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EXCLUSIVO: Abogado gana el primer juicio por homofobia en México

Armando Ocampo Zambrano presentó demanda contra firma poderosa

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Armando Ocampo Zambrano es egresado de la UNAM y ostenta una Maestría en Derecho Fiscal y Constitucional. Además, es catedrático de Amparo y Derecho Fiscal en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Actualmente asiste y representa a la comunidad LGBTI con su propio despacho. (Foto cortesía de Armando Ocampo Zambrano)

Armando Ocampo Zambrano nunca imaginó que sería su propio abogado. En la Universidad Autónoma de México (UNAM), donde estudió Derecho, ni luego en su Maestría, le enseñaron cómo mantenerse frío y distante ante un litigio, donde víctima y defensor coinciden en una misma persona. Y es que en el mundo judicial los alegatos de autodefensa son la excepción y no la regla.

Pero Armando era la excepción, así que vivió en carne propia lo que sus clientes solían sentir. La frustración y el desespero lo invadieron cuando demandó por homofobia a la reconocida firma mexicana del mundo fiscal Chevez, Ruiz, Zamarripa y Compañía. El despacho, en vez de promoverlo como se merecía por sus éxitos profesionales, lo despidió por sus “temas personales”, un eufemismo con el cual escondían su acción ilegal e intolerante.

El 5 de septiembre de 2018, tras varios años de lucha, Armando se convirtió en el primer mexicano en vencer un juicio por homofobia contra una de las firmas de abogados más poderosas del país.

“Debía salir, no obstante que había cumplido satisfactoriamente con requerimientos técnicos, de cobranza, de liderazgo, de prestigio en obtención de excelentes resultados, de haber obtenido los mejores casos y sentencias favorables por mi desempeño, de atención a clientes y formación de mi equipo de abogados”, cuenta en exclusiva Ocampo al Washington Blade.

Su “delito”: Unirse en matrimonio con Sergio Bueno Saldívar, el amor de su vida, su compañero y cómplice en cada paso juntos por la vida, según narra. Para la sociedad de abogados, con precedentes misóginos y discriminatorios, era una situación simplemente inadmisible. Ya no lo querían en el equipo.

En noviembre de 2015, Armando Ocampo Zambrano decide casarse con su actual esposo, Sergio Bueno, lo que desata la homofobia del despacho de abogados Chevez, Ruiz, Zamarripa y Compañía, donde laboraba desde 2002. (Foto cortesía de Armando Ocampo Zambrano)

La Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género 2018, elaborada por el Consejo Nacional para Prevenir y Eliminar la Discriminación (CONAPRED), señala que escenarios discriminatorios como este “y acoso laboral pueden explicar que una de cada dos personas no fuera abierta sobre su orientación sexual y/o identidad de género en su último empleo”.

Armando integra el 27 por ciento de los empleados en México que hablan abiertamente de su homosexualidad en sus centros de trabajo, según indicó la consultora internacional Out Now, especialista en temas de productividad y diversidad sexual.

Esta misma consultora afirmó que, solo en México, los trabajadores que “están fuera del clóset” pueden representar un ahorro de hasta 8 mil 771 millones de pesos para las empresas, y una perdida igual para las compañías en donde sus trabajadores aún esconden su orientación sexual o identidad de género.

Mejor vivir de pie

Originario de la capital mexicana, Armando, 37 años, inició su carrera laboral en un despacho civil, luego trabajó en el Tribunal Federal de Justicia Administrativa y en 2002 ingresó, desde el escalón más bajo, en la prestigiosa firma Chevez, Ruiz, Zamarripia y Compañía.

Allí asesoraba a adinerados clientes en materia fiscal, la especialidad de la compañía. “No cualquiera entra y logra hacer una carrera”, advierte Ocampo. “Su formación técnica y de desarrollo profesional es impecable en formar los mejores abogados en México en dichas materias”.

El día en que se reunió con su socio jefe, noviembre de 2015, creía que iba a ser promovido, pues ya reunía todas las condiciones. En cambio, le notificaron su despido con la amenaza de que, si no aceptaba, se iría sin liquidación y con su prestigio destruido.

BLADE: ¿Cómo repercutió en Ud. ser discriminado por su orientación sexual?

ARMANDO: Se me bloqueó en los grandes corporativos y despachos élites y de alto prestigio, por el poder e influencia en el mercado y en las élites empresariales que tiene la firma. Tuve que empezar de cero en tratar de reconfigurar mi práctica profesional; así inicie casos de discriminación y para con la diversidad sexual, como grupos vulnerables y objeto de violencia de género.

BLADE: ¿Y en el plano personal?

ARMANDO: Catastrófico, de la cúspide al suelo. Perdí en ese momento seguridad personal, económica. Me deprimí. Tuve un desequilibrio familiar, económico, deudas, no estaba preparado para un impacto de este tipo.

BLADE: Ante este injustificado despido Ud. denunció a la firma ante el Consejo Nacional para Prevenir y Eliminar la Discriminación (CONAPRED), sin embargo, esta entidad falló en su contra. ¿Por qué?

ARMANDO: CONAPRED, la autoridad encargada a nivel federal de haberme auxiliado, alteró mi expediente para beneficiar a la firma homofóbica. Quiso desvanecer pruebas para afectar mi defensa. Litigó en mi contra. Intentó dejarme sin una sola prueba para defender a dicha firma. Les gané un amparo ante el Poder Judicial Federal en contra de dicho intento de beneficiar a la Firma, y ahora la Sala Superior falló a mi favor.

BLADE: ¿Cómo fue el proceso del juicio?

ARMANDO: El peor desgaste de mi vida. Es terrible ser tu propio abogado y víctima; difícil mantener los sentimientos encapsulados y no perder objetividad; plantear una ruta y estrategia legal para recrear la realidad de las cosas. Es complicado en Tribunales contar una historia que no están acostumbrados a sentenciar, pues la verdad México no estaba listo para esto, sino hasta el día 5 de septiembre de 2018, fecha en que la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, y 7 Magistrados me dieron la razón.

Increíble que dos Magistrados establecieron que Chevez tenía todo el derecho a correrme, pues no tenía derechos humanos en el trabajo. Afortunadamente, no prosperó su criterio. Ganó la razón, la interseccionalidad, universalidad en los derechos humanos y justicia”.

BLADE: Imagino que el apoyo de su esposo fue vital en esa época…

ARMANDO: Único. Sin él jamás lo hubiera logrado. Es un pilar, amigo y hombro para aguantar todo el estrés y desgaste personal, psicológico y económico que ha implicado en un litigio de tres años.

BLADE: Durante ese tiempo, ¿dónde trabajó?

ARMANDO: Por mi cuenta. Tengo mi despacho, en el que atiendo asuntos de índole familiar, laboral, administrativo y civil, asociados o incluyendo a población LGBTTTI, pero también en personas en situación de vulnerabilidad.

BLADE: ¿Qué representa para Ud. ser la primera persona en México que gana un juicio por homofobia?

ARMANDO: Histórico; orgullo; abrir brecha; prevenir estos eventos en el futuro; generar visibilización en la sociedad; que tenemos derechos humanos y el no discriminar es un principio de rango constitucional, que aplica no solo en el gobierno, sino a particulares. Es particularmente placentero haber vencido a una de las firmas de abogados en Materia Fiscal, como Chevez, Ruiz, Zamarripa y Compañía, S.C., con toda su hegemonía, poder e influencia. No me bastó más que contar una verdad y defenderme con el uso de la razón, el derecho y la justicia. Sigo Feliz.

BLADE: Sin embargo, esta firma lo ha denunciado por difamación en Nuevo León, único territorio mexicano que condena con cárcel este tipo de delitos. ¿En qué estado se encuentra esa denuncia?

ARMANDO: La denuncia se encuentra pendiente de integrarse. Ya me notificaron su existencia y rendí mi declaración, sosteniendo la incompetencia e improcedencia del delito.

BLADE: ¿Teme que pueda ser encarcelado? ¿Qué posibilidades tiene para ganar este pleito?

ARMANDO: No temo ser encarcelado por buscar justicia, si lo logra Chevez, pues que así sea. Mejor vivir de pie y manteniendo tu dignidad, a ser objeto de burlas, como ahora, con un acoso penal en mi contra. Las posibilidades de ganar son altas para mí, ya que se sentenció discriminación por homofobia a cargo de esa firma de abogados. En cualquier estado de derecho, el ejercer mi libertad de expresión no puede ser objeto de acoso penal ni criminalización por el Estado. Me defenderé en la vía penal, así me cueste mi libertad, pero no me vencerá Chevez y así mostraremos que a la población LGBTTTI no nos doblan ya.

BLADE: ¿Cuáles son los próximos pasos?

ARMANDO: Chevez ha interpuesto un amparo en contra de la sentencia favorable de la Sala Superior. Mi expectativa es, que al ser algo inédito en México, el caso sea atraído también por la Suprema Corte de Justicia de México, el máximo órgano judicial en nuestro país. De vencer en la Corte, habré definitivamente ganado y se desvanecerá (espero) la fabricación del delito por parte de Chevez, Ruiz, Zamarripa y Cía, S.C. Incluso, por qué no: iniciar una nueva acción legal en lo personal a cada socio por torcer la ley penal con tal de acallarme.

BLADE: ¿Qué enseñanzas le ha dejado todo esto?

ARMANDO: Creer en mí, en mi esposo y familia. Jamás perder la fe, en tus capacidades y nunca agachar la cabeza con y ante nadie.

BLADE: Ud. además fue el primer hombre gay en postularse a la presidencia del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED), sin embargo, no fue nombrado. ¿Qué cambios cree que necesita esta institución para seguir defendiendo la igualdad?

ARMANDO: Faltan dientes, falta prevenir, educación, tejer redes reales de sociedad civil, empresariado y comunidad. No me fue favorable el proceso, pero confío en que vendrán cambios positivos.

BLADE: ¿Es cierto que su historia podría ser contada en un audiovisual de Netflix o tal vez en el cine? ¿Puede darnos detalles?

ARMANDO: Por el momento no puedo, pero ya vendrán sorpresas en su momento. Confío en que los tiempos toman su camino en el momento que sea correcto y tengo mucho qué contar, veremos.

BLADE: En su opinión, ¿Cuánto ha logrado México y cuánto falta por lograr en materia de derechos LGTBIQ?

ARMANDO: Ha habido grandes avances, pero hay aun resistencia a la incorporación en la vida pública y social de la comunidad en puestos claves, en cambiar mentalidades, en aplicar la justicia. Veo muchos retos aún por vencer.

BLADE: ¿Qué mensaje les daría a todas las personas que han sido y son discriminadas por su orientación sexual o identidad de género?

ARMANDO: No se rindan, luchen, defiéndanse, asesórense. No están solos, ni son los únicos que lamentablemente les pasa esto. Solo soy un caso de perseverancia y terquedad en no dejar impune el acto, no más. Ni un paso atrás.

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El Salvador

La marcha LGBTQ desafía el silencio en El Salvador

Se realizó el evento en San Salvador bajo la lluvia, pero con orgullo

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(Foto de Ernesto Valle por el Washington Blade)

SAN SALVADOR, El SalvadorEl reloj marcaba el mediodía cuando los primeros colores del arcoíris comenzaron a ondear frente a la emblemática Plaza del Divino Salvador del Mundo. A pesar de la incertidumbre generada en redes sociales, donde abundaban los rumores sobre una posible cancelación de la marcha por la diversidad sexual, la ciudad capital comenzaba a llenarse de esperanza, de resistencia y de orgullo.

Este año, la Marcha del Orgullo LGBTQ+ en El Salvador se desarrolló en un contexto tenso, en medio de un clima político que reprime y silencia a las voces disidentes. 

“Aunque las estadísticas digan que no existimos, viviendo en El Salvador, un país donde hoy, después de décadas de avances, defender los derechos humanos es de nuevo una causa perseguida, criminalizada y silenciada”, afirmaron representantes de la Federación Salvadoreña LGBTQ+.

A pesar de la cancelación del festival cultural que usualmente acompaña la marcha, los colectivos decidieron seguir adelante con la movilización, priorizando el sentido original de la actividad: salir a las calles para visibilizarse, exigir respeto a sus derechos y recordar a quienes ya no están.

A la 1:30 p.m., una fuerte lluvia comenzó a caer sobre la ciudad. Algunas de las personas presentes corrieron a refugiarse, mientras otras, debajo de sombrillas y de los escasos árboles en la plaza, decidieron mantenerse firmes. Los comentarios pesimistas no se hicieron esperar: “a lo mejor la cancelan por el clima”, “no se ve tanta gente como otros años”. Sin embargo, lo que siguió fue una muestra de resistencia: a las 2:05 p.m. las voces comenzaron a llamar a tomar las calles.

Visibilidad como resistencia

La marcha arrancó bajo una llovizna persistente. La Avenida Roosevelt y la Alameda Juan Pablo II se tiñeron de colores con banderas arcoíris, trans, lésbicas, bisexuales y otras que representan a los diversos sectores de la población LGBTQ. Cada bandera alzada fue un acto político, cada paso una declaración de existencia.

Desde la Plaza del Divino Salvador del Mundo hasta la Plaza Gerardo Barrios, frente a Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional, la marcha se convirtió en un carnaval de dignidad. Carteles con frases como “El amor no se reprime”, “Mi existencia no es delito” o “Marcho por quien ya no puede hacerlo” se alzaron entre las multitudes.

La movilización fue también un espacio para recordar a quienes han perdido la vida por la discriminación y el rechazo. Familias que marcharon por hijos, hijas o amigues que se suicidaron a causa del estigma. Personas que caminaron por quienes aún viven en el miedo, por quienes no pudieron salir del clóset, por quienes se han ido del país huyendo de la violencia.

Arte, fe y rebeldía

Una de las escenas más llamativas fue protagonizada por Nelson Valle, un joven gay que marchó vestido como sacerdote. 

“Hay muchas personas que secretamente asisten a ritos religiosos como en Semana Santa, y les gusta vivir en lo oculto. Pero la fe debe ser algo libre porque Dios es amor y es para todos”, dijo.

Valle utilizó su vestimenta como una forma de protesta contra las estructuras religiosas que aún condenan la diversidad sexual. 

“Un ejemplo de persona que abrió el diálogo del respeto fue el papa Francisco, abrió la mente y muy adelantado a su tiempo, porque dejó claro que hay que escuchar a toda persona que quiere encontrar a Dios”, agregó.

La marcha también incluyó bandas musicales, grupos de cachiporristas, carrozas artísticas, colectivos provenientes de distintos puntos del país, y manifestaciones de orgullo en todas sus formas. Fue un mosaico cultural que mostró la riqueza y diversidad de la población LGBTQ en El Salvador.

(Foto de Ernesto Valle por el Washington Blade)

Una lucha que persiste

Las organizaciones presentes coincidieron en su mensaje: la lucha por la igualdad y el reconocimiento no se detiene, a pesar de los intentos del Estado por invisibilizarlos. 

“Nuestros cuerpos se niegan a ser borrados y a morir en la invisibilidad de registros que no guardan nuestros nombres ni nuestros géneros”, declararon representantes de la Federación.

Además, agregaron: “Desde este país que nos quiere callar, levantamos nuestras voces: ¡La comunidad LGBTIQ+ no se borra! ¡El Salvador también es nuestro! Construyamos, entre todes, un país donde podamos vivir con Orgullo.”

El ambiente fue de respeto, pero también de desconfianza. La presencia de agentes policiales no pasó desapercibida. Aunque no hubo reportes oficiales de violencia, varias personas expresaron su temor por posibles represalias.

“Marchar hoy es también un acto de valentía”, comentó Alejandra, una joven lesbiana que viajó desde Santa Ana para participar. “Pero tenemos derecho a vivir, a amar, a soñar. Y si nos detenemos, les damos la razón a quienes nos quieren ver en silencio.”

Rumbo al futuro

Concluida la marcha frente a Catedral y el Palacio Nacional, muchas personas permanecieron en la plaza compartiendo abrazos, fotos y palabras de aliento. No hubo festival, no hubo escenario, pero hubo algo más valioso: una comunidad que sigue viva, que sigue resistiendo.

Los retos son muchos: falta de leyes de protección y que apoye las identidades de las personas trans, discriminación laboral, violencia por prejuicio, rechazo familiar, y una narrativa estatal que pretende que no existen. Pero la marcha del 28 de junio demostró que, aunque el camino sea cuesta arriba, la dignidad y el orgullo no se borran.

La lucha por un El Salvador más justo, más plural y más inclusivo continúa. En palabras de uno de los carteles más llamativos de ese día: “No estamos aquí para pedir permiso, estamos aquí para recordar que también somos parte de este país”.

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Colombia

Colombia avanza hacia la igualdad para personas trans

Fue aprobado en Comisión Primera de la Cámara la Ley Integral Trans

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El Congreso de Colombia (Foto de Michael K. Lavers por el Washington Blade)

OrgulloLGBT.co es el socio mediático del Washington Blade en Colombia. Esta nota salió en su sitio web.

En un hecho histórico para los derechos humanos en Colombia, la Comisión Primera de la Cámara de Representantes aprobó en primer debate el Proyecto de Ley 122 de 2024, conocido como la Ley Integral Trans, que busca garantizar la igualdad efectiva de las personas con identidades de género diversas en el país. Esta iniciativa, impulsada por más de cien organizaciones sociales defensoras de los derechos LGBTQ, congresistas de la comisión por la Diversidad y personas trans, representa un paso decisivo hacia el reconocimiento pleno de derechos para esta población históricamente marginada.

La Ley Integral Trans propone un marco normativo robusto para enfrentar la discriminación y promover la inclusión. Entre sus principales ejes se destacan el acceso a servicios de salud con enfoque diferencial, el reconocimiento de la identidad de género en todos los ámbitos de la vida, la creación de programas de empleo y educación para personas trans, así como medidas para garantizar el acceso a la justicia y la protección frente a violencias basadas en prejuicios.

Detractores hablan de ‘imposición ideológica

Sin embargo, el avance del proyecto no ha estado exento de polémicas. Algunos sectores conservadores han señalado que la iniciativa representa una “imposición ideológica”. La senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal anunció públicamente que se opondrá al proyecto de Ley Integral Trans cuando llegue al Senado, argumentando que “todas las personas deben ser tratadas por igual” y que esta propuesta vulneraría un principio constitucional. Estas declaraciones anticipan un debate intenso en las próximas etapas legislativas.

El proyecto también establecelineamientos claros para que las instituciones públicas respeten el nombre y el género con los que las personas trans se identifican, en concordancia con su identidad de género, y contempla procesos de formación y sensibilización en entidades estatales. Además, impulsa políticas públicas en contextos clave como el trabajo, la educación, la cultura y el deporte, promoviendo una vida libre de discriminación y con garantías plenas de participación.

¿Qué sigue para que sea ley?

La Ley aún debe superar varios debates legislativos, incluyendo la plenaria en la Cámara y luego el paso al Senado; pero la sola aprobación en Comisión Primera ya constituye un hito en la lucha por la igualdad y la dignidad de las personas trans en Colombia. En un país donde esta población enfrenta altos niveles de exclusión, violencia y barreras estructurales, este avance legislativo renueva la esperanza de una transformación real.

Desde www.orgullolgbt.co, celebramos este logro, invitamos a unirnos en esta causa impulsándola en los círculos a los que tengamos acceso y reiteramos nuestro compromiso con la visibilidad, los derechos y la vida digna de las personas trans. La #LeyIntegralTrans bautizada “Ley Sara Millerey” en honor de la mujer trans recientemente asesinada en Bello, Antioquia (ver más aquí); no es solo una propuesta normativa: es un acto de justicia que busca asegurar condiciones reales para que todas las personas puedan vivir con libertad, seguridad y respeto por su identidad.

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Noticias en Español

¿Hasta cuándo esperaremos el permiso para amar?

El nuevo Papa afirmó que la familia se funda en la “unión estable entre el hombre y la mujer”

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El Papa Leo XIV (Foto de Vatican News/X)

Las recientes declaraciones del Papa León XIV han reactivado un debate de enorme peso espiritual y pastoral: ¿cómo entiende la Iglesia el amor, la familia y la dignidad de las personas en toda su diversidad?

En su primer discurso oficial ante el cuerpo diplomático del Vaticano, el 16 de mayo de 2025, el Papa afirmó que la familia se funda en la “unión estable entre el hombre y la mujer”. Estas palabras, pronunciadas con claridad y convicción, reafirman la posición doctrinal tradicional sobre el matrimonio, el aborto y la llamada “ideología de género”. Pero para muchos, estas afirmaciones reabren heridas, traen a la superficie el dolor de sentirse nuevamente al margen, y avivan preguntas que no han encontrado todavía un espacio real de escucha dentro de la Iglesia.

Estas posturas no son nuevas. Ya en 2016, como obispo de Chiclayo, Perú, León XIV expresó su oposición a los programas de educación con perspectiva de género, argumentando que “buscan crear géneros que no existen” y defendiendo una visión binaria de la creación.

Tras el reciente fallecimiento del Papa Francisco —cuyo pontificado marcó una apertura tímida pero significativa hacia una pastoral de la misericordia—, la elección de León XIV suscitó tanto esperanzas como preocupaciones. Francisco, aunque enfrentó resistencias internas, dejó gestos importantes: la bendición a parejas del mismo sexo, el lenguaje de acogida y las exhortaciones a no cerrar las puertas. Pero sus esfuerzos, por valiosos que fueran, no dejaron de ser esfuerzos, porque la estructura misma de la Iglesia, anclada en siglos de doctrina conservadora, reaccionó con oposición firme, limitando cualquier posibilidad real de transformación profunda.

En mi artículo anterior “Cuando el humo blanco no es suficiente” (Pride Society Magazine, abril 2025), advertía que el humo de la elección papal no podía ser tomado como garantía de cambio. La emoción del momento, sin acciones concretas, corre el riesgo de volverse solo un símbolo sin sustancia. Hoy, esas palabras cobran nueva vigencia.

Pero este artículo no es una condena a ninguna iglesia. No es un ataque ni una burla. Es una reflexión desde la fe. Es un clamor desde el corazón pastoral de quienes acompañamos a muchas personas heridas por un discurso que, en nombre de Dios, ha excluido más que ha abrazado.

¿Por qué seguimos esperando el permiso para amar?

¿Por qué seguimos buscando validación en instituciones que, a menudo, nos han negado su respeto?

No pedimos aceptación como una concesión. Exigimos respeto como un derecho. El Evangelio no fue escrito para algunos. Fue proclamado para todos.

Y es aquí donde debemos detenernos. Porque muchas veces, frente a declaraciones como estas, el miedo nos asalta, nos invade y nos paraliza. Nos deja vacilantes. Dudamos de nuestro valor, de nuestra fe, de nuestro lugar en la comunidad. Pero en medio de esas sombras, el Evangelio alza su voz con claridad:

“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor” (1 Juan 4:18).

Ese amor no viene de doctrinas. Viene de Dios. Y quien vive en ese amor, no tiene por qué temer.

También es necesario reconocer que quienes tenemos la responsabilidad de enseñar, predicar y liderar en las iglesias, no siempre medimos el poder de nuestras palabras. Con frecuencia, hemos usado la Biblia y las doctrinas como fusiles, y hemos arrinconado a quienes no encajan en nuestras categorías teológicas. ¿De qué sirve hablar de inclusión si no escuchamos? ¿De qué sirve predicar el amor si excluimos con nuestras prácticas?

La Iglesia —toda Iglesia— está llamada a reflejar el corazón de Dios. Y ese corazón no clasifica, no discrimina, no teme a la diversidad. Ese corazón solo sabe amar.

Como dijo el apóstol Pablo:

“Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay hombre ni mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús” (Gál 3:28).

Hoy repito con fuerza: el Dios que conozco no condena el amor. El Dios que conozco condena el odio.

Y mientras haya personas que aman, que buscan justicia, que luchan por ser quienes son sin miedo, Dios seguirá caminando con ellas.

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