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Albergue en Tijuana protege del coronavirus a inmigrantes LGBTQ

Jardín de las Mariposas tiene casi 20 residentes

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Un residente de Jardín de las Mariposas, un albergue para migrantes LGBTQ en la ciudad fronteriza de Tijuana, México. (Foto cortesía de Steve Roth)

Alrededor de 20 inmigrantes LGBTQ, en su mayoría mujeres trans provenientes de diversos países de Latinoamérica, están aislados y protegidos en el albergue Jardín de las Mariposas en la ciudad fronteriza de Tijuana, México, ante la actual contingencia generada por la propagación del nuevo coronavirus.

Jaime Marín Rocha, representante legal de este refugio, dijo en exclusiva al Washington Blade que actualmente están tomando medidas de higiene y limpieza utilizando mascarillas, guantes, geles antibacteriales, desinfectantes y cloro en la protección de ese santuario para contrarrestar el contagio del virus y mantener un balance en la salud de sus pacientes-residentes.

“El gobierno de Tijuana no nos ha apoyado mucho”, lamentó Marín. “Solamente llegó una inspección de la Jurisdicción Sanitaria de Tijuana para revisar las instalaciones. Nos recomendaron algunos aspectos a mejorar, pero se fueron muy complacidos por la higiene del lugar”.

Por el momento todos los refugiados allí se encuentran en condiciones óptimas de salud y toman muy en serio todas las medidas orientadas para el aislamiento social.

En algunas publicaciones del perfil de Facebook de la organización se pueden apreciar las tareas de higienización realizadas por los propios residentes del albergue. Además, Marín explicó que están adaptando una parte de la casa para aislar a alguien en caso de que surgiera un contagio.

“Lo tendríamos allí hasta que pudiéramos llevarlo al hospital en caso necesario”. Sin embargo, Marín está preocupado en ese aspecto, pues actualmente no cuentan con un médico disponible en la instalación, a lo que se suma que los refugiados solo tienen una cobertura de seguro médico los tres primeros meses luego de su arribo al país.

“Lo que queremos hacer es implementar un fondo para las personas que no tienen seguro médico, porque cuando ese tiempo se acabe no tenemos cómo enfrentar una situación que se nos pudiera presentar. Tenemos que buscar el apoyo de otras organizaciones en lo médico para darles la asistencia. Realmente necesitamos ayuda con eso”.

Desinfectantes y cloro en Jardín de las Mariposas en Tijuana, México. (Foto cortesía de Steve Roth)

Jordi Raich, jefe de la delegación regional del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para México y América Central, confirmó que efectivamente los inmigrantes, aparte de estar expuestos al contagio como cualquier otra persona, muchas veces tienen dificultades para acceder al sistema de salud gubernamental o asistencia humanitaria, y también pueden ser víctimas de la violencia, incluida la discriminación y, por lo tanto, ser excluidos de los servicios.

“Es importante resaltar que la presencia de migrantes no genera mayor riesgo de contagio, ellos están expuestos al virus de igual manera que los nacionales de cualquier país”, aseguró Raich.

En cuanto a la asistencia psicológica, Marín afirmó que contaban con los servicios de una profesional, pero sufrió un accidente hace unos días. “Nos hemos quedado un poco desamparados en ese aspecto también. Lo ideal es que tuviéramos un programa psicológico para ayudar a superar muchos de los traumas que traen estos inmigrantes debido a la persecución que han recibido en sus países de orígenes por su orientación sexual”.

Gran mayoría de los residentes del albergue viven con VIH

A esta situación se adiciona que las alertas del contagio al coronavirus entre las personas LGBTQ se han disparado desde que se declaró la emergencia global, pues esta población posee un alto por ciento de pacientes con VIH y cáncer, haciéndolos más susceptibles al virus.

La Red Nacional de Cáncer LGBTQ en una carta abierta firmada por grupos como Human Rights Campaign, Lambda Legal y GLAAD expresó su preocupación, pues la comunidad gay enfrenta barreras cuando se trata del acceso a la atención médica.

“Las actitudes discriminatorias son comunes entre los profesionales médicos y por esa razón algunas personas evitan o retrasan la visita al médico”, expusieron.

Además, la alarma se fundamenta en que este sector hace un uso de tabaco con tasas que son 50 por ciento más altas que la población general y el coronavirus resulta una enfermedad respiratoria que ha demostrado ser particularmente dañina para los fumadores.

Otro factor que incrementa la vulnerabilidad al virus es la también elevada tasa de VIH y cáncer entre las personas LGBTQ, lo que significa que un mayor número puede tener comprometido su sistema inmune, dejándolo más vulnerable a la infección por coronavirus. Además, hay muchos casos de personas que no saben que tienen el VIH.

El 95 por ciento de los residentes en Jardín de las Mariposas, de acuerdo con Marín, presentan la condición de VIH, por lo que extremar los cuidados en esa residencia resulta una prioridad. En consecuencia, Marín informó que el albergue temporalmente no admitirá nuevos residentes.

“Esperamos reabrir nuestras puertas pronto. Siga las pautas gubernamentales para garantizar su seguridad personal”, recomendó en un post de Facebook.

Para intentar contrarrestar todas estas adversidades logísticas y económicas, Jardín de las Mariposas ha recibido donaciones de múltiples organizaciones sin fines de lucro, que los apoyan en estos tiempos de contingencia sanitaria. La coalición Families Belong Together, la Alianza para la Salud de los Refugiados, la Fundación Humanitaria para las Minorías, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Alight y la Organización para el Refugio, el Asilo y la Migración (ORAM) han extendido su mano solidaria para apoyar a quienes más lo necesitan.

Steve Roth, director ejecutivo de ORAM, refirió al Blade que apoyan a centros como Jardín en tres maneras: “con productos para ayudar en protegerse contra el coronavirus, información sobre el virus y cómo protegerse, así como programas para apoyar a los residentes durante estos tiempos difíciles”.

“Trabajamos juntos con nuestro socio Alight en esto”, contó Roth. “En el caso de Jardin de las Mariposas compramos la mayoría de los productos por Amazon y lo mandaron directamente al albergue. Ya hemos mandado jabón, desinfectante, guantes, toallitas desinfectantes, bolsas para basura, cajas de primeros auxilios, papel higiénico, etc. Ya tienen bastante para el próximo mes, más o menos, y vamos a hacer otro pedido en breve”.

Desde la izquierda: Steve Roth, director ejecutivo de ORAM, con Jaime Marín Rocha y su madre, Yolanda Rocha de Jardín de las Mariposas, un albergue para migrantes en Tijuana, México, el 25 de febrero de 2020. (Foto de Michael K. Lavers por el Washington Blade)

Jardín de las Mariposas tiene su sede en una casa amplia y cómoda con varios dormitorios y está situada a unos diez minutos del centro de Tijuana, una ciudad fronteriza que acumula más de 500 casos del virus, según medios locales. En opinión de Marín, la urbe del estado norteño de Baja California reaccionó muy tarde, cuando la mayoría de los países ya habían cerrado sus fronteras.

“México respondió muy tarde”, lamentó.

Actualmente la ciudad está en cuarentena y la entrada de solicitantes de asilo a los Estados Unidos detenida por el momento. La frontera estadounidense se mantiene abierta únicamente para el tránsito esencial de comercio y personas autorizadas. Por otra parte, el Secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard dijo que su país no aceptará migrantes y solicitantes de asilo de terceros países devueltos a territorio mexicano por la administración Trump a través de la frontera entre Estados Unidos y México.

Mientras, los cerca de 20 inmigrantes LGTBQ deben permanecer a la espera de la conclusión de esta contingencia en el Jardín, un espacio que el propio Marín ha definido como “un sueño que consolidamos a partir de las duras experiencias de ser diferente en una sociedad que excluye y señala a quienes no aceptamos las etiquetas sociales por saber amar de forma diferente”.

Jardín de las Mariposas es una organización sin fines de lucro fundada por Yolanda Rocha, actual directora y madre de Marín, desde el abril 6 de 2011. Recibe siempre con amor, respeto y de forma gratuita a quien solicite ayuda para detener algún proceso de adicción o problemas de carácter emocional por su condición sexual. Es el único centro que acoge abiertamente a la comunidad LGBTQ en Tijuana. Debido a la creciente inmigración hacia los Estados Unidos, esta organización se ha enfocado últimamente en brindar ayuda a solicitantes de asilo y refugiados.

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El Salvador

La marcha LGBTQ desafía el silencio en El Salvador

Se realizó el evento en San Salvador bajo la lluvia, pero con orgullo

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(Foto de Ernesto Valle por el Washington Blade)

SAN SALVADOR, El SalvadorEl reloj marcaba el mediodía cuando los primeros colores del arcoíris comenzaron a ondear frente a la emblemática Plaza del Divino Salvador del Mundo. A pesar de la incertidumbre generada en redes sociales, donde abundaban los rumores sobre una posible cancelación de la marcha por la diversidad sexual, la ciudad capital comenzaba a llenarse de esperanza, de resistencia y de orgullo.

Este año, la Marcha del Orgullo LGBTQ+ en El Salvador se desarrolló en un contexto tenso, en medio de un clima político que reprime y silencia a las voces disidentes. 

“Aunque las estadísticas digan que no existimos, viviendo en El Salvador, un país donde hoy, después de décadas de avances, defender los derechos humanos es de nuevo una causa perseguida, criminalizada y silenciada”, afirmaron representantes de la Federación Salvadoreña LGBTQ+.

A pesar de la cancelación del festival cultural que usualmente acompaña la marcha, los colectivos decidieron seguir adelante con la movilización, priorizando el sentido original de la actividad: salir a las calles para visibilizarse, exigir respeto a sus derechos y recordar a quienes ya no están.

A la 1:30 p.m., una fuerte lluvia comenzó a caer sobre la ciudad. Algunas de las personas presentes corrieron a refugiarse, mientras otras, debajo de sombrillas y de los escasos árboles en la plaza, decidieron mantenerse firmes. Los comentarios pesimistas no se hicieron esperar: “a lo mejor la cancelan por el clima”, “no se ve tanta gente como otros años”. Sin embargo, lo que siguió fue una muestra de resistencia: a las 2:05 p.m. las voces comenzaron a llamar a tomar las calles.

Visibilidad como resistencia

La marcha arrancó bajo una llovizna persistente. La Avenida Roosevelt y la Alameda Juan Pablo II se tiñeron de colores con banderas arcoíris, trans, lésbicas, bisexuales y otras que representan a los diversos sectores de la población LGBTQ. Cada bandera alzada fue un acto político, cada paso una declaración de existencia.

Desde la Plaza del Divino Salvador del Mundo hasta la Plaza Gerardo Barrios, frente a Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional, la marcha se convirtió en un carnaval de dignidad. Carteles con frases como “El amor no se reprime”, “Mi existencia no es delito” o “Marcho por quien ya no puede hacerlo” se alzaron entre las multitudes.

La movilización fue también un espacio para recordar a quienes han perdido la vida por la discriminación y el rechazo. Familias que marcharon por hijos, hijas o amigues que se suicidaron a causa del estigma. Personas que caminaron por quienes aún viven en el miedo, por quienes no pudieron salir del clóset, por quienes se han ido del país huyendo de la violencia.

Arte, fe y rebeldía

Una de las escenas más llamativas fue protagonizada por Nelson Valle, un joven gay que marchó vestido como sacerdote. 

“Hay muchas personas que secretamente asisten a ritos religiosos como en Semana Santa, y les gusta vivir en lo oculto. Pero la fe debe ser algo libre porque Dios es amor y es para todos”, dijo.

Valle utilizó su vestimenta como una forma de protesta contra las estructuras religiosas que aún condenan la diversidad sexual. 

“Un ejemplo de persona que abrió el diálogo del respeto fue el papa Francisco, abrió la mente y muy adelantado a su tiempo, porque dejó claro que hay que escuchar a toda persona que quiere encontrar a Dios”, agregó.

La marcha también incluyó bandas musicales, grupos de cachiporristas, carrozas artísticas, colectivos provenientes de distintos puntos del país, y manifestaciones de orgullo en todas sus formas. Fue un mosaico cultural que mostró la riqueza y diversidad de la población LGBTQ en El Salvador.

(Foto de Ernesto Valle por el Washington Blade)

Una lucha que persiste

Las organizaciones presentes coincidieron en su mensaje: la lucha por la igualdad y el reconocimiento no se detiene, a pesar de los intentos del Estado por invisibilizarlos. 

“Nuestros cuerpos se niegan a ser borrados y a morir en la invisibilidad de registros que no guardan nuestros nombres ni nuestros géneros”, declararon representantes de la Federación.

Además, agregaron: “Desde este país que nos quiere callar, levantamos nuestras voces: ¡La comunidad LGBTIQ+ no se borra! ¡El Salvador también es nuestro! Construyamos, entre todes, un país donde podamos vivir con Orgullo.”

El ambiente fue de respeto, pero también de desconfianza. La presencia de agentes policiales no pasó desapercibida. Aunque no hubo reportes oficiales de violencia, varias personas expresaron su temor por posibles represalias.

“Marchar hoy es también un acto de valentía”, comentó Alejandra, una joven lesbiana que viajó desde Santa Ana para participar. “Pero tenemos derecho a vivir, a amar, a soñar. Y si nos detenemos, les damos la razón a quienes nos quieren ver en silencio.”

Rumbo al futuro

Concluida la marcha frente a Catedral y el Palacio Nacional, muchas personas permanecieron en la plaza compartiendo abrazos, fotos y palabras de aliento. No hubo festival, no hubo escenario, pero hubo algo más valioso: una comunidad que sigue viva, que sigue resistiendo.

Los retos son muchos: falta de leyes de protección y que apoye las identidades de las personas trans, discriminación laboral, violencia por prejuicio, rechazo familiar, y una narrativa estatal que pretende que no existen. Pero la marcha del 28 de junio demostró que, aunque el camino sea cuesta arriba, la dignidad y el orgullo no se borran.

La lucha por un El Salvador más justo, más plural y más inclusivo continúa. En palabras de uno de los carteles más llamativos de ese día: “No estamos aquí para pedir permiso, estamos aquí para recordar que también somos parte de este país”.

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Colombia

Colombia avanza hacia la igualdad para personas trans

Fue aprobado en Comisión Primera de la Cámara la Ley Integral Trans

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El Congreso de Colombia (Foto de Michael K. Lavers por el Washington Blade)

OrgulloLGBT.co es el socio mediático del Washington Blade en Colombia. Esta nota salió en su sitio web.

En un hecho histórico para los derechos humanos en Colombia, la Comisión Primera de la Cámara de Representantes aprobó en primer debate el Proyecto de Ley 122 de 2024, conocido como la Ley Integral Trans, que busca garantizar la igualdad efectiva de las personas con identidades de género diversas en el país. Esta iniciativa, impulsada por más de cien organizaciones sociales defensoras de los derechos LGBTQ, congresistas de la comisión por la Diversidad y personas trans, representa un paso decisivo hacia el reconocimiento pleno de derechos para esta población históricamente marginada.

La Ley Integral Trans propone un marco normativo robusto para enfrentar la discriminación y promover la inclusión. Entre sus principales ejes se destacan el acceso a servicios de salud con enfoque diferencial, el reconocimiento de la identidad de género en todos los ámbitos de la vida, la creación de programas de empleo y educación para personas trans, así como medidas para garantizar el acceso a la justicia y la protección frente a violencias basadas en prejuicios.

Detractores hablan de ‘imposición ideológica

Sin embargo, el avance del proyecto no ha estado exento de polémicas. Algunos sectores conservadores han señalado que la iniciativa representa una “imposición ideológica”. La senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal anunció públicamente que se opondrá al proyecto de Ley Integral Trans cuando llegue al Senado, argumentando que “todas las personas deben ser tratadas por igual” y que esta propuesta vulneraría un principio constitucional. Estas declaraciones anticipan un debate intenso en las próximas etapas legislativas.

El proyecto también establecelineamientos claros para que las instituciones públicas respeten el nombre y el género con los que las personas trans se identifican, en concordancia con su identidad de género, y contempla procesos de formación y sensibilización en entidades estatales. Además, impulsa políticas públicas en contextos clave como el trabajo, la educación, la cultura y el deporte, promoviendo una vida libre de discriminación y con garantías plenas de participación.

¿Qué sigue para que sea ley?

La Ley aún debe superar varios debates legislativos, incluyendo la plenaria en la Cámara y luego el paso al Senado; pero la sola aprobación en Comisión Primera ya constituye un hito en la lucha por la igualdad y la dignidad de las personas trans en Colombia. En un país donde esta población enfrenta altos niveles de exclusión, violencia y barreras estructurales, este avance legislativo renueva la esperanza de una transformación real.

Desde www.orgullolgbt.co, celebramos este logro, invitamos a unirnos en esta causa impulsándola en los círculos a los que tengamos acceso y reiteramos nuestro compromiso con la visibilidad, los derechos y la vida digna de las personas trans. La #LeyIntegralTrans bautizada “Ley Sara Millerey” en honor de la mujer trans recientemente asesinada en Bello, Antioquia (ver más aquí); no es solo una propuesta normativa: es un acto de justicia que busca asegurar condiciones reales para que todas las personas puedan vivir con libertad, seguridad y respeto por su identidad.

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Noticias en Español

¿Hasta cuándo esperaremos el permiso para amar?

El nuevo Papa afirmó que la familia se funda en la “unión estable entre el hombre y la mujer”

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El Papa Leo XIV (Foto de Vatican News/X)

Las recientes declaraciones del Papa León XIV han reactivado un debate de enorme peso espiritual y pastoral: ¿cómo entiende la Iglesia el amor, la familia y la dignidad de las personas en toda su diversidad?

En su primer discurso oficial ante el cuerpo diplomático del Vaticano, el 16 de mayo de 2025, el Papa afirmó que la familia se funda en la “unión estable entre el hombre y la mujer”. Estas palabras, pronunciadas con claridad y convicción, reafirman la posición doctrinal tradicional sobre el matrimonio, el aborto y la llamada “ideología de género”. Pero para muchos, estas afirmaciones reabren heridas, traen a la superficie el dolor de sentirse nuevamente al margen, y avivan preguntas que no han encontrado todavía un espacio real de escucha dentro de la Iglesia.

Estas posturas no son nuevas. Ya en 2016, como obispo de Chiclayo, Perú, León XIV expresó su oposición a los programas de educación con perspectiva de género, argumentando que “buscan crear géneros que no existen” y defendiendo una visión binaria de la creación.

Tras el reciente fallecimiento del Papa Francisco —cuyo pontificado marcó una apertura tímida pero significativa hacia una pastoral de la misericordia—, la elección de León XIV suscitó tanto esperanzas como preocupaciones. Francisco, aunque enfrentó resistencias internas, dejó gestos importantes: la bendición a parejas del mismo sexo, el lenguaje de acogida y las exhortaciones a no cerrar las puertas. Pero sus esfuerzos, por valiosos que fueran, no dejaron de ser esfuerzos, porque la estructura misma de la Iglesia, anclada en siglos de doctrina conservadora, reaccionó con oposición firme, limitando cualquier posibilidad real de transformación profunda.

En mi artículo anterior “Cuando el humo blanco no es suficiente” (Pride Society Magazine, abril 2025), advertía que el humo de la elección papal no podía ser tomado como garantía de cambio. La emoción del momento, sin acciones concretas, corre el riesgo de volverse solo un símbolo sin sustancia. Hoy, esas palabras cobran nueva vigencia.

Pero este artículo no es una condena a ninguna iglesia. No es un ataque ni una burla. Es una reflexión desde la fe. Es un clamor desde el corazón pastoral de quienes acompañamos a muchas personas heridas por un discurso que, en nombre de Dios, ha excluido más que ha abrazado.

¿Por qué seguimos esperando el permiso para amar?

¿Por qué seguimos buscando validación en instituciones que, a menudo, nos han negado su respeto?

No pedimos aceptación como una concesión. Exigimos respeto como un derecho. El Evangelio no fue escrito para algunos. Fue proclamado para todos.

Y es aquí donde debemos detenernos. Porque muchas veces, frente a declaraciones como estas, el miedo nos asalta, nos invade y nos paraliza. Nos deja vacilantes. Dudamos de nuestro valor, de nuestra fe, de nuestro lugar en la comunidad. Pero en medio de esas sombras, el Evangelio alza su voz con claridad:

“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor” (1 Juan 4:18).

Ese amor no viene de doctrinas. Viene de Dios. Y quien vive en ese amor, no tiene por qué temer.

También es necesario reconocer que quienes tenemos la responsabilidad de enseñar, predicar y liderar en las iglesias, no siempre medimos el poder de nuestras palabras. Con frecuencia, hemos usado la Biblia y las doctrinas como fusiles, y hemos arrinconado a quienes no encajan en nuestras categorías teológicas. ¿De qué sirve hablar de inclusión si no escuchamos? ¿De qué sirve predicar el amor si excluimos con nuestras prácticas?

La Iglesia —toda Iglesia— está llamada a reflejar el corazón de Dios. Y ese corazón no clasifica, no discrimina, no teme a la diversidad. Ese corazón solo sabe amar.

Como dijo el apóstol Pablo:

“Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay hombre ni mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús” (Gál 3:28).

Hoy repito con fuerza: el Dios que conozco no condena el amor. El Dios que conozco condena el odio.

Y mientras haya personas que aman, que buscan justicia, que luchan por ser quienes son sin miedo, Dios seguirá caminando con ellas.

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