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‘Mi hijo es gay y yo tengo miedo de que me lo traten mal’

Madre de Yoan de la Cruz habla con Tremenda Nota en Cuba

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Yoan de la Cruz (Foto cortesía de Twitter)

Tremenda Nota es el socio mediático del Washington Blade en Cuba. Esta nota escrita por Mel Herrara salió en su sitio web el 13 de diciembre.

SAN ANTONIO DE LOS BAÑOS, Cuba — La voz al otro lado del teléfono se escucha decidida, aunque no tarda en desmoronarse apenas le mencioné a su hijo. Es la voz de quien tiene fe en que algo decisivo va a ocurrir. Se oye resuelta y sin muchos matices.

Es la voz de Maribel Cruz, la madre de Yoan de la Cruz, el joven que transmitió en vivo desde su celular la manifestación que dio inicio a las protestas del 11 de julio en el municipio de San Antonio de Los Baños, provincia de Artemisa, al oeste de La Habana.

“Para mí ha sido muy doloroso y duro”, dice. “Yo nunca imaginé a mi hijo preso. Un muchacho tan bueno. Todo San Antonio lo sabe”.

Maribel tiene 62 años y vive con su madre, de 83. Ambas están jubiladas. Y hasta hace casi cinco meses vivía también con Yoan, su único hijo, quien se encuentra en prisión a la espera de juicio.

No se adapta a no verlo en la casa. Confiesa que no hay noche que no se acueste y llore, ni momento del día en que no se pregunte cómo estará su hijo, si tendrá frío, hambre. Si lo están maltratando.

“Aunque él me dice que no”, aclara. “Pero no sé si lo dice para que yo no me preocupe”.

Yoan se encuentran en la prisión de Melena del Sur, una prisión de máximo rigor en la provincia Mayabeque, junto con otros cuatro manifestantes del 11 de julio. Permanecen separados del resto de los presos. Los guardias se encargan de llevarlos al patio, al comedor y al teléfono y no permiten que tengan contacto con los demás.

Cuenta Maribel que les llaman “Los Tirapiedras” y no sabe por qué. Asegura que al menos Yoan no tiró ninguna piedra.

Cerca de las 11 de la mañana del 11 de julio, Yoan despertó sin imaginar que en breve se haría viral en redes sociales y que sus días iban a dar un giro impensado. Se cruzó en la acera de su casa con Daniela, una vecina que venía de la tienda, quien le contó que algo se iba armar porque había gente aglomerada en un extremo del parque de la iglesia.

A Yoan no le costó darse cuenta de que, en efecto, algo ocurría. Su vivienda queda cerca del parque. Enseguida agarró el celular y salió a toda carrera, en chancletas, a ver de cerca lo que estaba pasando.

Al principio debió estar expectante y atónito como el resto de los jóvenes que nunca habían visto una manifestación no convocada por el gobierno. Poco después, al ver que el número de personas aumentaba y se hacían más frecuentes los gritos de libertad, empezó a transmitir en vivo desde su perfil de Facebook.

Cientos de personas pasaron por delante de su cámara en bicicletas, en motos, a pie. Algunos bailaban, reían. Otros lloraban. Gritaban “¡Libertad!”, “¡Patria y Vida!” y a Díaz Canel, el presidente, “¡Singao!” Pedían comida, medicinas, mejoras económicas y laborales. Había cuentapropistas, obreros, un pueblo descontento y a la vez perplejo. Yoan, emocionado también, animaba al mismo tiempo que filmaba: “¡Vamos, gente!”

La transmisión alcanzó más de 3.000 espectadores en vivo. Recorrería Cuba y medio mundo. Muy pronto las protestas se extenderían a todo el país. Yoan estaba eufórico y, a la vez, preocupado. Llegó a la casa y le contó a Maribel. Nunca había estado en una protesta de tal magnitud ni había alcanzado tantas vistas y seguidores.

–Yo creo que voy preso, mamá.

–Pero cómo te van a meter preso, mijo, si tú lo que hiciste fue filmar algo que estaba pasando por aquí mismo, por enfrente de la casa.

Yoan eliminó la directa, pero era demasiado tarde. En los días siguientes entraría varias veces a llorar al cuarto de su madre y a repetir que se lo iban a llevar preso.

A él lo acusan desde un principio por hacer la directa, pero después la abogada me dice que él no está solo por filmar, sino también por incitar a la gente a caminar y a seguir protestando.

Yo sé que a él lo que lo motivó principalmente no fue la política. Mi hijo tiene sus molestias con el gobierno como cualquiera, pero yo sé que lo que más lo motivó fueron las redes. A él le gustan mucho las redes, hacía Tik toks y siempre andaba buscando impresionar y ganarse seguidores. Cuando vio la cantidad de gente que estaba conectada en su directa y las veces compartidas, se volvió loco.

A él nadie le pagó. Es un buen muchacho. Cualquiera aquí te lo puede decir. Es muy querido, hace sus cositas, tiene un contrato con Etecsa y vende tarjetas de recarga de celulares. Antes tenía una mesita donde vendía bisutería y esas cosas. Una vida tranquila.

Yo a veces no me creo que estemos viviendo esto. Yo jamás me lo hubiera imaginado, la verdad. Unas antiguas compañeras de cuando yo trabajaba en Etecsa, me resolvieron una consulta con una psicóloga, porque la verdad, esto es muy fuerte para mí.

La gente me pregunta qué dice la abogada. Ella no me dice nada. Ahora mismo yo vengo de su casa. Nunca está o me dicen que está acostada. El lunes que viene ya es el juicio y no se ha comunicado conmigo, ni con Yoan. Y Yoan quiere hablar con ella.

A ver, ella me habló claro. Me dijo que era del Partido (Comunista de Cuba), que iba a defender a Yoan hasta donde pudiera, pero que su caso era complicado, porque dicen que incitó a la gente. Pero, ¿tú viste la directa, verdad? Tú viste que él solo incitaba a caminar, no a romper tiendas, ni a tirar piedra, ni a la violencia. No se fresqueó con ningún policía.

Pero esa abogada, nada. Voy a su casa a hablar con ella, pero por gusto. Nunca está. Le dejé dos cajas de cigarro y lo puse todo en manos de Dios. Yo le pido a Dios. Yo no sé si tú tienes fe o si crees en algo, pero yo sí, y le pido a ese Señor que me lo proteja y salga bien de todo esto. Yo sé que absuelto no va a salir. Para qué me voy a engañar. Ninguno de los que han esperado juicio en prisión ha salido absuelto.

A Maribel nunca le informaron por qué los juicios de los 17 manifestantes de San Antonio, originalmente fijados para el 7, 8 y 9 de diciembre, fueron aplazados para el 13, 14 y 15. Lo único que sabe es que se realizarán en un tribunal de la prisión de Guanajay, por lo que tendrá que alquilar un carro para trasladarse hasta allí y estar el día entero.

“Y dicen que en diez días le dan la sentencia, pero eso es mentira”, considera.  “A los de Artemisa y los de Alquízar les hicieron juicio hace más de 15 días y todavía no les han dicho”.

El expediente de los 17 viajó desde Guanajay hasta la fiscalía de Artemisa, de ahí a la Fiscalía General de la República, luego volvió a Artemisa y poco después a San Antonio de Los Baños, donde Maribel pudo revisarlo y leer lo que había declarado Yoan. Fue así también que supo que a su hijo le piden 8 años por desacato y desorden público. Se horrorizó.

 “¿Tú crees que eso es justo?”, me pregunta. “Eso es inhumano”, se responde ella misma y me confiesa que el día que arrestaron a Yoan ella pensó que le pondrían una multa o le harían una advertencia.

A eso de las 5 de tarde del 23 de julio, 12 días después de las protestas, la patrulla 151 se detuvo frente a la vivienda. Los policías preguntaron por Yoan. “Coge tu celular y monta”, dijo uno de ellos.

Yoan no se resistió al arresto ni entró en careo alguno. Desde el mismo 11 de julio y en los días sucesivos, al ver a cuántos jóvenes que también participaron habían sido arrestados, se convenció de que en algún momento irían por él.

En lo que se despedía de su madre, afligida, le pidió que le tomara una foto mientras se lo llevaban. Maribel alcanzó a tomar una foto nublada que más tarde publicaría en redes sociales.

El primer destino de Yoan fue el Técnico de Guanajay donde permaneció alrededor de 20 días. Maribel rememora, con la voz quebrada, las primeras visitas que le hizo a su hijo en ese lugar. Fue un jueves cuando le avisaron para que fuera a verlo y luego las visitas empezaron a ser los martes. Cuenta que tenía que ponerse fuerte, porque Yoan lloraba como un niño pequeño.

“No dejaban ni que nos abrazáramos, por la covid”, recuerda.  

A Maribel tampoco le avisaron cuando trasladaron a Yoan para Melena del Sur. Al tercer martes que fue al Técnico de Guanajay, le dijeron que ya él no se encontraba allí y que no sabían a dónde lo habían llevado.

Maribel, desesperada, se puso a hacer averiguaciones a través de conocidos, familiares y amigos de otros manifestantes detenidos. Se presentó a varios centros de reclusión hasta que al final, en la prisión de Melena del Sur, le informaron que Yoan estaba allí.

No dejaban verlo, por la dichosa covid, pero cuando la cosa mejoró autorizaron visitas cada 15 días. Ya hemos tenido 2 desde que está en Melena. La próxima debe ser el día 21 de este mes.

Yo le llevo de todo: maní, tostadas, mayonesa, guayaba, galletas, dulces que le hago. Mucha chuchería que es lo que le gusta a él. Dice que la comida está de madre, que es un sancocho. Por suerte, nos dejan entrar carne. Entonces yo le hago varios bistecitos y se los cubro de bastante manteca para que se conserve, y le dan como para cuatro días. Imagínate, allá dentro no tienen como freír.

Ya en estas visitas podemos abrazarnos, besarnos. Yo no sé ahora cuando sepa de él, cómo viene el juicio y eso. No sé qué pasará. Yo imagino que él me llame hoy. A veces me llama contento diciéndome que no esté triste, que todo va a salir bien, pero otros días lo siento decaído. Yo le digo que no se desespere, que tenga fe y que cuando los saquen al patio haga ejercicio. Tengo que levantarle el ánimo de alguna manera, aunque yo tenga el mío por el piso.

Cuando me hablan de Yoan, lloro. Lo extraño mucho. Cando cae la noche, así como ahora, o cuando llega la hora de la comida es cuando me pongo peor. Lo único que digo es «ay, dios mío», y mi mamá me dice no empieces. Es lo único que digo. Ella sabe que cuando digo «ay, Dios mío» es que tengo a Yoan en la cabeza

Me preocupan tantas cosas. Son ocho años. Ocho años. ¿Usted se imagina? Lo otro es que mi hijo es gay, no sé si usted sabe, y yo tengo miedo de que me lo traten mal. Los guardias son los primeros faltos de respetos y homofóbicos.

Cuando Yoan todavía se encontraba recluido en el Técnico de Guanajay, Daniela, la vecina, fue citada a un supuesto careo con él, porque había declarado que fue por ella que supo que el 11 de julio pasaba algo en el parque. Nunca hubo tal careo. En el Técnico, Daniela ni siquiera vio a Yoan. Lo que hicieron fue interrogarla.

Al oficial que la llevó a su oficina para el interrogatorio, le contó que ella estaba esa mañana en la tienda, porque habían sacado café, y estando allí se dio cuenta de que la gente se estaba tirando para la calle. Aseguró que lo único que hizo fue llegar a la casa y comentarle a Yoan.

De pronto, un segundo oficial irrumpió en la oficina sin advertir la presencia de Daniela.

–Dame acá el teléfono del maricón –le pidió a su colega.

–¿El de Yoan? –precisó el primero, probablemente en aprietos por cómo el otro se había referido a Yoan delante de Daniela.

Cuando Maribel se enteró, llamó a la Política del Técnico de Guanajay. No iba a permitir que nadie ofendiera o humillara a su hijo por su orientación sexual.

–¿No sabe quién fue? Pues yo voy a llamar a Mariela Castro –amenazó Maribel, pero muy pronto desistió. Este no es el único incidente homofóbico que se han reportado en relación con los detenidos del 11J

“Vayas a donde vayas, es por gusto”, explica. “Se tapan unos a otros”.

El celular de Yoan permanece incautado. Cuando Maribel preguntó cuándo podía recogerlo, el instructor le respondió que hay un 99 por ciento de probabilidad de que sea decomisado. No obstante, ella está dispuesta a reclamarlo. “Fue un celular que costó muchísimo”, le dijo.

–Nadie lo mandó a grabar –concluyó el instructor.

Maribel dice que el 11 de julio le cambió la vida al país entero. Desde entonces hay boinas negras y policías en el parque todos los días. Llegan desde temprano en un camión y algunos hasta se quedan de guardia de noche.

Cuenta que este 10 de diciembre, el Día de los Derechos Humanos, eran bastantes. Se rumora que en el camión hay palos por si se arma alguna revuelta, pero dice que ella no puede asegurarlo porque no los ha visto.

“Nosotros no tenemos tranquilidad, pero ellos tampoco”, dice.

Recientemente le contaron que en los juicios de los muchachos de Artemisa hubo falsos testigos que mintieron, y está preocupada. No sabe a quiénes llevarán de testigos de Yoan. Daniela ha dicho que ese día testificará lo mismo que en el Técnico de Guanajay.

Maribel en todo este tiempo no ha perdido la fe, pese a que, como explica, se ha denunciado muchísimo sobre las detenciones del 11 de julio “y no pasa nada”.

“No es posible el sufrimiento de tantas familias”, dice. Está segura de que eso es peor para ellos, porque eso “hace que la gente le coja más roña” al sistema.

Lo que hizo su hijo, explica calmada, “no es peor que lo que hizo Díaz Canel”, que salió por televisión a dar orden de combate e incitó a pelear al pueblo contra el pueblo. Por eso tiene fe. “Algo tiene que pasar y mi hijo va a salir bien”, dice. “Algo grande tiene que pasar en este país. ¿Tú no crees?”

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Comunidad LGBTQ salvadoreña reflexiona sobre las elecciones

El presidente Nayib Bukele se ganó segundo mandato

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(Foto cortesía de Colectivo Alejandría)

SAN SALVADOR, El Salvador – En punto de las 7 a.m. del 4 de febrero, se esperaba que abrieran todos los centros de votación en los diferentes municipios del país, pero por diferentes razones en muchos centros existió un atraso que incluso causo que las Juntas Receptoras de Votos comenzaran su labor pasada las 8 a.m.

Desde primeras horas, muchas personas de la población LGBTQ comenzaron a postear en redes sociales que habían logrado ejercer el sufragio sin ninguna eventualidad. En su mayoría, personas de la población lesbianas, gays y bisexuales, por parte de las personas trans y queer muchas de las organizaciones se tomaron el trabajo de estar al tanto de cómo iba su proceso, ninguna reportó algún inconveniente, también recibieron apoyo y acompañamiento por la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.

Uno de los casos de acompañamiento fue el de Valeria de Aspidh Arcoiris Trans, se le puso énfasis a su caso, pues su DUI ya está con el nombre que se identifica y en el padrón electoral aún no aparecería así. 

“Valeria nos comentó que todo salió bien y recibió acompañamiento de la PDDH”, comentó al Washington Blade Mónica Hernández, directora de Aspidh. 

Así como ellas, las diferentes organizaciones no reportaron casos en donde se impidiera el derecho al voto; incluso el personaje Lady Drag, asistió a su centro de votación en el instituto EXSAL, portando un vestido negro, llevando como cola de este la Constitución de la República de El Salvador con otros libros de escritores nacionales. 

No se le negó el voto, incluso mostró que había votado por Nuevas Ideas para que su voto fuera anulado, todo como una protesta por la pobreza en la educación que existe en el país, esto de acuerdo con sus propias declaraciones dada a los medios. 

Mucha ausencia de personas LGBTQ en las votaciones 

Se observó una interesante diferencia en la afluencia de votantes entre los centros de votación en el extranjero y los ubicados dentro del país. Mientras que los compatriotas en el exterior mostraron una notable participación, los centros de votación locales, experimentaron una menor afluencia, destacando también la escasa participación de la comunidad LGBTQ salvadoreña.

En los centros de votación en el exterior, la presencia de votantes salvadoreños fue notable. 

Las largas filas y la participación activa reflejaron el compromiso de la diáspora con el proceso electoral. Sin embargo, la situación fue diferente en los centros de votación dentro de El Salvador. A pesar de los esfuerzos de concientización por parte de las organizaciones de sociedad civil en general, la participación local fue menor de lo esperado. 

Se evidenció una falta de entusiasmo general, destacando incluso una disminución en la afluencia de la población LGBTQ salvadoreña, quienes no mostraron el mismo interés que en elecciones anteriores. 

“Sinceramente no tenía muchas ganas de ir a votar, pero como dicen que, si luego uno se queja, al menos hice el intento con mi voto de hacer la diferencia”, comenta al Blade Yanet Ríos, una mujer bisexual salvadoreña.

Este contraste plantea preguntas entre las organizaciones LGBTQ, sobre los factores que pueden estar afectando la participación a nivel nacional. 

“Estamos preocupados porque la gente no sale a votar”, platica Hernández. “Vimos noticias, TikTok, los en vivo y los centros de votación no estaban llenos.”

“El discurso simplista de ‘los buenos contra los malos’ reinó sobre las reflexiones sensatas que alertaron durante meses, la consolidación de un sistema profundamente fragmentado, donde la poca confianza alcanzada por parte de las instituciones hacia la población se ha destruido”, aclaró al Blade Bianca Rodríguez, directora de COMCAVIS TRANS. 

Resalta la importancia de explorar estrategias para fomentar la implicación de la población local en futuros procesos electorales, sobre todo porque los mismos partidos políticos no tuvieron la misma presencia en campaña como en elecciones pasadas. Algunas miembros de colectivos LGBTQ comentaron al Blade que ahora los candidatos políticos no se acercaron a las organizaciones de sociedad civil y que el ambiente se sintió como que se daban por perdedores antes de tiempo. 

Resultados en elecciones presidenciales

El 9 de febrero el Tribunal Supremo Electoral finalizó el escrutinio final de las elecciones presidenciales y de diputado, mostrando a Nayib Bukele como ganador con un 82.66 por ciento de los votos totales. Este resultado se dio tras cinco días de las elecciones, debido a múltiples fallos percibidos por el sistema de conteo de votos y transmisión de resultados.

“Pese a todos los esfuerzos institucionales realizados no fue posible concluir de la manera esperada. Algunos inconvenientes dificultaron que la trasmisión fluyera como se tenía previsto”, dijo en conferencia de prensa después de los comicios la magistrada Dora Martínez, presidenta del TSE.

Así con 2,7 millones de votos de un total de 3,2 millones, Bukele ganó la presidencia por segunda vez. Manuel Flores, candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), quedó en segundo puesto con un 6,25 por ciento de la votación y Joel Sánchez, de Alianza Republicana Nacionalista (Arena), obtuvo 5,44 por ciento de acuerdo con el escrutinio final.

“No podemos hablar de una fiesta cívica ni democrática cuando las reglas del juego no son las mismas para todos los jugadores o cuando el aparataje estatal beneficia a unos sobre otros; donde primero se impone el resultado y después se configura el proceso”, expresó Rodríguez, haciendo alusión a la autoproclamasión como ganador que realizó Bukele en el Palacio Nacional, por la noche del 4 de febrero, sin tener resultados del escrutino final. 

Rodríguez además menciona que la poblaciones que históricamente han sido desatendidas, continúan siendo las más vulnerables y las que son invisibilizadas en las propuestas de los candidatos, ya que estás son inexistentes para hablar sobre la población LGBTQ.

Ahora comenzarán el conteo para el escrutinio final de las elecciones legislativas, de las cuales el partido Nuevas Ideas espera obtener la mayoría, para dar seguimiento al trabajo como lo han venido haciendo hasta ahora. 

Ante este escenario, Hernández ve complicado tener expectativas positivas con los resultados obtenidos. 

“Esperamos que nuestros gobernantes que finalmente sean los que se establezcan, nos representen como sector que existe y que merece un trato digno y respetuoso a nuestras orientaciones e identidades diversas”, expresa. 

Aspidh de acuerdo con Hernández, están enfocando su trabajo en formar a la población.

“Para nosotras es súper importante el tema de la de la creación de una escuela de formadores políticos”, expresa Rodríguez. “De esta manera se puede esperar que exista más involucramiento de la población en próximas elecciones y generar cambios desde el conocimiento y la participación.” 

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La CIDH señala la preocupante violencia que sufren las personas trans en las Américas

El organismo destaca las cifras brutales

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(Foto de Michael Key por el Washington Blade)

Reportar sin Miedo es el socio mediático del Washington Blade en Honduras. Se publicó esta nota en su sitio web el 4 de febrero.

Publicado originalmente en Escándala.

La CIDH tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia.

La comisión apunta en su comunicado que la violencia perpetrada contra las personas trans representa una flagrante violación de los principios fundamentales de derechos humanos y requiere que los Estados miembros adopten con urgencia medidas concretas para prevenir la discriminación y violencia en contra de personas trans y de género diverso.

El organismo destaca las cifras brutales de las violencias que viven y enfrentan las personas trans en los diferentes países que integran Las Américas.

El caso México

En su comunicado, la CIDH apunta que en México, en lo que va de 2024, se han monitoreado al menos cinco muertes violentas y dos agresiones no letales, incluyendo casos de personas activistas, defensoras o con liderazgos públicos, como lo fueran Miriam Ríos Ríos, comisionada municipal del partido Movimiento Ciudadano en Jacona, Michoacán, y Samantha Fonseca, activista y excandidata, en Ciudad de México. Además del caso de le magistrade Ociel Baena.

Brasil, Colombia, Perú y México son los países que más casos registrados tienen de violaciones y asesinatos cometidos en contra de personas de las poblaciones LGBTQ, en especial hacia las mujeres trans.

En Brasil, desde el 1 de octubre de 2022 hasta el 30 de septiembre de 2023 se habían documentado al menos 98 personas trans asesinadas. 

En Colombia, según datos de diciembre, fueron asesinadas hasta 24 mujeres trans durante el 2023.

Entre los meses de enero y febrero, más de diez mujeres trabajadoras sexuales fueron asesinadas en Perú, varias de ellas mujeres trans. 

En Ecuador, hasta junio de 2023 se registraron por lo menos seis asesinatos de mujeres trans. 

En Panamá, en agosto, se tuvo conocimiento de la brutal y particularmente cruel golpiza sufrida por una mujer trans por parte de un particular, quien fue puesto a órdenes de las autoridades competentes y se encuentra siendo procesado penalmente. 

En Chile, en septiembre, la CIDH tuvo conocimiento del asesinato y desmembramiento de una persona transmasculina y, en octubre, una adolescente trans migrante colombiana de 16 años fue asesinada en la ciudad de Santiago. 

En noviembre, entre el día 8 y 11, la CIDH recibió informaciones sobre dos asesinatos de mujeres trans en Honduras y de otras dos en Venezuela.  

La CIDH condena la violencia perpetrada contra personas LGBTQ defensoras de derechos humanos y las muertes violentas de activistas trans y de género diverso, entre ellas Diana Zoe López García en Argentina, asesinada por su pareja a confesión de parte ante autoridades competentes y en el marco de un proceso judicial.

El organismo señala que es preocupante la falta de datos oficiales, que siguen siendo producidos mayoritariamente por la sociedad civil, así como el subregistro de denuncias de violencia por prejuicios. 

Con datos del registro global Transrespect vs Transfobia de TGEU (Transgender Europe), entre el 1 de octubre de 2022 y el 30 de septiembre de 2023 se documentaron 321 casos de asesinatos de personas trans, de los cuales 269 fueron atribuidos a la región de las Américas.

El órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos señala que es imperativo que los Estados implementen políticas públicas y medidas concretas destinadas a prevenir la violencia basada en la identidad de género y desarrollen políticas públicas, leyes y protocolos que protejan a las personas trans de la discriminación y la violencia. 

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Activistas LGBTQ se preparan para elecciones en El Salvador

Se realizarán las elecciones presidenciales, legislativas el 4 de febrero

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(Foto de Ernesto Valle por el Washington Blade)

SAN SALVADOR, El Salvador   En la víspera de las elecciones en El Salvador, presidenciales y diputación el 4 de febrero, alcaldes y diputados a PARLACEN el 3 de marzo, la nación centroamericana se encuentra en una encrucijada política que amenaza con socavar aún más los cimientos democráticos. La sombra del autoritarismo se cierne sobre el proceso electoral, planteando interrogantes sobre el futuro los derechos de la comunidad LGBTQ en un escenario político donde la pluralidad y la inclusión podrían quedar en segundo plano.

En las últimas décadas, El Salvador ha experimentado un complicado trayecto hacia la consolidación de su sistema democrático. A pesar de los avances notables, la persistente amenaza del predominio de un solo partido político vuelve a poner a prueba la resistencia de las instituciones democráticas y sus garantías de representación.

Existe una creciente preocupación entre los observadores políticos y activistas de derechos humanos sobre la posibilidad de que el actual partido en el poder asegure una vez más un dominio ininterrumpido. La falta de una competencia política real y la polarización cada vez más marcada amenazan con consolidar un poder hegemónico que podría tener consecuencias significativas para diversos sectores de la sociedad.

La voz olvidada: El impacto en la comunidad LGBTQ

En medio de esta incertidumbre política, la comunidad LGBTQ se encuentra en una posición particularmente vulnerable. A pesar de avances en la lucha por la igualdad y la diversidad, existe el temor de que las cuestiones relacionadas con los derechos LGBTQ sean nuevamente relegadas al olvido en el escenario político actual, tal como sucedió con el accionar de gobiernos pasados.

“El FMLN mostró cierta apertura cuando estuvo dentro del gobierno, pero no pasó más, en su momento hubieran tenido la oportunidad de poder apoyar a la población LGBT”, comentó al Washington Blade Fany Meléndez, una activista independiente. 

El Salvador ha tenido pequeños avances para reconoce y proteger los derechos de la población LGBTQ, pero la implementación efectiva y la garantía de un entorno inclusivo siguen siendo desafíos pendientes. Solo se contaba con algunos protocolos de atención que, de acuerdo con activistas, “han quedado en desuso” y la reforma al Código Penal para agravar las penas de cárcel a quienes cometan el delito de homicidio o amenazas motivadas por odio o intolerancia a la expresión de género u orientación sexual.

La posibilidad de un retorno a políticas conservadoras y la falta de representación significativa para la comunidad LGBTQ plantean serias interrogantes sobre la preservación de los avances logrados hasta ahora.

“El Tribunal Supremo Electoral (TSE), tocaba también el tema LGBTI dentro de sus spots publicitarios; hoy lo vemos como un poquito más tenue”, habla con el Blade Karla Guevara, la secretaria general de la Federación Salvadoreña LGBTIQ de El Salvador, haciendo referencia a uno de los retrocesos que se perciben.

Las nuevas candidaturas y las del partido político en gobierno, no muestran una apertura a tocar temas referentes a la población LGBTQ y que esto se refleje en sus plataformas. 

“No nos vemos incluidas dentro de sus plataformas, o apoyo a ningún tipo de política”, agrega Guevara. “No vemos si hay un apoyo a la Ley de Identidad de Género o a las uniones civiles de parejas del mismo sexo u otro tipo de políticas”. 

La participación de candidaturas dentro de los partidos políticos también se ha disminuido en estas elecciones, las pocas existentes no han tenido la visibilidad como las que obtuvo en las pasadas elecciones a diputado que tuvo Erick Ortiz por el partido Nuestro Tiempo.

“Brenda Rosales en el partido de Nuevas Ideas, sabemos que compitió en las internas, pero no pasó, nos preocupa más los ataques de odio que ella sufrió en la participación que tuvo, no solo por fuera, sino de la misma gente de su partido”, expresó Guevara. 

El presidente de El Salvador Nayib Bukele (Foto cortesía del gobierno de El Salvador)

Observación y participación

Es crucial que la comunidad internacional siga de cerca los acontecimientos en El Salvador y mantenga una postura firme en defensa de la democracia y los derechos humanos. La presión externa puede desempeñar un papel crucial en la protección de las minorías y la promoción de un entorno inclusivo y respetuoso de la diversidad.

A pesar de ya no contar con una mesa de dialogo dentro de la Procuraduría para la Defensa de Derechos Humanos, esta entidad está en contacto con algunas de las organizaciones de sociedad civil, para tener contacto de algunas bases de la organización y dar seguimiento a su participación en los próximos comicios. 

“Nos piden el contacto de cuatro personas y ellos le dan seguimiento a su participación. Nosotros le damos seguimiento al resto de la base social, primero hacemos la consulta si van a ir a votar y la importancia de hacerlo y luego si necesitan apoyo, después estamos al tanto de cómo les fue”, cuenta al Blade Joshua Navas, director ejecutivo de Generación HT El Salvador.

Por su parte la Federación Salvadoreña LGBTIQ tiene una campaña en redes sociales incentivando al voto de su población, además, han habilitado un número de WhatsApp para hacer las denuncias correspondientes que se den con las Juntas Receptoras de Votos el día de las elecciones.

“A veces su Documento Único de identidad no concuerda con la expresión de género, entonces hemos habilitado la línea del 7888 0765, para poder tomar la denuncia y poder después presentar esto como una estadística de lo sucedido”, cuenta Guevara. 

En medio de la incertidumbre

A algunas organizaciones y activistas les preocupa la criminalización y persecución que se da a defensores de derechos humanos, “nosotros hemos bajado del perfil en redes sociales, ahora ya no se opina de temas de forma directa, por el temor que existe”, agrega Navas. 

“No vemos realmente si hay un apoyo a la Ley de Identidad de Género, si hay un apoyo a las uniones civiles de pareja del mismo sexo u otro tipo de políticas, no vemos nada de eso”, menciona de manera preocupante Guevara. 

En este clima político tenso, la comunidad LGBTQ y sus aliados enfrentan el desafío de preservar y ampliar los avances logrados hasta ahora. La esperanza reside en la resistencia de las voces que defienden la democracia, la inclusión y la igualdad. A medida que El Salvador se encamina hacia las elecciones, el llamado a la acción resonará en la conciencia colectiva, recordándonos que la lucha por la justicia y la diversidad es una responsabilidad compartida. Y las organizaciones de sociedad civil, no perderán de vista la lucha por el cumplimiento 

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