a quienes no encajan en nuestras categorías teológicas. ¿De qué sirve hablar de inclusión si no escuchamos? ¿De qué sirve predicar el amor si excluimos con nuestras prácticas?

La Iglesia —toda Iglesia— está llamada a reflejar el corazón de Dios. Y ese corazón no clasifica, no discrimina, no teme a la diversidad. Ese corazón solo sabe amar.

Como dijo el apóstol Pablo:

“Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay hombre ni mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús” (Gál 3:28).

Hoy repito con fuerza: el Dios que conozco no condena el amor. El Dios que conozco condena el odio.

Y mientras haya personas que aman, que buscan justicia, que luchan por ser quienes son sin miedo, Dios seguirá caminando con ellas.

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