News
Una tarde con Yariel
Ha permanecido bajo custodia de ICE por casi un año


Nota del editor: Una versión de esa nota de opinión en inglés salió en el sitio web del Blade el 4 de febrero.
FERRIDAY, Luisiana — Un guardia masculino al River Correctional Center, un centro de detención privado en el Condado Concordia en Luisiana, me llevó a la sala de visitantes un poco después de la 1 p.m. el sábado. Me senté en una mesa grande —como las que se pueden encontrar en una cafetería de la escuela— y miré a las murallas con mensajes de empoderamiento que habían sido pintados en la pared. Unos minutos después, miré hacía la puerta con una pequeña ventana y vi a Yariel, que vestía un traje verde de rayas. Otro guardia masculino abrió la puerta y Yariel entró la sala. Nos abrazamos fuertemente unos segundos después. Estaba casi sollozando, pero Yariel me aseguró que estaba bien. Después de un par de minutos, nos sentimos en la mesa —uno frente al otro— y empezó nuestra visita. Usé una de las servilletas que tomé de una gasolinera cercana para limpiar las lágrimas de mis ojos. Después de un par de minutos, puse sus manos en las mías y comenzó a llorar. Le di una de las servilletas de la gasolinera para limpiar sus ojos y traté de consolarlo.
“Esta bien llorar”, lo aseguré.
No había visto a Yariel en persona desde el 27 de enero de 2019. Habíamos pasado el día reportando desde un albergue de migrantes dirigida por una lesbiana en Mexicali, una ciudad mexicana en la frontera con EEUU, y lo dejé al apartamento pequeño en Tijuana en que vivía con su padre. Estábamos casi mareados, en parte, porque habíamos cantado canciones de Lady Gaga como locos durante el viaje de dos horas entre Mexicali y Tijuana. Esos momentos despreocupados parecen de toda la vida.
Yariel el sábado me dio dos regalos: Una pulsera hecha de piezas de bolsas de basura negras y blancas y un zapatillo hecho de paquetes de Maruchan y envoltorios de crema de café que hará un buen ornamento navideño. Hablamos como amigos, como hermanos. Hablamos sobre Cuba y el juicio político del presidente Trump. Lo compré una botella de Sprite de una máquina expendedora en la sala. También compartimos una bolsa de Doritos. Una guardia femenina que habla español estaba en la sala con nosotros. Al principio estuve un poco incómodo de verla escribiendo en un cuaderno, pero después de unos minutos olvidé que estaba allí.

A las 2:50 p.m., nos dijo en español que nuestra visita iba a terminar en 10 minutos. Yariel quería darme dos carpetas con sus escritos sobre su tiempo bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), pero la guardia lo dijo que no podría tomarlas conmigo. Yariel había colocado la pulsera alrededor de mi muñeca y un supervisor dijo a la guardia que podría llevar el ornamento conmigo. Los puse, junto con su foto del tamaño de un pasaporte, en mi mano. Nos pusimos de pie y nos abrazamos fuertemente. Lo dije que lo quiero y luego salimos por puertas diferentes. Salí por la puerta principal de la instalación menos de cinco minutos después y regresé a mi hotel en Kenner, un suburbio de Nueva Orleans, a las 6:45 p.m.
Ha pasado casi un año desde que Yariel pidió asilo en EEUU y entró la custodia de ICE. Los lectores del Washington Blade saben que un juez el pasado septiembre concedió asilo a Yariel. También saben que su destino está en las manos de la Junta de Apelación de Inmigración en Virginia porque ICE apeló el fallo.
Hay cierta ironía en el hecho que Yariel comenzó escribir para el Blade en el otoño de 2018, en parte, porque necesitábamos un reportero en Tijuana que pudiera reportar sobre los migrantes LGBTQ que llegaban a la ciudad con las caravanas migratorias de Centroamérica. La cobertura del Blade de estos temas continua, con mi más reciente viaje a Honduras y El Salvador que terminó hace seis días antes de mi visita con Yariel. Esta cobertura sigue siendo tan importante como siempre con la política migratoria de línea dura de la administración Trump continúan poniendo en riesgo a los migrantes LGBTQ.
También se convierte en algo profundamente personal.

Mi esposo y yo el viernes, unas horas antes de volar a Luisiana, asistieron una ceremonia en Durham, Carolina del Norte, donde nuestro querido amigo Marcelo se convirtió en ciudadano estadounidense. Marcelo, un bailarín para el Carolina Ballet de origen paraguayo, trabajaba muy duro para llegar a ese momento y estamos muy orgullosos de él.

Uno de los momentos más memorables de la ceremonia fue el video en que Trump felicitó a Marcelo y los otras 56 personas que acababan de convertirse en ciudadanos estadounidenses. Ninguno de ellos aplaudió al final del video. Ellos, junto con el resto de nosotros, saben mierda cuando la escuchan, y todos respondimos en especie.
Estos ciudadanos estadounidenses, junto con Yariel, son exactamente el tipo de personas que harán una contribución positiva a este país y lo hará aún mejor. Merecen nuestro respeto y apoyo, no retorica barata basada en racismo, xenofobía y supremacía blanca para apaciguar una base política antes de una elección presidencial.
Una de las partes más desgarradoras de mi visita con Yariel fue cuando me dijo que más desea es su libertad que lo permitirá empezar una nueva vida en los EEUU sin miedo de persecución. La lucha para hacer realidad el sueño de Yariel sigue. Espero que mi próximo viaje a Luisiana sea recogerlo después de la Junta de Apelaciones de Inmigración confirme su decisión de asilo y ICE finalmente lo libere de su custodia.
Siempre estaré a tu lado, Yariel.
Photos
PHOTOS: Helen Hayes Awards
Gay Men’s Chorus, local drag artists have featured performance at ceremony

The 41st Helen Hayes Awards were held at The Anthem on Monday, May 19. Felicia Curry and Mike Millan served as the hosts.
A performance featuring members of the Gay Men’s Chorus of Washington and local drag artists was held at the end of the first act of the program to celebrate WorldPride 2025.
The annual awards ceremony honors achievement in D.C.-area theater productions and is produced by Theatre Washington.
(Washington Blade photos by Michael Key)


























District of Columbia
Laverne Cox, Reneé Rapp, Deacon Maccubbin named WorldPride grand marshals
Three LGBTQ icons to lead parade

WorldPride organizers announced Thursday that actress and trans activist Laverne Cox, powerhouse performer Reneé Rapp, and LGBTQ trailblazer Deacon Maccubbin will serve as grand marshals for this year’s WorldPride parade.
The Capital Pride Alliance, which is organizing WorldPride 2025 in Washington, D.C., revealed the honorees in a press release, noting that each has made a unique contribution to the fabric of the LGBTQ community.

Cox made history in 2014 as the first openly transgender person nominated for a Primetime Emmy Award in an acting category for her role in Netflix’s “Orange Is the New Black.” She went on to win a Daytime Emmy in 2015 for her documentary “Laverne Cox Presents: The T Word,” which followed seven young trans people as they navigated coming out.
Rapp, a singer and actress who identifies as a lesbian, rose to prominence as Regina George in the Broadway musical “Mean Girls.” She reprised the role in the 2024 film adaptation and also stars in Max’s “The Sex Lives of College Girls,” portraying a character coming to terms with her sexuality. Rapp has released an EP, “Everything to Everyone,” and an album, “Snow Angel.” She announced her sophomore album, “Bite Me,” on May 21 and is slated to perform at the WorldPride Music Festival at the RFK Festival Grounds.
Deacon Maccubbin, widely regarded as a cornerstone of Washington’s LGBTQ+ history, helped organize D.C.’s first Gay Pride Party in 1975. The event took place outside Lambda Rising, one of the first LGBTQ bookstores in the nation, which Maccubbin founded. For his decades of advocacy and activism, he is often referred to as “the patriarch of D.C. Pride.”
“I am so honored to serve as one of the grand marshals for WorldPride this year. This has been one of the most difficult times in recent history for queer and trans people globally,” Cox said. “But in the face of all the rhetorical, legislative and physical attacks, we continue to have the courage to embrace who we truly are, to celebrate our beauty, resilience and bravery as a community. We refuse to allow fear to keep us from ourselves and each other. We remain out loud and proud.”
“Pride is everything. It is protection, it is visibility, it is intersectional. But most importantly, it is a celebration of existence and protest,” Rapp said.
The three will march down 14th Street for the WorldPride Parade in Washington on June 7.
Congress
House passes reconciliation with gender-affirming care funding ban
‘Big Beautiful Bill’ now heads to the Senate

The Republican-led U.S. House of Representatives on Thursday voted 215-214 for passage of the “One Big Beautiful Bill Act” reconciliation package, which includes provisions that would prohibit the use of federal funds to support gender-affirming care.
But for an 11th hour revision of the bill late Wednesday night by conservative lawmakers, Medicaid and CHIP would have been restricted only from covering treatments and interventions administered to patients younger than 18.
The legislation would also drop requirements that some health insurers must cover gender-affirming care as an “essential health benefit” and force states that currently mandate such coverage to find it independently. Plans could still offer coverage for transgender care but without the EHB classification patients will likely pay higher out of pocket costs.
To offset the cost of extending tax cuts from 2017 that disproportionately benefited the wealthiest Americans, the reconciliation bill contains significant cuts to spending for federal programs like Medicaid and the Supplemental Nutrition Assistance Program.
The Human Rights Campaign criticized House Republicans in a press release and statement by the group’s president, Kelley Robinson:
“People in this country want policies and solutions that make life better and expand access to the American Dream. Instead, anti-equality lawmakers voted to give handouts to billionaires built on the backs of hardworking people — with devastating consequences for the LGBTQ+ community.
“If the cuts to programs like Medicaid and SNAP or resources like Planned Parenthood clinics weren’t devastating enough, House Republicans added a last minute provision that expands its attacks on access to best practice health care to transgender adults.
“This cruel addition shows their priorities have never been about lowering costs or expanding health care access–but in targeting people simply for who they are. These lawmakers have abandoned their constituents, and as they head back to their districts, know this: they will hear from us.”
Senate Republicans are expected to pass the bill with the budget reconciliation process, which would allow them to bypass the filibuster and clear the spending package with a simple majority vote.
Changes are expected as the bill will be reviewed and amended by committees, particularly the Finance Committee, and then brought to the floor for debate — though modifications are expected to focus on Medicaid reductions and debate over state and local tax deductions.