Noticias en Español
Elecciones en Chile: candidaturas LGBTQ irrumpen y ganan espacios
Ocho postulantes queer fueron electos para escribir la nueva Constitución

CONCEPCIÓN, Chile — Como un hecho histórico para los derechos de la diversidad sexual y de género calificaron los activistas y organizaciones LGBTQ, el resultado de las elecciones del pasado fin de semana en Chile, donde ocho postulantes abiertamente queer fueron electos para escribir la nueva Constitución de ese país latinoamericano.
Se trata de Jennifer Mella, Valentina Miranda, Bessy Gallardo, Pedro Muñoz, Javier Fuchslocher, Gaspar Domínguez, Rodrigo Rojas y Tomás Laibe, quienes representan el 5,2 por ciento del total de 155 escaños que formarán la Convención Constituyente.
“Si bien la representación de las disidencias sexuales sigue siendo baja, es un paso histórico contar con constituyentes que permitan instalar la urgencia de nuestras demandas, y promover el respeto y protección de los derechos de la población LGBTIQ+ en la nueva Constitución y en la sociedad. También será muy relevante el compromiso de las fuerzas feministas y progresistas respecto a estos temas y como observatorio estaremos atentas a esa discusión”, explicó la coordinadora de Les Constituyentes, Marion Stock, mediante un comunicado luego del conteo de votos.
Mientras que el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) calificó “como histórico que ocho personas abiertamente LGBTIQ+ hubiesen sido electas como constituyentes, en tanto ello permite que la rica diversidad de Chile tenga voz y voto en el proceso de transformaciones más importante enfrentado por el país”.
“Esperamos que la nueva Constitución garantice explícitamente la no discriminación por orientación sexual, identidad y expresión de género; así como por todas las categorías protegidas en la Ley Zamudio; y se reconozca la plena igualdad derechos para todas las personas, parejas y familias, sea cual sea su composición. Solo con ello, podrán eliminarse de una vez todas y cada una de las leyes y políticas públicas homo/transfóbicas que aún persisten en Chile”, comentó al respecto el portavoz del Movilh, Óscar Rementería.
Laibe, del Partido Socialista de Chile, quién fue elegido en la zona más austral de ese país indicó de hito cultural su arribo y el de otras siete personas LGBTQ a la convención que reemplazará la actual Constitución que la mayoría de los chilenos califica como ilegítima luego de ser impuesta en la dictadura militar de Augusto Pinochet.
“Creo que es un hito que, primero, hayamos tenido más de 40 candidaturas de la disidencia sexual a esta Convención Constitucional. Es un hito en la historia de Chile y probablemente va a marcar la pauta de lo que será el resto de las elecciones, que estoy seguro que vamos a tener más presencia”, afirmó el politólogo en conversación con Lo Que Queda del Día, de Cooperativa, un programa radial.
Agregó que “en el caso de nosotros, nos sentimos orgullosos, porque éramos la única candidatura disidente de la zona austral, donde estamos bien aislados y de repente somos mucho más conservadores que en el resto del país y no nos damos cuenta que en Santiago pasan cosas y que quizás hay un avance cultural que es muy distinto a lo que está pasando en las regiones”.
“Ha sido muy importante el clavar esta bandera, hablar de la disidencia sexual durante toda la campaña para tratar de visibilizar esta problemática que es parte, creo, del diagnóstico del estallido social: hay banderas que han estado escondidas, invisibilizadas, por mucho tiempo; hay personas que sienten la discriminación todos los días y que viven la desigualdad y los tratos discriminatorios en la educación, la salud, en el trabajo. Eso va a ser, sin duda, una de las luchas que vamos a tener que dar en la Convención Constitucional”, sentenció.
En las pasadas elecciones, no solo se eligieron constituyentes. También los chilenos votaron para elegir a sus nuevos representantes comunales y regionales. Donde también hubieron resultados positivos para la población LGBTQ.
El Washington Blade conversó con Cristian Martínez, un activista LGBTQ que fue electo como concejal en la comuna de Molina, ubicada a 210 kilómetros al sur de Santiago, la capital chilena, que hace algunas semanas hizo noticia a nivel nacional debido a que un colegio de religión adventista difundiera texto abiertamente anti-LGBTQ a sus alumnos.
Martínez el pasado domingo pasó a la historia de su comuna al convertirse en el primer homosexual fuera del closet en ser elegido como autoridad en su tierra natal.
“Mi comuna y mi región, es rural y conservadora. Somos una zona de campo, sin embargo, se vive un proceso de cambio y eso quedo demostrado con que me hayan elegido a mi, una persona abiertamente homosexual como concejal, pero es más lento de lo que está pasando en las grandes ciudades, yo creo que aquí vamos mas lento respecto a la comunidad LGBTQ+ y particularmente de las personas trans, por lo tanto la visibilización es lo más importante” advirtió Martínez al Blade.
“Mientras los y las vecinas no conozcan a las personas trans, a las personas lesbianas, bisexuales, gays, intersexuales, etc., no van a tener como quererlas, respetarlas y acogerlas yo creo que visibilizarse es lo más importante y ahí hay que hacer un trabajo que vamos avanzando. Yo creo que hay una disponibilidad de mi comuna en avanzar en estos temas, pero el desafío es grande. Hay comunidades cristianas un poco más conservadoras que también ejercen una presión social en ciertos espacios, yo creo que eso se va ir revirtiendo a medida que vayamos visibilizando” concluyó el ahora concejal electo.
Martínez alertó al Blade que para los activistas LGBTQ era “súper importante participar en estas elecciones porque después del estallido social todos los activistas y las personas que participábamos de los movimientos sociales sentimos la responsabilidad y obligación de asumir responsabilidades de elección popular en las elecciones que se venían, en nuestros territorios, en nuestras comunas, en nuestros espacios”.
De esta forma, Chile deja atrás los prejuicios que señalaban a las personas LGBTQ como incompatibles para ejercer cargos públicos y con un camino pavimentado para seguir ganando espacios. Sobre todo en las próximas elecciones de noviembre cuando los chilenos vuelvan a las urnas para elegir presidente y miembros del Congreso.

Cristian Martínez (Foto cortesía de Cristian Martínez)
El Salvador
La marcha LGBTQ desafía el silencio en El Salvador
Se realizó el evento en San Salvador bajo la lluvia, pero con orgullo

SAN SALVADOR, El Salvador — El reloj marcaba el mediodía cuando los primeros colores del arcoíris comenzaron a ondear frente a la emblemática Plaza del Divino Salvador del Mundo. A pesar de la incertidumbre generada en redes sociales, donde abundaban los rumores sobre una posible cancelación de la marcha por la diversidad sexual, la ciudad capital comenzaba a llenarse de esperanza, de resistencia y de orgullo.
Este año, la Marcha del Orgullo LGBTQ+ en El Salvador se desarrolló en un contexto tenso, en medio de un clima político que reprime y silencia a las voces disidentes.
“Aunque las estadísticas digan que no existimos, viviendo en El Salvador, un país donde hoy, después de décadas de avances, defender los derechos humanos es de nuevo una causa perseguida, criminalizada y silenciada”, afirmaron representantes de la Federación Salvadoreña LGBTQ+.
A pesar de la cancelación del festival cultural que usualmente acompaña la marcha, los colectivos decidieron seguir adelante con la movilización, priorizando el sentido original de la actividad: salir a las calles para visibilizarse, exigir respeto a sus derechos y recordar a quienes ya no están.
A la 1:30 p.m., una fuerte lluvia comenzó a caer sobre la ciudad. Algunas de las personas presentes corrieron a refugiarse, mientras otras, debajo de sombrillas y de los escasos árboles en la plaza, decidieron mantenerse firmes. Los comentarios pesimistas no se hicieron esperar: “a lo mejor la cancelan por el clima”, “no se ve tanta gente como otros años”. Sin embargo, lo que siguió fue una muestra de resistencia: a las 2:05 p.m. las voces comenzaron a llamar a tomar las calles.
Visibilidad como resistencia
La marcha arrancó bajo una llovizna persistente. La Avenida Roosevelt y la Alameda Juan Pablo II se tiñeron de colores con banderas arcoíris, trans, lésbicas, bisexuales y otras que representan a los diversos sectores de la población LGBTQ. Cada bandera alzada fue un acto político, cada paso una declaración de existencia.
Desde la Plaza del Divino Salvador del Mundo hasta la Plaza Gerardo Barrios, frente a Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional, la marcha se convirtió en un carnaval de dignidad. Carteles con frases como “El amor no se reprime”, “Mi existencia no es delito” o “Marcho por quien ya no puede hacerlo” se alzaron entre las multitudes.
La movilización fue también un espacio para recordar a quienes han perdido la vida por la discriminación y el rechazo. Familias que marcharon por hijos, hijas o amigues que se suicidaron a causa del estigma. Personas que caminaron por quienes aún viven en el miedo, por quienes no pudieron salir del clóset, por quienes se han ido del país huyendo de la violencia.
Arte, fe y rebeldía
Una de las escenas más llamativas fue protagonizada por Nelson Valle, un joven gay que marchó vestido como sacerdote.
“Hay muchas personas que secretamente asisten a ritos religiosos como en Semana Santa, y les gusta vivir en lo oculto. Pero la fe debe ser algo libre porque Dios es amor y es para todos”, dijo.
Valle utilizó su vestimenta como una forma de protesta contra las estructuras religiosas que aún condenan la diversidad sexual.
“Un ejemplo de persona que abrió el diálogo del respeto fue el papa Francisco, abrió la mente y muy adelantado a su tiempo, porque dejó claro que hay que escuchar a toda persona que quiere encontrar a Dios”, agregó.
La marcha también incluyó bandas musicales, grupos de cachiporristas, carrozas artísticas, colectivos provenientes de distintos puntos del país, y manifestaciones de orgullo en todas sus formas. Fue un mosaico cultural que mostró la riqueza y diversidad de la población LGBTQ en El Salvador.

Una lucha que persiste
Las organizaciones presentes coincidieron en su mensaje: la lucha por la igualdad y el reconocimiento no se detiene, a pesar de los intentos del Estado por invisibilizarlos.
“Nuestros cuerpos se niegan a ser borrados y a morir en la invisibilidad de registros que no guardan nuestros nombres ni nuestros géneros”, declararon representantes de la Federación.
Además, agregaron: “Desde este país que nos quiere callar, levantamos nuestras voces: ¡La comunidad LGBTIQ+ no se borra! ¡El Salvador también es nuestro! Construyamos, entre todes, un país donde podamos vivir con Orgullo.”
El ambiente fue de respeto, pero también de desconfianza. La presencia de agentes policiales no pasó desapercibida. Aunque no hubo reportes oficiales de violencia, varias personas expresaron su temor por posibles represalias.
“Marchar hoy es también un acto de valentía”, comentó Alejandra, una joven lesbiana que viajó desde Santa Ana para participar. “Pero tenemos derecho a vivir, a amar, a soñar. Y si nos detenemos, les damos la razón a quienes nos quieren ver en silencio.”
Rumbo al futuro
Concluida la marcha frente a Catedral y el Palacio Nacional, muchas personas permanecieron en la plaza compartiendo abrazos, fotos y palabras de aliento. No hubo festival, no hubo escenario, pero hubo algo más valioso: una comunidad que sigue viva, que sigue resistiendo.
Los retos son muchos: falta de leyes de protección y que apoye las identidades de las personas trans, discriminación laboral, violencia por prejuicio, rechazo familiar, y una narrativa estatal que pretende que no existen. Pero la marcha del 28 de junio demostró que, aunque el camino sea cuesta arriba, la dignidad y el orgullo no se borran.
La lucha por un El Salvador más justo, más plural y más inclusivo continúa. En palabras de uno de los carteles más llamativos de ese día: “No estamos aquí para pedir permiso, estamos aquí para recordar que también somos parte de este país”.
Colombia
Colombia avanza hacia la igualdad para personas trans
Fue aprobado en Comisión Primera de la Cámara la Ley Integral Trans

En un hecho histórico para los derechos humanos en Colombia, la Comisión Primera de la Cámara de Representantes aprobó en primer debate el Proyecto de Ley 122 de 2024, conocido como la Ley Integral Trans, que busca garantizar la igualdad efectiva de las personas con identidades de género diversas en el país. Esta iniciativa, impulsada por más de cien organizaciones sociales defensoras de los derechos LGBTQ, congresistas de la comisión por la Diversidad y personas trans, representa un paso decisivo hacia el reconocimiento pleno de derechos para esta población históricamente marginada.
La Ley Integral Trans propone un marco normativo robusto para enfrentar la discriminación y promover la inclusión. Entre sus principales ejes se destacan el acceso a servicios de salud con enfoque diferencial, el reconocimiento de la identidad de género en todos los ámbitos de la vida, la creación de programas de empleo y educación para personas trans, así como medidas para garantizar el acceso a la justicia y la protección frente a violencias basadas en prejuicios.
Detractores hablan de ‘imposición ideológica
Sin embargo, el avance del proyecto no ha estado exento de polémicas. Algunos sectores conservadores han señalado que la iniciativa representa una “imposición ideológica”. La senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal anunció públicamente que se opondrá al proyecto de Ley Integral Trans cuando llegue al Senado, argumentando que “todas las personas deben ser tratadas por igual” y que esta propuesta vulneraría un principio constitucional. Estas declaraciones anticipan un debate intenso en las próximas etapas legislativas.
El proyecto también establecelineamientos claros para que las instituciones públicas respeten el nombre y el género con los que las personas trans se identifican, en concordancia con su identidad de género, y contempla procesos de formación y sensibilización en entidades estatales. Además, impulsa políticas públicas en contextos clave como el trabajo, la educación, la cultura y el deporte, promoviendo una vida libre de discriminación y con garantías plenas de participación.
¿Qué sigue para que sea ley?
La Ley aún debe superar varios debates legislativos, incluyendo la plenaria en la Cámara y luego el paso al Senado; pero la sola aprobación en Comisión Primera ya constituye un hito en la lucha por la igualdad y la dignidad de las personas trans en Colombia. En un país donde esta población enfrenta altos niveles de exclusión, violencia y barreras estructurales, este avance legislativo renueva la esperanza de una transformación real.
Desde www.orgullolgbt.co, celebramos este logro, invitamos a unirnos en esta causa impulsándola en los círculos a los que tengamos acceso y reiteramos nuestro compromiso con la visibilidad, los derechos y la vida digna de las personas trans. La #LeyIntegralTrans bautizada “Ley Sara Millerey” en honor de la mujer trans recientemente asesinada en Bello, Antioquia (ver más aquí); no es solo una propuesta normativa: es un acto de justicia que busca asegurar condiciones reales para que todas las personas puedan vivir con libertad, seguridad y respeto por su identidad.
Noticias en Español
¿Hasta cuándo esperaremos el permiso para amar?
El nuevo Papa afirmó que la familia se funda en la “unión estable entre el hombre y la mujer”

Las recientes declaraciones del Papa León XIV han reactivado un debate de enorme peso espiritual y pastoral: ¿cómo entiende la Iglesia el amor, la familia y la dignidad de las personas en toda su diversidad?
En su primer discurso oficial ante el cuerpo diplomático del Vaticano, el 16 de mayo de 2025, el Papa afirmó que la familia se funda en la “unión estable entre el hombre y la mujer”. Estas palabras, pronunciadas con claridad y convicción, reafirman la posición doctrinal tradicional sobre el matrimonio, el aborto y la llamada “ideología de género”. Pero para muchos, estas afirmaciones reabren heridas, traen a la superficie el dolor de sentirse nuevamente al margen, y avivan preguntas que no han encontrado todavía un espacio real de escucha dentro de la Iglesia.
Estas posturas no son nuevas. Ya en 2016, como obispo de Chiclayo, Perú, León XIV expresó su oposición a los programas de educación con perspectiva de género, argumentando que “buscan crear géneros que no existen” y defendiendo una visión binaria de la creación.
Tras el reciente fallecimiento del Papa Francisco —cuyo pontificado marcó una apertura tímida pero significativa hacia una pastoral de la misericordia—, la elección de León XIV suscitó tanto esperanzas como preocupaciones. Francisco, aunque enfrentó resistencias internas, dejó gestos importantes: la bendición a parejas del mismo sexo, el lenguaje de acogida y las exhortaciones a no cerrar las puertas. Pero sus esfuerzos, por valiosos que fueran, no dejaron de ser esfuerzos, porque la estructura misma de la Iglesia, anclada en siglos de doctrina conservadora, reaccionó con oposición firme, limitando cualquier posibilidad real de transformación profunda.
En mi artículo anterior “Cuando el humo blanco no es suficiente” (Pride Society Magazine, abril 2025), advertía que el humo de la elección papal no podía ser tomado como garantía de cambio. La emoción del momento, sin acciones concretas, corre el riesgo de volverse solo un símbolo sin sustancia. Hoy, esas palabras cobran nueva vigencia.
Pero este artículo no es una condena a ninguna iglesia. No es un ataque ni una burla. Es una reflexión desde la fe. Es un clamor desde el corazón pastoral de quienes acompañamos a muchas personas heridas por un discurso que, en nombre de Dios, ha excluido más que ha abrazado.
¿Por qué seguimos esperando el permiso para amar?
¿Por qué seguimos buscando validación en instituciones que, a menudo, nos han negado su respeto?
No pedimos aceptación como una concesión. Exigimos respeto como un derecho. El Evangelio no fue escrito para algunos. Fue proclamado para todos.
Y es aquí donde debemos detenernos. Porque muchas veces, frente a declaraciones como estas, el miedo nos asalta, nos invade y nos paraliza. Nos deja vacilantes. Dudamos de nuestro valor, de nuestra fe, de nuestro lugar en la comunidad. Pero en medio de esas sombras, el Evangelio alza su voz con claridad:
“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor” (1 Juan 4:18).
Ese amor no viene de doctrinas. Viene de Dios. Y quien vive en ese amor, no tiene por qué temer.
También es necesario reconocer que quienes tenemos la responsabilidad de enseñar, predicar y liderar en las iglesias, no siempre medimos el poder de nuestras palabras. Con frecuencia, hemos usado la Biblia y las doctrinas como fusiles, y hemos arrinconado a quienes no encajan en nuestras categorías teológicas. ¿De qué sirve hablar de inclusión si no escuchamos? ¿De qué sirve predicar el amor si excluimos con nuestras prácticas?
La Iglesia —toda Iglesia— está llamada a reflejar el corazón de Dios. Y ese corazón no clasifica, no discrimina, no teme a la diversidad. Ese corazón solo sabe amar.
Como dijo el apóstol Pablo:
“Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay hombre ni mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús” (Gál 3:28).
Hoy repito con fuerza: el Dios que conozco no condena el amor. El Dios que conozco condena el odio.
Y mientras haya personas que aman, que buscan justicia, que luchan por ser quienes son sin miedo, Dios seguirá caminando con ellas.
-
U.S. Supreme Court2 days ago
Supreme Court to consider bans on trans athletes in school sports
-
Out & About2 days ago
Celebrate the Fourth of July the gay way!
-
Maryland5 days ago
Silver Spring holds annual Pride In The Plaza
-
Opinions5 days ago
Supreme Court decision on opt outs for LGBTQ books in classrooms will likely accelerate censorship