World
Harris meets with Guatemala LGBTQ, HIV/AIDS activists
Roundtable took place during vice president’s first overseas trip

Two members of Guatemalan civil society who work with the LGBTQ community and people with HIV/AIDS participated in a roundtable with Vice President Kamala Harris on Monday.
Visibles Executive Director Daniel Villatoro and Ingrid Gamboa of the Association of Garifuna Women Living with HIV/AIDS are among the 18 members of Guatemalan civil society who participated in the roundtable that took place at a Guatemala City university. Rigoberta MenchĂș, an indigenous human rights activist and Nobel Peace Prize winner, is among those who also took part.
Villatoro is among those who attended a virtual roundtable with Harris on April 27.
“When we met last time, I was so moved to hear about the work that you have been doing, the work that has been about helping women and children, indigenous, LGBTQ, Afro-descendants, people who have long been overlooked or neglected,” said Harris before Monday’s meeting began.
Visibles in a tweet acknowledged it participated in the roundtable.
“Today we participated in a meeting with the vice president of the United States to talk about development opportunities for Guatemala and the search for inclusive justice,” tweeted Visibles. “We, as an organization, spoke about the importance of addressing discrimination and acts of violence towards LGBTIQ+ people.”
Hoy participamos en una reuniĂłn con la @VP de Estados Unidos para hablar sobre oportunidades de desarrollo para Guatemala y la bĂșsqueda de justicia inclusiva. Como organizaciĂłn remarcamos la importancia de abordar la discriminaciĂłn y hechos de violencia hacia las personas LGBTIQ+ pic.twitter.com/cKcTs3qKTL
â Visibles (@visibles_gt) June 8, 2021
Villatoro after the meeting said corruption and “the political crisis in terms of justice with which we live in Guatemala” were two of the issues raised with Harris.
“Impunity does not allow us to live freely,” Villatoro told the Washington Blade. “But combating it will open doors to pursue other necessary actions to give us a better life with more opportunities and with respect for our dignity.”
Harris arrived in Guatemala on Sunday.
She met with President Alejandro Giammattei a couple of hours before the roundtable.
Harris, among other things, announced the creation of a task force with the Justice and State Departments that will fight corruption in Guatemala and in neighboring Honduras and El Salvador. Harris will travel to Mexico City before she returns to D.C.
Harris has previously acknowledged that violence based on sexual orientation and gender identity is among the “root causes” of migration from Guatemala and other Central American countries. State Department spokesperson Ned Price last month noted to the Blade during an interview ahead of the International Day Against Homophobia, Biphobia and Transphobia that protecting LGBTQ migrants and asylum seekers is one of the Biden administration’s global LGBTQ rights priorities.
The Congressional LGBT+ Equality Caucus and U.S. Rep. Gregory Meeks (D-N.Y.), who chairs the House Foreign Affairs Committee, urged Harris to raise anti-LGBTQ violence in Central America during her trip.
âAddressing human rights and rule of law as part of the root causes of out-migration in Guatemala, El Salvador and Honduras is a top priority,” said Meeks in a press release the Congressional LGBT+ Equality Caucus released on Monday. “I am pleased that Vice President Harris will visit Guatemala and encourage her to meet with local civil society leaders, including LGBTQI human rights defenders who often face multiple forms of discrimination at the intersection of race, ethnicity, sexual orientation and gender identity.”

La Joven Cuba se publicĂł esta nota en su sitio web el 12 de mayo
Por NORGE ESPINOSA MENDOZA | En el calendario cubano, mayo es un mes cargado de fechas singulares y mĂșltiples celebraciones. Desde su primer dĂa, marcado por el tradicional desfile que recuerda a los mĂĄrtires de Chicago como tributo a los trabajadores del mundo, pasando por el DĂa de las Madres, el DĂa Internacional de los Museos y el DĂa de Ăfrica, entre muchas otras fechas. Se trata de una agenda cargada de memorias, consignas, festejos pĂșblicos o mĂĄs domĂ©sticos que se concentran en esas cinco semanas.
La incorporaciĂłn a todo ello del reconocimiento en nuestro paĂs del 17 de mayo como DĂa Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia removiĂł ese panorama, sobre todo porque se trata de la misma fecha en la que se celebra el DĂa del Campesino y la Reforma Agraria. Entre las diversas reacciones que desencadenĂł todo ello, sirva como ejemplo del estupor con el que parte de la poblaciĂłn cubana reaccionĂł, este fragmento de las dĂ©cimas humorĂsticas creadas por Ăngel RĂĄmiz, muy popular gracias a su personaje El Cabo Pantera:
«Que esto no es chisme ni brete
y me da genio, compay,
ÂĄcon tantos dĂas que hay
escoger el 17!
Quiero que se me respete,
se me dé una explicación:
ÂżEse dĂa mis amistades
me dicen felicidades
por guajiro o maricón?»
La elecciĂłn de ese dĂa molestĂł, irritĂł, generĂł controversias, en las cuales algunos rememoraron que para el calendario nacional ese dĂa fue distinguido en favor del campesinado por conmemorarse en tal fecha el asesinato de Niceto PĂ©rez, en 1946. La supuesta contradicciĂłn entre la imagen del campesino viril, lĂder y sĂmbolo del trabajador agrĂcola, fue un detonante que no hallaba justificaciĂłn ni siquiera en el hecho de que se trataba de resaltar desde nuestro paĂs algo fijado internacionalmente por la OrganizaciĂłn Mundial de la Salud.
Como señala la nota que presenta en el DecimerĂłn esos versos de Ăngel RĂĄmiz, no faltĂł quien rebautizara al 17 de mayo, en tono despectivo pero tambiĂ©n desde los lĂmites de nuestro incontenible choteo, como DĂa del MaricĂłn. Y mĂĄs allĂĄ de esa anĂ©cdota, hacer memoria sobre este asunto nos permite recalibrar las tensiones que, entre consignas, mitos, Ă©pica y sexualidad, han marcado la apariciĂłn, visibilidad o invisibilidad de las llamadas minorĂas que tambiĂ©n componen el entramado social del paĂs, asĂ sea al borde o en los mĂĄrgenes de la historia oficial.
En esos territorios opacos, borrosos, ambiguos, a los que solo en fechas recientes se ha empezado a mirar y estudiar sin los prejuicios que sigue padeciendo la mirada de regla y cartabĂłn de la narrativa oficial, aĂșn perduran incomodidades, interrogantes y tabĂșes, que cada vez que nos acercamos al 17 de mayo resucitan o recobran interĂ©s en las agendas y los debates acerca de polĂtica, historia, sexualidad y cuerpo nacional. Un cuerpo que ha aprendido a saberse diverso, no solo porque desde esas agendas se le brinde tal posibilidad, sino porque las condiciones extremas a las que ha sobrevivido le han permitido hallar sus propias armas y herramientas para tal hazaña.
La memoria de los cuerpos disidentes
La historia de los cuerpos sexuados ha ido emergiendo lentamente ante nosotros, gracias al empeño de investigadores, historiadores, activistas, artistas, y finalmente, gracias a la irrupciĂłn de esas voluntades y biografĂas en los espacios gubernamentales donde por años se pensĂł Ășnicamente desde el prisma heteronormativo y patriarcal, que tambiĂ©n fue abrazado por la RevoluciĂłn.
Las normativas y la preocupaciĂłn por el deslinde de esos cuerpos, por las prĂĄcticas no re/productivas ni de ganancia inmediata para la nueva causa, estallaron desde el inicio. Es el elemento que dispara sus dardos lo mismo contra los cuerpos negros y mulatos que se divierten la madrugada del puerto habanero durante los pocos minutos del documental PM (cuya censura en 1961 provocĂł las Palabras a los intelectuales), que contra los pasajes erĂłticos de El mundo alucinante, la novela que presentĂł Reinaldo Arenas al concurso de la UNEAC en 1967, y que no solo no ganĂł al premio, sino que aĂșn no ha sido publicada en Cuba. Ese recelo tambiĂ©n fue el que activĂł las redadas en la Rampa habanera, la Noche de las Tres P en 1961, o las expulsiones de las universidades y escuelas de arte de aquellos que vivĂan una sexualidad disidente en la misma dĂ©cada.
El I Congreso de EducaciĂłn y Cultura formalizĂł ese rechazo, en 1971, y asegurĂł durante los años 70 un periodo de oscurecimiento y pobreza en numerosos espacios de la vida nacional durante el decenio. Esos recelos volvieron a aflorar durante los dĂas del Mariel y la Embajada de PerĂș: declararse lesbiana u homosexual (el tĂ©rmino gay no era frecuente en el habla cubana de esos dĂas aĂșn) era una especie de salvoconducto inmediato para quienes querĂan abandonar el paĂs rumbo a los Estados Unidos, a pesar de la amenaza de golpiza, o tener que avanzar a travĂ©s de una muchedumbre que gritaba ofensas homofĂłbicas con la misma intensidad con la que lanzaba huevos podridos contra esos «desafectos». La memoria tarda en sanar. La memoria del cuerpo tambiĂ©n tiene su propio canal de biografĂas.
La memoria tarda en sanar. La memoria del cuerpo tambiĂ©n tiene su propio canal de biografĂas.
Esas memorias han demorado en añadirse a la narrativa que repasa esos acontecimientos. Los libros y testimonios que en su mayorĂa dan fe de esos rechazos y traumas comenzaron a aparecer fuera de Cuba, ya en los 80, y la llegada de la generaciĂłn de los marielitos a Estados Unidos de AmĂ©rica abriĂł una brecha de informaciĂłn que dio pie a volĂșmenes y documentales (Improper Conduct, de 1984, sigue siendo el mĂĄs famoso y debatido), y que desde nuestro aparato partidista se leyĂł o denunciĂł como una maniobra difamatoria contra la RevoluciĂłn.
Ha sido un proceso arduo, doloroso, en el que las zonas de apertura o la desapariciĂłn de leyes que criminalizaban la homosexualidad y la existencia de «seres extravagantes», fluctuaba entre perĂodos de flexibilidad intermitentes y la insistencia en recordar que el cuerpo revolucionario de ese Hombre Nuevo imaginado por Ernesto ChĂ© Guevara era, sobre todo, un cuerpo impenetrable.
De la marginación al «activismo oficial»
A fines de esa dĂ©cada, en el albor mismo de los años 90, una nueva generaciĂłn de artistas habĂa empezado a quebrar esas nociones tan rĂgidas, y mediante el quehacer de poetas, narradores, teatristas y figuras de la plĂĄstica, el valor de lo ambiguo, de la duda, de la necesidad de saltar sobre vetos y censuras, asĂ como la posibilidad de que los cuerpos fueran celebrados mĂĄs allĂĄ de las campañas de la zafra, las misiones internacionalistas, y otras imĂĄgenes aprobadas por el discurso oficial, consiguiĂł hacer mĂĄs respirable al paĂs para aquellas personas que habĂan tenido que reprimir palabras y gestos a fin de evitar la estigmatizaciĂłn que, en no pocos casos, incluĂa el no poder optar por determinadas carreras universitarias o puestos de trabajo.
En 1989 se crea, precisamente, el Centro Nacional de EducaciĂłn Sexual (CENESEX), derivado del Grupo Nacional de Trabajo de EducaciĂłn Sexual, fundado a instancias de la FederaciĂłn de Mujeres Cubanas, en 1974. Durante esos Ășltimos años de la dĂ©cada, el rostro del doctor Celestino Lajonchere y de la doctora alemana Monika Krause se habĂan ido abriendo paso en programas televisivos y en otros medios, como principales voceros de la campaña de educaciĂłn sexual que en sus primeros momentos estaba mĂĄs enfocada en la instrucciĂłn acerca del uso de mĂ©todos anticonceptivos o la prevenciĂłn del embarazo en edad adolescente, hasta llegar al gran tema tabĂș que era el homosexualismo.
La publicaciĂłn de libros como En defensa del amor y ÂżPiensas ya en el amor? convirtieron a esos tĂtulos en best-sellers, confirmando la necesidad de una variante menos anticuada, pacata y moralizante de la sexualidad, que vino acompañada por otros materiales y pelĂculas (como Siete pecas, el filme de Hermann Zschoche sobre el amor juvenil que incluĂa una feliz escena de desnudos de la pareja protagĂłnica, producido en la RepĂșblica DemocrĂĄtica Alemana en 1978) que apuntaban a un relajamiento y mejor comprensiĂłn de estos asuntos en nuestra cotidianidad. Los años 90 fueron de dureza inimaginada hasta entonces, tras la caĂda del Socialismo del Este. En ese nuevo ĂĄmbito de carencias, Cuba se tuvo que reinventar. Y sus cuerpos tambiĂ©n lo hicieron.
Los años 90 fueron de dureza inimaginada hasta entonces, tras la caĂda del Socialismo del Este. En ese nuevo ĂĄmbito de carencias, Cuba se tuvo que reinventar.
En mayo de 2008, el CENESEX sale definitivamente del clĂłset. La instituciĂłn, ya bajo la direcciĂłn de Mariela Castro EspĂn, lanza ese año su segunda celebraciĂłn del DĂa Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, con una campaña de alcance nacional que va mĂĄs allĂĄ de los muros de su sede en el Vedado, e inunda la Rampa y el PabellĂłn Cuba en un acontecimiento sin precedentes.
Las reacciones fueron también diversas y apasionadas, incluidas esas que pensaron que se le arrebataba al campesinado su fecha mås importante. Pero se comenzó ahà a naturalizar un concepto que sin dudas relocalizó al homosexual, a la lesbiana, a las personas trans, a los pacientes de VIH/Sida y a todo ese conjunto de cuerpos diversos en el imaginario nacional.
Lo que habĂan logrado poco a poco los artistas y creadores, desde los primero cuentos y poemas sobre el asunto y luego Senel Paz con «El lobo, el bosque y el hombre nuevo» y su versiĂłn cinematogrĂĄfica: Fresa y chocolate, hasta los atrevimientos de RamĂłn Silverio y su Centro Cultural El Mejunje (en Santa Clara), obtenĂa otro nivel de legitimidad otorgado por el peso polĂtico del linaje de la directora del CENESEX, y el apoyo logrado por ella de diversas entidades e instituciones para gestar lo que en aquel 17 de mayo apareciĂł en los titulares no solo de Cuba, sino en numerosas partes del mundo.
De ese paso de avance, podĂa esperarse mĂĄs. Y en cierta medida, con discusiones, aperturas, tibiezas y desafĂos, eso fue lo que la comunidad cubana LGBTIQ del paĂs viviĂł, dentro y fuera de los mĂĄrgenes del CENESEX, hasta mayo de 2019, cuando lo conseguido y lo aĂșn por lograr se estremeciĂł, se detuvo, y desde mi perspectiva, no ha logrado conciliar sus extremos tras lo ocurrido aquel 11 de mayo.
Los silencios del presente
A seis años de aquella marcha convocada por los activistas LGBTIQ de Cuba como respuesta a la suspensiĂłn de la Conga por la Diversidad âversiĂłn reducida del Gay Pride que el CENESEX desde el 2008 habĂa implantado como un pequeño desfile a lo largo de varias cuadras de la Rampaâ estoy leyendo el libro que el investigador y activista puertorriqueño Wilfred Labiosa publicĂł en 2024 bajo el tĂtulo La RevoluciĂłn LGBT en Cuba, aparecido por el sello Deletrea en Estados Unidos de AmĂ©rica.
Ese dĂa, el 11 de mayo de 2019, no existe en tal volumen, a pesar de que su autor reconoce en su epĂlogo que lo culminĂł «sentado junto a la ventana de uno de los nuevos hoteles de La Habana», en mayo de 2022. En el prĂłlogo, firmado por Camilo GarcĂa LĂłpez-Trigo y Alberto Roque, ligados en un determinado momento al CENESEX, tampoco puede localizarse esa fecha.
Pareciera que, como afirmĂ© hace un par de años, ese dĂa nunca existiĂł, a la manera en que Dulce MarĂa Loynaz hablaba de otra fecha en uno de sus poemas. Pero sĂ existiĂł, sucediĂł. Y curiosamente, la ausencia en un libro como este, que se supone una guĂa para quien quiera conocer el devenir de las personas LGBTIQ en la historia de Cuba, lo hace mucho mĂĄs visible.
Pareciera que, como afirmĂ© hace un par de años, ese dĂa nunca existiĂł, a la manera en que Dulce MarĂa Loynaz hablaba de otra fecha en uno de sus poemas.
El volumen de Labiosa, quien ha visitado nuestro paĂs con el auspicio y beneplĂĄcito del CENESEX, es su carta de agradecimiento a esta instituciĂłn. Desde la propia narrativa de blanqueamiento a conveniencia de ciertos aspectos de esa lĂnea histĂłrica que pretende abordar, anula la existencia de libros previos e investigaciones que lo preceden para evitar enumerar conflictos y tensiones que sĂ han evidenciado otros estudios sobre el tema como los realizados por VĂctor Fowler, JesĂșs J. Barquet, Alberto Abreu, JesĂșs Jambrina, Francisco MorĂĄn, Yoandy Cabrera, Mabel Cuesta, y otros investigadores como JosĂ© Quiroga, Carlos Espinosa, RubĂ©n RĂos Ăvila o Daniel Balderston.
El tĂtulo se trata de una elecciĂłn cuidadosa y suspicaz que elimina referentes, se ahorra citar ciertos autores y anĂ©cdotas, y asĂ como se extiende en tratar de explicar quĂ© fueron las Unidades Militares de Ayuda a la ProducciĂłn, adelantĂĄndole al CENESEX la investigaciĂłn prometida sobre esos campos de trabajo forzado en los que fueron recluidos entre 1965 y 1968 homosexuales, disidentes polĂticos y religiosos.
Lo esbozado se limita a un mapa que incluye no pocos agujeros negros, a fin de que otras probabilidades de activismos gestados fuera de esa instituciĂłn sean al menos mencionados en este libro: una visiĂłn edulcorada y suavizante que recuerda la del documental En marcha con Mariela Castro, producido por HBO durante el breve idilio entre Cuba y Estados Unidos durante la administraciĂłn Obama.
No hay aquĂ menciĂłn, digamos, de lo que revelaron los nĂșmeros de la revista Mariel, de la cual fue parte Reinaldo Arenas, o de un libro como Gays under Cuban Revolution, publicado por Young Allen en 1981 y que cuenta con traducciĂłn al español de 1984. Asegura no haber encontrado libros sobre las UMAPS, aunque existan varios sobre el tema: desde la novela Un ciervo herido, de FĂ©lix Luis Viera o La mueca de la paloma negra, de Jorge Ronet, hasta otros como La UMAP. El gulag castrista, de Enrique Ros (2004), o por supuesto, El cuerpo nunca olvida, de Abel Sierra Madero, el estudio mĂĄs amplio sobre ese doloroso asunto, aparecido en 2022 por el sello Rialta Ediciones. Del mismo autor, Labiosa cita un artĂculo, pero no Del otro lado del espejo, ganador del Premio Casa de las AmĂ©ricas en 2006, que cubre zonas de las que asegura tampoco hallĂł referencias.
A partir de ello, Labiosa asegura que su libro «es Ășnico, en la medida en que se enfoca Ășnicamente en la comunidad LGBT viviendo en Cuba desde su fundaciĂłn, durante la RevoluciĂłn y bajo el liderato de los hermanos Castro». Asegura de inmediato que «muchos (tal vez todos) los libros y proyectos anteriores han tratado la homosexualidad como datos secundarios en entrevistas, o con aquellos que huyeron de Cuba y viven en España o en los Estados Unidos, especĂficamente en Nueva Jersey o la Florida». Al parecer no se detuvo, en la redacciĂłn de este libro que es parte de su investigaciĂłn acadĂ©mica, en lo que como testimonio directo de su experiencia en la Isla apuntĂł, por ejemplo, Ernesto Cardenal sobre estos asuntos en las pĂĄginas de su muy conocido libro En Cuba, fechado en 1974.
Tal afirmaciĂłn hubiera sido creĂble a mediados o fines de los 80. Ya no. De entonces a acĂĄ han aparecido testimonios, libros, artĂculos y documentales que amplĂan ese circuito de referencias, que Labiosa desconoce o prefiere eludir. Habla de Fresa y chocolate, y de documentales como Mariposas en el andamio y Gay Cuba, pero ignora otros documentales previos, como No porque lo diga Fidel Castro (1988), el primero acerca de estos asuntos que produjo la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, o En busca de un espacio, estrenado en 1993, o los de Lizette Vila en ese periodo.
El encomiable trabajo de RamĂłn Silverio en El Mejunje ocupa aquĂ todo un capĂtulo, pero mĂĄs allĂĄ de las simpatĂas de ese gestor cultural y comunitario, otros espacios y creadores tambiĂ©n han hecho su obra, contra viento y marea, para incluir esas temĂĄticas y discusiones, no pocas veces enfrentado censura y recelos que culminaron empujĂĄndolos al exilio, no simplemente «huyendo» de Cuba.
Labiosa desconoce o prefiere no comprometerse, y «olvida» eventos, exposiciones, proyectos, obras teatrales, la rehabilitaciĂłn de autores como Lezama o Piñera y Arrufat, poemas, cuentos, antologĂas ya imprescindibles en este tipo de repaso. Habla de la apariciĂłn en Cuba del VIH Sida y de la reclusiĂłn a la que fueron sometidos sus primeros pacientes, pero no da referencia acerca de los soldados internacionalistas que trajeron de regreso el virus, historia revelada en obras como el filme El acompañante (Pavel Giroud, 2015) o en libros de Miguel Ăngel Fraga.
Labiosa desconoce o prefiere no comprometerse, y «olvida» eventos, exposiciones, proyectos, obras teatrales, la rehabilitaciĂłn de autores como Lezama o Piñera y Arrufat, poemas, cuentos, antologĂas ya imprescindibles en este tipo de repaso.
Varias de sus afirmaciones no vienen de pruebas documentales o referencias precisas, acerca de la cĂ©lebre canciĂłn «Siboney», asegura, por ejemplo: «compuesta por Ernesto Lecuona se considera como una de las primeras sobre amor gay», añadiendo que esa fue la «canciĂłn principal» de Esther Borja, como si «Damisela encantadora» jamĂĄs hubiese existido en el repertorio de dicha cantante, en el que fue su imborrable carta de presentaciĂłn. Menciona ademĂĄs a Pablo MilanĂ©s por su canciĂłn «El pecado original», a Amaury PĂ©rez y a Silvio RodrĂguez pero no a iconos como Bola de Nieve, Luis Carbonell, Sara GonzĂĄlez o Teresita FernĂĄndez.
Alineado a la narrativa del CENESEX, el libro de Labiosa, participante frecuente en las Jornadas de esa entidad, elude hablar del 11 de mayo de 2019, pero menciona de paso las manifestaciones de julio de 2021: «Curiosamente, miembros de la comunidad LGBT participaron en las protestas contra el gobierno cubano liderado por Miguel DĂaz-Canel, en el verano de 2021, donde fueron encarceladas cientos de personas, muchas de las cuales siguen en prisiĂłn». Y se apresura en aclarar: «Las manifestaciones, que se llevaron a cabo en Estados Unidos, Europa y Cuba, fueron organizadas y subvencionadas por personas que residen fuera de Cuba. Los participantes ondearon banderas del orgullo LGBT y varios lĂderes llamaron la atenciĂłn de noticieros de todo el mundo, pero no representan la totalidad y complejidad del movimiento LGBT en la patria».
Labiosa, a quien conocĂ en La Habana durante una de esas visitas, trata de simplificar la dimensiĂłn de lo ocurrido en 2021 mediante una comparaciĂłn poco feliz con las protestas y represalias sufridas por quienes salieron a las calles durante los dĂas del Black Lives Matter. El asunto es mucho mĂĄs complicado y exige ir mĂĄs allĂĄ en su anĂĄlisis, tal y como dije a quienes intentaron etiquetar a lo sucedido en mayo del 2019 como un «Stonewall a la cubana».
El asunto es mucho mås complicado y exige ir mås allå en su anålisis, tal y como dije a quienes intentaron etiquetar a lo sucedido en mayo del 2019 como un «Stonewall a la cubana».
Haciendo algunos ajustes mĂnimos, Labiosa apela a la misma narrativa que ante las cĂĄmaras de la Mesa Redonda del 13 de mayo de 2019 empleĂł Mariela Castro, junto a otros representantes del CENESEX para inferiorizar y demeritar a quienes bajaron desde el Parque Central hasta MalecĂłn, movilizados por el simple anhelo de no perder el espacio pĂșblico, el de la calle, tan simbĂłlico en nuestro paĂs, y que el propio CENESEX habĂa ganado en su salida del clĂłset.
La intervenciĂłn de la policĂa, la violencia de ese momento, la detenciĂłn de varios activistas a los que ni siquiera se les permitiĂł llegar a ese punto de convocatoria (el mismo en el cual, el 1 de mayo de 1995, marchamos algunos con la Rainbow Flag junto a activistas norteamericanos, para total sorpresa de los dirigentes que no nos esperaban en tal acto), y la salida posterior del paĂs de algunos a los cuales ese cerco los llevĂł a esa decisiĂłn tan dolorosa, es parte de un momento que no puede invisibilizarse porque sĂ[9].
A seis años de ese 11 de mayo, sigo sintiendo que algo se quebrĂł ahĂ que no ha podido resolverse en diĂĄlogos posteriores, ni siquiera con la aprobaciĂłn del matrimonio igualitario en Cuba. BastĂł ese momento, frente al malecĂłn, para desencadenar varios sĂntomas: la comunidad LGBTIQ, tan preterida y silenciada, podĂa organizarse en una apariciĂłn de ese tipo sin la anuencia oficial; el espacio de la calle podĂa, de pronto, ser un canal de otras demandas y sĂmbolos.
En el libro de Labiosa, que intenta incluso reducir a un diagrama de power point el complejo proceso de lo que han vivido las personas LGBTIQ de Cuba, agradezco la apariciĂłn de algunos testimonios, porque insisto en creer que eso es lo que mĂĄs necesitamos: reconocer las voces de los otros, de las otras personas que han vivido en su biografĂa estos años de un modo Ăntimo, con su dosis individual de Ă©pica, a despecho de quienes no les consideran parte de un modelo de vida donde la ideologĂa y la moral pretenden limitar los derechos del cuerpo y el deseo.
Ello no aparece en su libro, donde hay testimonios de quienes se reconozcan como parte de ese nĂșcleo de personas, pero no de quienes trabajan y crean fuera de los lĂmites de la instituciĂłn a la que Ă©l halaga sin recatos. Fiel al tĂtulo de su libro, como si parafraseara al vuelo las cĂ©lebres Palabras a los intelectuales, este es un repaso en tono generalmente didĂĄctico a la idea de «Dentro de la RevoluciĂłn LGBT en Cuba todo, fuera de la RevoluciĂłn LGBT en Cuba, nada». Aunque ya sabemos que la frase literal pronunciada en la Biblioteca Nacional, no es exactamente esa.
En una lĂnea, su autor afirma algo con lo cual, al menos, estoy de acuerdo: «El futuro de la comunidad LGBT en Cuba es incierto». Pero podemos decir eso acerca de muchas otras zonas de la sociedad cubana. Por encima de la disidencia o la normatividad del deseo, la pregunta que Cuba tiene ahora mismo ante sĂ y toda su sociedad incluye esa incertidumbre. Las loas a la directiva del Cenesex, escritas desde la comodidad del nuevo hotel donde se hospeda el autor, no logran disimular esas tensiones que hoy nos acompañan.
Recordar este dĂa no es insistir en la herida abierta, en el momento incĂłmodo, ni en la maniobra de hacerle el trabajo a ninguno de los extremos aquĂ enfrentados. La memoria dicta su propia nociĂłn de historia y sobrevivencia, y genera su propio activismo de cuerpos y recuerdos. En mi calendario personal, el 11 de mayo contiene numerosos significados y sobre todo, muchos nombres. Los de quienes me han acompañado en el activismo desde que aparecieron mis primeros textos y desde esa comunidad me hicieron sentir menos solo, hasta los de quienes, mĂĄs allĂĄ de acuerdos y disensos, han jugado roles importantes en el rostro mĂșltiple que ahora somos, y que tras ese 2019, el 2021, la pandemia y tantas nociones de la crisis interna y externa, multiplican estos ecos en las Cubas del mundo. En esa incertidumbre, recuerdo y vivo. Esa es la batalla. De la memoria, la del presente. Y la de nuestro futuro.
Norge Espinosa Mendoza es poeta, crĂtico y dramaturgo. Asesor teatral de la compañĂa El PĂșblico desde hace 20 años. Editor de las memorias del coreĂłgrafo Ramiro Guerra y coautor del volumen dedicado a los Premios Nacionales de Teatro, que aĂșn esperan por papel y tinta para ver la luz.

The College of Cardinals on Thursday elected Cardinal Robert Prevost from Chicago as the Catholic Church’s next pope.
Leo XIV’s election took place less than three weeks after Pope Francis died at Casa Santa Marta, his official residence at the Vatican. The conclave to choose his successor began on Wednesday.
Leo XIV, who was born in Chicago in 1955, is the first American pope.
Leo XIV was bishop of the Diocese of Chiclayo in Peru from 2015-2023. Francis made him a cardinal in 2023
âWe salute the appointment of the new Pope Leo XVI,” said the U.S. Embassy in Peru on X.
âA celebration for the worldâs Catholics, and a joy especially shared between the American people and the Peruvian people. From Chicago to Chiclayo.â
U.S. Rep. Robert Garcia (D-Calif.), a gay man of Peruvian descent, also congratulated Leo XIV.
“As a Catholic and Peruvian American, I wish Pope Leo XIV strength as he steps into his role as a global and spiritual leader,” said the California Democrat on X. “He has demonstrated that he believes in justice for the poor and immigrants. May his leadership reflect these ideals as he spreads peace across the world.”
As a Catholic and Peruvian American, I wish Pope Leo XIV strength as he steps into his role as a global and spiritual leader. He has demonstrated that he believes in justice for the poor and immigrants. May his leadership reflect these ideals as he spreads peace across the world.
— Congressman Robert Garcia (@RepRobertGarcia) May 8, 2025
Francis died on April 21 at Casa Santa Marta, his official residence at the Vatican. The conclave to choose the Argentine pontiff’s successor began on Wednesday.
The Vaticanâs tone on LGBTQ and intersex issues softened under Francis’s papacy, even though church teachings on homosexuality did not change.
Francis, among other things, described laws that criminalize consensual same-sex sexual relations as âunjustâ and supported civil unions for gays and lesbians. Transgender people were among those who greeted Francisâs coffin at Romeâs St. Mary Major Basilica before his burial on April 26.
The New York Times reported Leo XIV in a 2012 speech to bishops specifically cited “homosexual lifestyle” and “alternative families comprised of same-sex partners and their adopted children” when he said Western media and popular culture has promoted âsympathy for beliefs and practices that are at odds with the gospelâ
Marianne Duddy-Burke, executive director of DignityUSA, a group that represents LGBTQ Catholics, traveled to Rome for the conclave.
She told the Washington Blade in a text message from St. Peter’s Square shortly after Leo XIV’s election that she “heard him speak” last October and “found him thoughtful and gently challenging.”
“[He] hasn’t said a lot since early 2010s. [I] hope he has evolved,” said Duddy-Burke. “His commitment to synodality is a hopeful sign.”
Her group later issued a statement.
“This election appears to signal a willingness to continue building on Pope Francisâs commitment to synodality and social justice,” said DignityUSA. “We pray that the needs of those whom our church has historically marginalized, including LGBTQ+ people and their families, will continue to be heard and addressed by the Vatican and other church leaders.”
Francis DeBernardo, executive director of New Ways Ministry, a Maryland-based LGBTQ Catholic organization, in a statement said there is “a special pride in having the first pope from the United States, his longtime ministry in Latin America most likely had an equally formative influence on his spirituality and approach to church issues.” DeBernardo, however, criticized Leo XIV’s 2012 comments.
“We pray that in the 13 years that have passed, 12 of which were under the papacy of Pope Francis, that his heart and mind have developed more progressively on LGBTQ+ issues, and we will take a wait-and-see attitude to see if that has happened,” he said.
“We pray that as our church transitions from 12 years of an historic papacy, Pope Leo XIV will continue the welcome and outreach to LGBTQ+ people which Pope Francis inaugurated,” added DeBernardo. “The healing that began with ‘Who am I to judge?’ needs to continue and grow to ‘Who am I, if not a friend to LGBTQ+ people?'”
DignityUSA agreed.
“We express concern with the former Cardinalâs statements â as reported in the New York Times â in a 2012 address to bishops, where he stated that Western news media and popular culture fostered ‘sympathy for beliefs and practices that are at odds with the gospel’ including the ‘homosexual lifestyle’ and ‘alternative families comprised of same-sex partners and their adopted children.'” We note that this statement was made during the papacy of Benedict XVI, when doctrinal adherence appeared to be expected,” said the organization in its statement. “In addition, the voices of LGBTQ people were rarely heard at that level of church leadership. We pray that Pope Leo XIV will demonstrate a willingness to listen and grow as he begins his new role as the leader of the global church.”
Vanuatu
Vanuatu lawmakers consider constitutional amendment to recognize two genders
Country decriminalized consensual same-sex sexual relations in 2007

Lawmakers in Vanuatu are considering an amendment to the country’s constitution that would recognize only two sexes: Male and female.
The Vanuatu Daily Post in an April 23 article quoted Vanuatu Christian Council Chair Collin Keleb, a pastor with the Presbyterian Church of Vanuatu, said the country “cannot allow someone from outside to influence or empower them (the LGBTQ community), which will cause them to go astray instead of maintaining and uniting ourselves as children of God.”
The country’s Council of Ministers has approved the proposed amendment. The Vanuatu Daily Post notes the government has said the measure would “align the country’s laws with the preambles of ‘Melanesian values and Christian principles’ upon which Vanuatu was founded.”
Vanuatu is an island country in the South Pacific that is located roughly 1,100 miles northeast of Australia’s Queensland state.
Consensual same-sex sexual relations have been decriminalized in Vanuatu since 2007.
It remains unclear when the proposed amendment will receive final approval.