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Un amor de las cárceles cubanas: La Yalorde y el Faña

Hombre gay y persona no binaria se enamoraron tras las rejas

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La Yalorde y el Faña (Foto de María Lucía Expósito/Tremenda Nota)

Tremenda Nota es el socio mediático del Washington Blade en Cuba. Esta nota escrito por Manuel de la Cruz salió en su sitio web el 19 de mayo.

LA HABANA — El 18 de marzo de 2022 a las 5 de la tarde, Yasniel vuelve en sí y Samuel le da la noticia: “Padrino, muy linda Oshún hoy. Mandó que te dijera que iba a traerte algo de tu pasado que ya dabas por perdido”.

Yasniel no tiene idea de si el mensaje que dio la Ocha a través de su cuerpo en aquel tambor, se refería a un proyecto de vida abandonado o a una gloria disoluta, pero los designios de la diosa que viste de amarillo prometían a su hijo otra gracia. La orisha nunca olvidaría una pequeña luz en los años oscuros que su omoddé pasó en la prisión del Manto.

Mientras, en Lawton, Oshún posee gradualmente a Yasniel al son del elerí efá que golpean los tamboreros, a más de 19 kilómetros de allí, Ignacio camina por todo Cuatro Caminos de Bejucal buscando la casa de su amigo Yoelito. Allí inmortalizaría, en su espalda y con las mayúsculas indiscretas de Monotipe Cursive, el nombre de su esposa Marieli.

Minutos después, en La Habana, Oshún detiene el sonido del añá pronunciando el clásico baba koyugba con que se presenta a los invitados, mientras en Bejucal una aguja esterilizada afinca las siete letras del nombre de la mujer que abandonó a Ignacio el pasado marzo, víctima de un fulminante cáncer de riñón. Una hora después, ocho dígitos unen la Habana y Bejucal en una sola llamada.

“Yasniel, soy yo, Ignacio. ¡Yasniel, Yasniel!” La Yalorde arroja el celular abruptamente. “¿Qué pasó, niña?”, le pregunta Irene. Yasniel no responde. La Yalorde está en blanco. Recoge el teléfono del piso, pero no acierta a contestar, solo oye: “Soy yo, Ignacio”. “¿Qué Ignacio?”, responde Yasniel. “Ignacio mija, el Faña. ¡Ven pa’ acá pa’ Bejucal!”

Yasniel deja que se queme el picadillo de pollo en el fogón, y durante los siguientes minutos balbucea turbadamente todo el cariño añejo que le lleva guardado al Faña. Hace más de un año que no saben el uno del otro y Yasniel ahora solo oye insistente una orden: “Te dije que en la calle iba a ir por ti ¡Ven pa’ acá pa’ Bejucal, ya!”

Ignacio, el Faña

A Ignacio Grandía Terrero no lo conocen en Bejucal por el Faña, a pesar de ser notorio que es fañoso. Ese alias se lo puso la Gorda en la Prisión de Menores de La Lima.

Disturbios públicos, episodios de violencia y robos periódicos, entre muchas otras conductas, lo llevaron a la cárcel por primera vez con casi 17 años. Es el segundo de tres hijos, el único varón. Hoy trabaja en el campo, sembrando y recogiendo papas o cualquier otra hortaliza, según la estación del año. La menor de las hembras, de ocho años, le dice a la madre: “Yo no voy a ser como Ignacio, yo si voy a estudiar”.

Desde los 10 años, Ignacio conoció el alcohol, los carnavales de Bejucal, las putas, los ansiolíticos y todo tipo de calmantes y opiáceos que lo fueron llevando lo mismo a innumerables trifulcas sin motivo, que a periódicas y placenteras siestas en los parques del pueblo o al pie de un árbol cualquiera.

Ama los caballos y las rústicas “arañas”, artefactos de hierro y madera donde suelen alcanzar velocidades vertiginosas los guajiros como él, expertos en esa disciplina.

Antes de caer en prisión, llevaba el pelo de múltiples colores y formas siempre extrovertidas. Short sin calzoncillos, pulóver o más más frecuentemente camisetas. Unas botas de agua en los pies, lo mismo en las ciénagas que en las plazas. También servían para esconder un cuchillo no desestimable en tamaño, filo y experiencia.

En la familia de Ignacio los hombres toman ron y las mujeres atienden a los hombres. Los machos salen al alba y regresan al mediodía con dinero, con mucho dinero. Sabrá solo Dios de dónde lo sacan. Regresan también con todo lo que se lleva a la boca, pero no lo cocinan. Ese es el trabajo de las mujeres. Duermen la siesta y en la tarde noche salen a beber e incluso a pelear. Ignacio ha encarnado a su padre, de quien solo recibió un beso cuando estuvo a punto de caer en un coma etílico.

El Faña atesora y comparte, mientras se eriza visiblemente, relatos sobre güijes, cagüeiros, brujas, ñáñigos. Un espíritu indio se le aparece para mostrarle el lugar exacto donde le guarda una fortuna. Ignacio le pide al buen ser, quien solo asoma cuando lo ve en extrema embriaguez, que lo deje en paz y se aleje. Teme que le pida a cambio su hermana pequeña o un hijo que tendrá en el futuro.

Al menos dos de sus tíos siguieron las instrucciones de sus respectivos indios, que al parecer asisten a los machos de los Grandía a razón de un espíritu indio por cada hombre de la familia. Cada uno de ellos encontró, en el mismo lugar que les fue indicado, valijas con joyas, lingotes de oro, monedas y todo tipo de objetos valiosísimos del siglo XIX. Los tíos abandonaron Cuba hace más de 10 años, tras haberse podido costear junto a sus esposas e hijos, lanchas rápidas hasta Miami.

“A uno de mis tíos el muerto le dio eso, pero le dijo que se iba a llevar lo primero que él viera al llegar a la casa. Estaba adaptado a que cuando iba llegando le salía corriendo el perro chiquito y por eso le dijo al muerto que sí. Pero cuando llegó a la casa, chifló y su niño de 2 años salió por la puerta pa’ afuera. No dio tiempo ni a que mi tío lo cogiera en las manos. Ahí mismo cayó muerto”, dice el Faña.

“Para qué enamorarme de la vida, si mi destino es casarme con la muerte”, reza uno de sus tatuajes. La irresuelta rutina de a quien no aprendió a pensar en el futuro, lo hizo caer públicamente en los hoyos de la delincuencia. Así llegó al Manto en agosto de 2018. 

Cumplió su condena en los centros penitenciarios y campamentos del Manto, la Lima y la Oca. Su cuerpo tupido de tinta es un resumen de la sabiduría del sobreviviente. El Faña fue decorando su piel con rosarios, flores espinosas, relojes, mujeres desnudas y un Cristo redentor, a medida que luchaba por ganarse el respeto entre los menores con quien compartía la cárcel, y así se redimió de las blandenguerías y los miedos que no son de hombre.

La Gorda es uno de los muchos maricones con los que el Faña compartió prisión. Sonríe al recordar a Jicotea, a Mamota, a la Denis, a la Pinareña y a muchas más. A los maricones en las cárceles los llaman comúnmente “madrinas”, así como los hombres, bugarrones o no, se convierten en los “ahijados”.

Las madrinas, para reafirmar su poder, suelen malcriar a sus ahijados de vez en cuando. Por eso, aquel día, cuando el Faña le pidió un cigarro a la Yalorde, la Yalorde no se lo negó.

La Yalorde y el Faña (Foto de María Lucía Expósito/Tremenda Nota)

De Coco a la Yalorde

Yasniel Arencibia Oliver pasó sus primeros cuatro meses de prisión en el depósito del Vivac, a la espera de su juicio. Allí le apodaron Yalorde, en alusión a la Ocha que había coronado en su elerí. En la familia le apodaban Coco, y solo otras de sus amigas, Jicotea entre ellas, le decían habitualmente Negra. Nació de Martica el 15 de septiembre del año 2000. A su padre lo ha visto en menos de cinco ocasiones en sus 21 años.

Yasniel lleva en su cuerpo al menos seis cicatrices de diferentes formas y tamaños. Su tez negra oculta el rastro de los planazos que recibió de sus tíos cuando, a temprana edad, comenzó a mostrar sus maneras femeninas. Solo su abuela y su madre intercedían. Por eso cuando quedó huérfano, a los 11 años, primero de su madre y ocho meses después de su abuela, la vida de Yasniel pasó a ser un registro de violencia doméstica y desabrigo.

Fue confinado a un corral de puercos, a comer y dormir con ellos hasta que se le quitara la mariconería. Tras plantarse allí, recibió innumerables golpizas. Vivió también en un terreno abandonado a más de 100 metros de su casa, donde amigas como la Yoel le llevaban un poco de arroz y potaje.

Sus hermanas mayores y tíos se enteraron de su “desviación” por boca de la misma abuela, uno de sus únicos amores y de las pocas en la familia que le celebró la gracia. En una casa de negros paleros, santeros y abacuás, a Coco lo imaginaron como el depósito del legado lucumí de la familia y, ante la frustración, salió a la luz todo el rechazo homofóbico que encuentra hogar en las religiones afrocubanas y, por ende, en sus sacerdotes y profesantes. 

Antes de sus 11 años, Coco ya había validado su predestinación para los cultos yorubas. Como bastón y heredero de su abuelo negro, uno de los últimos cagüeiros que conoció Matanzas, le enseñaron el padrenuestro a la temprana edad de 4 años en castellano y en lengua ngangulera.

Desde esa edad sus ojos conocieron todo tipo de fenómenos legendarios. Visiones, sueños lúcidos, premoniciones cumplidas, brujas sin rostro que viven en chozas rústicas y se escurren a las 3 de la mañana, ñocas que te saludan al pararte delante de una nganga, tatas poseídos por espíritus que hacen escupir sangre y caminar sobre carbones encendidos.

Su abuelo lo llevaba al monte y le enseñaba cada término en palo y su significado. Le entregó, como única y buena sabiduría, la tradición ngangulera. Así pudo deducir que, como mismo “perro que come perro es comido por otro perro”, hombre no come hombre y, si lo hace, cualquier hombre igualmente se puede hacer cargo de él.

Cuenta la familia que a la temprana edad de siete años, Coco fue poseído por un espíritu de prenda, quien profetizó acertadamente numerosos episodios. El abuelo falleció años antes que la abuela y que Martica. Yasniel recuerda que horas después de haber muerto, sentado al pie de su prenda, según la tradición de los paleros ñáñigos, se le vio dejando entrar por última vez a Ta José para que se lo llevara definitivamente al reino de ará onú.

Cuando su abuela partió al “mundo de la verdad”, Coco tuvo que aprender las mañas para sobrevivir en el mundo de la materia. Su camino se debatió entre machos homofóbicos y violentos. Vivió en la calle despoblada donde un bugarrón podía ofrecer 250 pesos para meterle el rabo y en el parque oscuro donde una billetera borracha debía terminar en sus manos.

Los tíos y él transaron, al pasar de los años, luego de llevarle a fiestas públicas para que diera punzonazos y se hiciera de un nombre. “Querían que, si iba a ser maricón, fuera guapo”, recuerda.

Hoy reconoce que irremediablemente iba a caer preso alguna vez. La inestabilidad del desamparo daba poco oxígeno a su libertad: “Si no me hubieran cogido presa dándole el escándalo a aquel policía, hubiera sido en una fajazón en la calle”. Cuando quedó absuelto en el juicio, y todos sus amigos fueron condenados, regresó a golpear violentamente al policía que lo detuvo, solo para cumplir condena junto a sus colegas.

De iyawó visitó la cárcel. Oshún y sus espíritus le avisaron que se quedara en casa durante 3 días, pues Ochosi lo llevaría a su ilé. En septiembre de 2019, con tres intentos de suicidio en su haber y un tratamiento permanente para la epilepsia y su trastorno limítrofe de la personalidad, Yasniel Arencibia Oliver entró a las rejas del depósito del Vivac. Allí, además de convertirse en una madrina más, cambiaría definitivamente el alias de Coco por otro más adecuado: Yalorde.

El idioma del Manto

Cuando la Yalorde llegó al Centro Penitenciario Jóvenes de Occidente, se sentía como una experimentada en prisiones de menores. Ya había pasado cuatro meses en el agitado Vivac y todavía no le cortaban el pelo. Se las ingenió para seguir medicándose con cipresta y lucía unos senos pequeños. Con una peluca corta y apretadas hizo su entrada al Manto.

Por las ventanas de los dormitorios los presos asoman sus rabos hambrientos de hembra y los masturban frenéticamente. Una silueta femenina se presentaba para su deleite. Luego se enterarán de que la leche se desparramó en nombre de un pájaro. En realidad eso no trascendería mucho, pues en el Manto los adolescentes le tiran a cualquier cosa. Las oficiales también lo saben y no ponen reparos: “Tira pero no me embarres” es la única condición que ponen.

La Yalorde pasa al dormitorio y no sabe que aquí no es bien visto que los homosexuales se desvistan públicamente. Debió cambiarse en el baño. Minutos después del error, le roban la ropa. La Denis ha empatizado con ella y le da un consejo: “Mami, aquí se roban todo, lo que tienes que hacer es dar un espectáculo”. Yasniel pregunta: “¿Pero un espectáculo a la forma de la calle?” La Denis le dice que “más grande todavía”.

Coge la seña la Yalorde y en medio del dormitorio de la Compañía 3, arma un bullicio estridente que reclama atención y sus pertenencias. Ya se ha desvestido completamente de su ropa de presa. Los reclusos la miran y hacen silencio. El Consejo, formado por cinco presos que se encargan de mantener “el orden” en cada compañía, sabe quiénes han tomado la ropa, pues nadie hace nada en esta prisión de menores sin que el Consejo lo sepa. A pesar de saberlo, nadie se inmuta. El espectáculo comienza.

Yasniel regresa del baño, desnuda con un cubo. En un solo movimiento arroja al piso sus heces fecales y los presos suben alarmados a sus literas. La Yalorde muestra cada vez más furia por el robo irrespetuoso.

Cuando promete cortarse, el Consejo la analiza desde sus camas. Su siguiente paso es decisivo, por tanto, lo cumple. Con un espejo se abre cinco centímetros de piel en el antebrazo izquierdo. Ya es suficiente para todos. Cuando el maricón se autolesiona ha demostrado pertenecer a ese grupo que vivirá en la prisión. El resto de cobardes solo podrá sobrevivir. A mayor locura, mayor peligrosidad. A mayor peligrosidad, mayor respeto y rango.

Entonces el Consejo le devuelve sus pertenencias, e incluso dos blúmeres que no eran suyos, como gesto de rendición. Una bienvenida calurosa le dio etiqueta a su madrinaje. La validó como guapa. Cuando Ignacio regrese del pase, al día siguiente, se enterará de quién es la nueva y el calibre que ostenta.

El Faña ha cumplido casi dos años de condena y el día anterior a su libertad, le anuncian que le ha salido una causa nueva.  Se frustra y lo golpea todo a su alrededor. Ahora debe mirar de nuevo el Campamento de la Oca por los siguientes dos años y seis meses.

Habla con “el Puro”, que es como se le dice al guardia, y le pide que lo retire del campamento. Allí ha estado junto a otros presos no homosexuales, que son los únicos con derecho a componer estas brigadas, realizando trabajos de pintura, albañilería o chapea.

“Si no me suben pa’ la prisión cerrada, me voy a fugar pa’ la pinga o me voy a cortar to’”, amenaza. El guardia le ofrece un pase, junto a la promesa de enviarlo al Manto tras su regreso.

En la segunda noche de la Yalorde en la Compañía 3 del Manto, el Faña se ha enamorado de sus labios prominentes, de su mirada indescifrable. Le pide un cigarro a Yoel y este le indica que se lo pida a la madrina. Después del regalo, continúan las miradas.

Es el único lenguaje en que usará el Faña para dar su primer amor a la Yalorde, pues en una prisión de menores los maricones son aceptados, pero los bugarrones no. Es como si existiera una doctrina que dictaminara que los primeros nacieron para ser mujeres, mientras los otros se debilitaron en el camino y deben pagar un precio.

Si un bugarrón le hace señas a un maricón indicándole el baño, pueden suceder varias cosas y en ninguna de las variantes sale perdiendo el homosexual. Primero, puede suceder que el maricón asista a la cita y disfruten sin riesgo alguno. Segundo, que el maricón le cuente la faena al Consejo, haciéndole una seña a uno de ellos para que le acompañe al baño a ver, y este, al sorprender al bugarrón en el lugar de la espera, arremeta contra él a golpes desenfrenados.

A esta posibilidad se suma la violencia de todo el Consejo y de cuanto preso guapo quiera aterrizar al descubierto. Pero la opción de los más sagaces, es la tercera: el maricón decide hacer cómplice a algún otro preso de la jugarreta, y así tener un testigo ocular, para un permanente chantaje. A esto se le llama “hechizar”.

Si el bugarrón ha sido “hechizado”, le debe al maricón lo que él pida a costa de su silencio. A veces le exige pelear con otros presos para no embarrarse las manos. Le ordena reclamarle al “buquete”, que es quien sirve la comida, más alimentos para el “hechicero”. Peleas incesantes, recados peligrosos y, más usualmente, el contenido del “saco” que le traen sus familiares.

Otras formas de “hechizo” consisten en golpear a un preso cada rato, encimarse en su temor para ordenarle favores, y cuando el dominado se mete en alguna reyerta por cualquier causa no ordenada por su amo, el amo mismo sale a defenderlo.  Así crea un vínculo de dominación basado en la confusión, siempre para mayor comodidad de quien “hechiza”.

A veces el mismo amo orquesta un conflicto externo para demostrarle protección a su “hechizo”. Las madrinas siempre tienen cigarros para regalar, no porque el poder adquisitivo de sus familiares sea mayor, sino porque ellas suelen ser las que “hechizan” a más de un preso durante su condena.

El Faña ha sobrevivido a estos y otros entramados, y no pretende vendimiar para sí el calificativo de bugarrón, pero el cruce incesante de miradas y el roce de las manos en el intercambio de cigarros con la Yalorde se ha ido volviendo periódico e intenso. A este tipo de romance irresuelto que no ha desembocado en sexo, en la cárcel le llaman “sodomia”.  

El Faña sale en las mañanas para su brigada, y desde la formación voltea el cuello hacia la ventana. Desde allí la Yalorde lo embelesa como ningún otro maricón había logrado hacerlo.

Por razones administrativas, aquel día los jefes cambiaron al Faña para la Compañía 1. Cuando la Yalorde se enteró, comenzó a vaciarse. La Denis sospecha que la negra ayuna por desamor y la apoya trayéndole la comida. Al Faña le duele también la lejanía, pero solicitar un cambio para la compañía anterior lo delataría ante los presos.

Uno de ellos le dice a la Yalorde que el Faña le contó todo sobre ellos. Ella envía un papel con el mensajero, donde le pide al Faña que se defina. Ignacio jamás había contado nada y entendió que el mensajero lo estaba probando. Salió ileso, pues ambos eran bugarrones. Para borrar rastros, el Faña se comió el papel íntegramente.

La Yalorde entiende el riesgo que han corrido y decide confirmar el romance por otra, más sutil. No puede pedir traslado, porque no se lo otorgarán sin motivo. Debe ser regañada. Usa una justificación barata, mientras estaba de “buquete”.

“Coño, mana, ¿por qué me das un solo pan? Yo soy maricón igual que tú y estamos pa’ ayudarnos”, le reclama Adriana. “A mí nadie ni pinga me habla así”, contesta la negra y se lanza contra ella. Adriana “le echa a la policía”. Es decir, la acusa ante los superiores. La medida que se dictamina es la deseada. Al otro día, la Yalorde duerme a medio metro del Faña. “Ahora sí me compliqué”, pensó Ignacio.

Si lo vivido hasta el momento fue profundo y nuevo, las madrugadas siguientes marcarán sus años para siempre. La raíz crecía a pesar de que en el exterior solo florecían las miradas e el intercambio de cigarros.

La Yalorde y el Faña (Foto de María Lucía Expósito/Tremenda Nota)

Algún que otro preso oyó al Faña cantar, pero jamás supo que, aunque cantaba mirando al techo, la letra se la estaba dedicando a la Yalorde. La Yalorde le respondía en la misma clave y les daban las 3 de la mañana en este repentismo romántico. En los pocos momentos de posible privacidad, el Faña le prometió firmemente a la Yalorde: “Cuando salga de la prisión voy por ti”.

Escribió los ocho dígitos del celular de Yasniel en la Biblia, en el techo, en la cama y en la memoria. Yasniel le sostuvo la mirada durante horas una noche, hasta que una lágrima de amor engavetado protestó. El silencio protector de estas bocas que jamás se besaron, los inmortalizó como amantes en un lugar donde no se podía amar sin temor a morir. Pero las condenas, como los temores, sorprenden en sus finales.

Cada tres meses bajaban los análisis de los casos propuestos para libertad condicional. Cada vez que llamaban al Faña y otros colegas presos para formar y esperar el milagro, la Yalorde se enfriaba. Al Faña y sus amigos al menos tres veces les entregaron la carta donde se afirmaba que no estaban listos para la reinserción social. Ellos, a modo de protesta, ripiaron la carta y se la comieron. La carta que no pudo comerse el Faña fue aquella que dejó libre a la Yalorde.

“Te la ganaste, hermana”, le dijo Jicotea llorando. Yasniel solo piensa en el Faña, en que al salir lo más probable es que la historia que han vivido desaparezca. Piensa también en que afuera no tiene una madre o una abuela que la espere, ni un hombre que haya sufrido por ella todo este tiempo. La alegría de salir al exterior le exige extinguir el amor más lindo que ha vivido.

La Yalorde saca sus cuentas. Si comete alguna indisciplina grave será revocada, pero como solo le quedan ocho meses, no será enviada a otro lugar, sino a la misma compañía. Solo así puede vivir junto al Faña el tiempo que a le quede a él.

Como parte de las ceremonias usuales cuando a un preso le otorgan la libertad, un recluso le lleva una colcha a la Yalorde. Es la última de sus noches aquí, y obviamente no va a dormir, pero Yasniel ve en este inocente un medio para llegar a su fin. La agresión es el camino para ser revocada.

“Hoy yo te voy a regalar a ti mi libertad”, le dice. Va en busca de un objeto para agredirlo, pero Jicotea y otras amigas entienden mucho de presidio como para dejarla complicarse así. La detienen, la aguantan, la apaciguan. La Yalorde llora por el vacío que dejará la prisión en ella.

El Faña no puede siquiera mirar a los ojos de la negra. En la madrugada, cuando les quitaron un instante la luz, tomó la mano de Yasniel y la metió en su pantalón. La Yalorde jamás le había tocado la pinga al Faña. Nadie lo había hecho. Este símbolo le dejó entender a Yasniel que aquello fue más que “sodomia”.

“Cuando salga voy por ti, negra”, le repitió en el baño por la mañana. Con esa esperanza, y para conservar al Faña en su recuerdo, Yasniel llevó a casa la almohada de su hombre.

A las 8 de la mañana hay lágrimas confusas en la Compañía 3 de la prisión de menores del Manto. Jicotea y la Yalorde se abrazan como si jamás fueran a verse, cosa que fácilmente les puede pasar.

Al Faña le quedan meses dentro y no puede despedirse como quiere, pues representaría para él una escandalosa salida de clóset. Va al baño y llora. Desde la ventana ve irse a su negra linda y se seca las lágrimas para que nadie se entere. A este niño que solo ha conocido el infortunio, el rechazo y la violencia, nadie jamás lo ha amado tal cual es. Solo su negra, la Yalorde. Y ahora la vida la arranca de su lado.

El reencuentro

La Yalorde decidió olvidar. No le hacía bien desearlo en la distancia. Olerlo tampoco, y guardó la almohada. El Faña la llamó por teléfono un día.

El único modo que tienen para verse es que Yasniel visite a otro maricón, a Jicotea por ejemplo, o que ella misma le cuadre desde fuera una pretendiente que venga a visitarlo. La Yalorde usa ambas estrategias.

En una de las visitas encubiertas que hace, le envía una carta con Jicotea. El Faña la lee, la siente, y luego, como de costumbre, se la come.

En la última visita que recibe, la Yalorde se emperifolla y es de nuevo aquella mujer que entró al Manto un día. El Faña la azora y la despide, celoso porque provocaba las miradas bugarronas de la prisión.

Unos meses después, Ignacio recibe el único papel que no se va a comer. Lo celebra por todo lo alto. Marca los ocho dígitos de su negra, le pide que venga a buscarlo. Yasniel alquila un carro, pero al llegar se entera de que el hombre se ha ido por sus propios medios. Ambos lloran. Lo más probable es que, si no se vieron ese día, no se verán jamás.

En casa, al Faña le espera su mujer, a quien le cuenta que se ha enamorado de un maricón. Marieli, más que su esposa, es su amiga. Le ha pagado putas, alguna vez lo ha bañado en total embriaguez. Se entera del romance y lo aprueba.

Ignacio le promete amarla hasta el último de sus días, hasta que el cáncer o Dios se la lleve a su regazo. Por eso le cuenta también que cuando ella no esté, entregará su vida a la que lo hizo feliz en el Manto. Marieli sonríe y le pide que cuide a la Yalorde como si fuera ella misma.

El 18 de marzo de 2022, Yasniel tiene que bailar un tambor. Como subidor de santo le han puesto un plato con dos velas, dos cocos, y 2.500 pesos a su Oshún, pidiéndole licencia para que baje en el añá. Mientras Yasniel, en La Habana, se baña y se acicala, la realidad en Bejucal es de todo menos festiva.

El Faña no ha descansado. Toda la madrugada estuvo en el policlínico con su esposa. Llegando el amanecer, Marieli le dijo que lo amaría siempre, donde sea que estuviera. Tomó su mano y partió al mundo de la verdad. El Faña colapsó y quiso arremeter contra médicos y enfermeras. Quiso tener delante a Dios o al Diablo para golpearlo. Lloró hasta el sueño, se empastilló y se hizo algunas cortadas.

Mientras Yasniel se baña, el Faña duerme. Mientras Oshún está tomando el cuerpo de la Yalorde, el Faña está marcando un teléfono. Le piden que llame más tarde.

Luego de la conversación telefónica de la tarde, la Yalorde coge una A9 hasta Santiago de Las Vegas, y le paga 300 pesos a un chofer para que la adelante hasta Bejucal. Yasniel jamás ha ido allí, pero sabe que está destinado a encontrar al Faña.

Llega de madrugada y un maricón del pueblo le hace “la pala” en el parque para que los hombres que la están mirando sepan que no está sola. Una hora más tarde, siente que le tiran besos a lo lejos. Su corazón se acelera. El Faña tiene tatuado en el cuello una boca que besa, probablemente la de su negra. En la prisión, las pocas veces que le hacía una seña, nunca chifló o la llamó por su nombre, siempre le repetía ese sonido.

A lo lejos la negra distingue el cuerpo de Ignacio y siente que es lo suficientemente mujer como para que su hombre no la haya olvidado. Se acercan y no hablan, no saben manejar el momento.

“Camina, es pa’ allá”, dice el Faña. Y van en total silencio hasta la casa, recordando los intensos tres meses del Centro Penitenciario Jóvenes de Occidente. La Yalorde no habla nada. El Faña sí: “Te dije que iba a ir por ti cuando saliera en libertad”.

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Enviada mundial de EEUU para los derechos LGBTQ+ e intersexuales interviene en conferencia en CDMX

Jessica Stern dio discurso el 20 de julio

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The New Gay Times es el socio mediático del Washington Blade en México. Se publicó esta traducción del texto original el 24 de julio. Este artículo fue publicado originalmente en inglés por el Blade el 20 de julio.

CIUDAD DE MÉXICO — La enviada especial de Estados Unidos para la promoción de los derechos LGBTQ e intersexuales en el extranjero afirmó el jueves que los políticos de todo el mundo se dirigen a las personas LGBTQ e intersexuales como una forma de “distraer” de sus propios fracasos de gobierno.

Jessica Stern habló en la apertura de la Conferencia de Líderes Políticos LGBTI de las Américas y el Caribe en la Ciudad de México que el Instituto LGBTQ+ Victory co-organizó con grupos de defensa de México, Colombia, República Dominicana, Perú, Honduras y Brasil.

Volvió a condenar la Ley contra la Homosexualidad de Uganda que el presidente Yoweri Museveni firmó en mayo.

La ley contiene una disposición sobre la pena de muerte por “homosexualidad agravada” y penaliza la “promoción de la homosexualidad” con hasta 20 años de cárcel.

“Se podría argumentar que una reunión como ésta podría calificarse de promoción de la homosexualidad y que todos podríamos ser considerados penalmente responsables por estar hoy en esta sala de conferencias”, dijo Stern.

“[La Ley contra la Homosexualidad] incluye una cláusula de obligación de denunciar que requeriría a médicos, propietarios e incluso familiares a denunciar a cualquier persona de la que tengan motivos para sospechar que es homosexual, lo que básicamente crea un estado de vigilancia para todas las personas LGBTIQ+ por el simple hecho de serlo”, añadió.

“El objetivo es distraer la atención de problemas acuciantes como la corrupción, la pobreza y el cambio climático, que no tienen fácil solución”.

Stern dijo que la Ley contra la Homosexualidad y leyes similares en todo el mundo contienen disposiciones que “son intencionadas y explícitamente vagas porque el objetivo no es mantener a nadie a salvo de las personas LGBTQI+”. Stern añadió que los políticos utilizan la incitación al odio, el chantaje, la extorsión y la violencia para atacar a las personas LGBTQ e intersexuales y convertirlas en “hombres del saco”.

“Convertir a las personas LGBTIQ+ en chivos expiatorios tiene consecuencias reales”.

“El objetivo es distraer la atención de problemas acuciantes como la corrupción, la pobreza y el cambio climático, que no tienen fácil solución”, afirmó. “Convertir a las personas LGBTIQ+ en chivos expiatorios tiene consecuencias reales. Convertir a todo un grupo de personas en una amenaza para la sociedad no es sólo una forma útil de manipular a una población nacional, en un mundo conectado a través de las redes sociales las amenazas hacen metástasis a nivel regional y global”.

En su discurso, Stern citó estadísticas de Human Rights Watch que indican que se han presentado más de 500 proyectos de ley anti-LGBTQ en las legislaturas estatales de Estados Unidos en 2023, y casi la mitad de ellos se dirigen específicamente a las personas transgénero y no binarias. Stern señaló que los legisladores estatales han aprobado 70 de ellos: Quince prohíben la atención de afirmación de género para menores, cuatro “censuran” los programas escolares y dos “apuntan a las actuaciones de drag”.

“Es una tragedia absoluta”, afirmó Stern.

“La verdad es que Estados Unidos no está solo en estos ataques anti-LGBTIQ+”, añadió.

Stern señaló que Thalía Rodríguez, una destacada activista trans, es una de las 32 personas LGBTQ o intersexuales que fueron asesinadas en Honduras en los primeros 10 meses de 2022. Stern también hizo referencia a las estadísticas de Colombia Diversa, un grupo colombiano de derechos LGBTQ e intersexuales, que indican que 41 personas LGBTQ+ e intersexuales -seis de las cuales eran activistas- fueron asesinadas en el país sudamericano entre enero y agosto de 2021.

“Esto es completamente inaceptable, y por eso nos reunimos en salas como esta”, dijo Stern.

En su discurso, Stern también destacó los avances en materia de derechos de las personas LGBTQ e intersexuales en América y el Caribe.

Señaló que Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves y Barbados despenalizaron las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo en 2022. Stern señaló que el Tribunal Supremo de Brasil dictaminó en 2021 que una ley que pretende combatir la violencia doméstica y de género “debe ser válida para todas las mujeres trans.”

Stern también se refirió a los 20 estados mexicanos que ahora permiten a las personas actualizar sus nombres y marcadores de género “a través de un simple proceso administrativo”.

“Esta región está dando un ejemplo que está inspirando a otros en todo el mundo”, dijo.

El presidente Joe Biden firmó en 2021 un memorando por el que Estados Unidos se comprometía a promover los derechos de las personas LGBTQ e intersexuales en el extranjero como parte de la política exterior general de su administración. Estos esfuerzos incluyen el apoyo al matrimonio igualitario en países donde los activistas dicen que es posible a través de la legislación o el proceso judicial.

Estados Unidos ha impuesto restricciones de visado a funcionarios ugandeses después de que Museveni firmara la Ley contra la Homosexualidad de su país.

En su discurso, Stern afirmó que la administración Biden-Harris se ha comprometido a combatir las llamadas terapias de conversión en Estados Unidos y en todo el mundo. Stern también señaló que el Fondo Mundial para la Igualdad, una iniciativa liderada por Estados Unidos que busca promover los derechos LGBTQ e intersexuales en todo el mundo, ha entregado más de 115 millones de dólares a beneficiarios en más de 100 países desde 2011.

“Eso no sería posible sin la colaboración de muchos gobiernos de esta región”, dijo.

Stern también señaló que es la mujer lesbiana de más alto rango en el Departamento de Estado.

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Discriminan a maestra de Estados Unidos en Honduras por las mentiras sobre la ‘ideología de género’

Maestros estadounidenses se aliaron en favor de su compañera

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(Foto cortesía de Reportar sin Miedo)

Reportar sin Miedo es el socio mediático del Washington Blade en Honduras. Esta nota salió en su sitio web el 27 de febrero.

TEGUCIGALPA, Honduras — La foto se volvió viral en cuestión de minutos. En la imagen, una bandera inclusiva cuelga de la pared junto a la maestra que está dando clases en la Escuela Internacional Sampedrana (EIS). Un estudiante compartió la fotografía en sus grupos de mensajería el martes 22. Un día después, madres escandalizadas crearon varias salas privadas de WhatsApp para pedir a la escuela que dejaran de “adoctrinar a sus hijos” con la “ideología de género”.

Al menos 700 personas ya eran parte del grupo “a favor de la familia de la EIS” el viernes 25. El grupo se describe en su perfil como “papás de EIS que luchan por nuestros valores morales con el fin de trabajar con las autoridades de la escuela para evitar que la ideología de género se filtre en nuestra comunidad educativa”.

La foto no solo se hizo viral en San Pedro Sula, sino que pasó por Tegucigalpa y llegó a la propia Washington DC. Al mismo tiempo, en la “Inter” se formaron pequeños grupos de madres de familia que comenzaron a cuestionar la identidad y orientación de género de la maestra estadounidense.

Entretanto, otras personas exigieron a la EIS que quitaran la bandera inclusiva de la pared del aula. “Qué tristeza ver esto en la escuela”, escribió en el chat de WhatsApp una madre indignada que es pariente de un exalcalde de San Pedro Sula por el Partido Nacional.

No sólo se armaron grupos discriminatorios en la escuela más cara de San Pedro Sula que además se halla entre las diez más “exclusivas” de Honduras. También se alzaron voces a favor de la docente, considerada una de las mejores del centro educativo por su profesionalidad.

Los demás maestros estadounidenses de la EIS, junto con varios colegas hondureños, se aliaron en favor de su compañera discriminada. Si la tocan, nos vamos a pronunciar, aseguraron los defensores de la docente, quienes al mismo tiempo se preguntaban qué delito es tener una bandera LGBTIQ+. 

Reportar sin Miedo obtuvo capturas de los comentarios contra la maestra estadounidense gracias a la denuncia y la documentación presentada ante nuestro medio por un familiar que tiene parientes en la EIS. Reportar sin Miedo verificó de forma independiente la autenticidad de la información y contrastó el contenido cruzándolo con otras bases de datos.

Nuestras fuentes mostraron la preocupación dentro y fuera de la escuela por este acto de “persecución, discriminación y de verdadera ignorancia lo que han hecho contra la docente”. 

Reportar sin Miedo contactó por llamada y mensaje a Pamela Blanco de Vaquero, representante legal de la EIS, pero no quiso contestar nuestras preguntas sobre el caso. Vaquero, del bufete Vaquero Blanco y esposa del ministro de Gobernación Tomás Vaquero, solo dejó en visto nuestros mensajes de WhatsApp. 

También buscamos la reacción de la rectora de la escuela, Gina Larach, quien dijo que no podía contestar en ese momento y que la llamáramos el lunes. La llamamos ese día, pero tampoco contestó.

Otra fuente independiente dijo a Reportar sin Miedo que la EIS apoyó a la maestra al haber tomado una posición basada en derechos humanos de acuerdo con sus principios y valores.

Apegado a su código de ética, Reportar sin Miedo decidió no reproducir la imagen ni el nombre de la maestra discriminada para no continuar alimentando el morbo y el sensacionalismo.

La reacción contra la docente es parte de los ataques dirigidos contra el gobierno de Xiomara Castro en cuanto se supo que planea añadir la educación sexual al currículo de las escuelas de Honduras. 

Los grupos conservadores en la EIS se lanzaron de inmediato en defensa de lo que consideran “moralidad cristiana” y “buenas costumbres”.

“Es sumamente preocupante dejar avanzar este tipo de campañas y que se instalen en el imaginario de los padres de familia. Si esto pasa en las escuelas privadas, donde ha habido más vinculación con derechos humanos, ¿qué pasará cuando se empiece a implementar la educación sexual integral en las escuelas públicas donde los padres de familia tienen menos herramientas y son más fáciles de influenciar por grupos conservadores?”, dijo la especialista en género Vanessa Siliezar.

Pero ¿de qué hablaron los padres y madres en WhatsApp? 

Qué dijeron en el chat 

En sus salas de chat y otras redes de apoyo y comunicación, los padres de familia de la EIS pertenecientes a las élites de la ciudad del norte de Honduras afianzaron su posición contra la supuesta “ideología de género”. 

“De qué sirve que quiten banderas o similares si hay personas que educan a nuestros hijos con esas ideologías”, escribió una persona en el chat privado.

“Los padres de la EIS han hecho un grupo para estar en contra de la diversidad de género. Al parecer los maestros hacen uso de banderas alusivas a la inclusión y ellos están en contra. Sembrando odio y despecho en los alumnos”, comentó alguien más.

Luego de contactarse con varias escuelas que sostienen la misma postura conservadora, aseguraron tener un documento que presentarán ante el Gobierno en contra de la nueva currícula académica. 

“Pero la escuela no contrató a este personal por imposición del gobierno, ¿verdad? El gobierno hasta ahorita no puede obligar a nada”, argumentó un participante del grupo.

“Nadie está obligado a tomar iniciativas o políticas que estimulen o desarrollen la aceptación, integración de esas preferencias sexuales”, mencionó otro.

“Creo que hay que respetar la opinión y gustos de la maestra, no siento que hay que tener algo en contra de ella o su imagen. Pero sí que deje esas ideologías fuera de los portones de la escuela”, publicó alguien más.

En el chat se discutió la existencia de un documento llamado “Caballo de Troya”, redactado por otra escuela sampedrana de renombre y firmado supuestamente por 120 centros de enseñanza que rechazan el nuevo plan educativo.

No obstante, este grupo de padres de familia de la EIS mostraron malestar debido a que dicha institución no tomaba partido del escrito que han estado redactando desde hace más de cuatro semanas.

“Se debe respetar a la persona y su manera de pensar, pero hacerle ver la postura de la EIS en referencia al tema y la preocupación de nosotros como padres de familia, no es correcto señalar de manera personal”, exigió un participante en el grupo.

“Está bien respetar los “gustos” de los demás, pero, cuando es una maestra, todo cambia porque estas personas sirven de ejemplo a nuestros hijos y aunque se les prohíba promover el tema su forma de hablar y comportarse, sí puede influir en nuestros niños”, dijo otra persona.

“Este tema es universal, del cual no podemos hacernos ciegos, pero la escuela es la segunda casa de nuestros hijos y se está haciendo de ojos cerrados por sus intereses sobre este tema tan importante. Así como no permiten algunas cosas, esto también deberían no permitirlo”, señaló un indignado.

“La junta está haciendo esfuerzos para lidiar con esto. Es un ataque directo a la familia como la conocemos. los maestros no pueden influenciar sobre nuestros hijos sus propias creencias”, afirmó otro familiar.

“No es tan fácil desde un punto de vista legal, de los derechos humanos. La escuela legalmente no puede ampararse en la religión. Por eso lo mejor es pedir que nos den una charla o explicación para disipar dudas. En mi casa puedo decir acá no se hace esto y punto, pero en un centro educativo no es así de fácil. Es de usar las palabras correctas que no perjudiquen legalmente a la escuela ni asusten a futuros maestros o que se dé pie a que nos quiten el derecho al diploma de high school”, opinó otro miembro del chat.

“Ayer solucionó la escuela de forma inmediata lo de las banderas. Lo que se hizo después fue trabajar en un escrito para que todos los preocupados con el tema pusiéramos firmas. Así se enviaba a la directiva y pudiera formar parte del apoyo a nivel nacional para presentarse al Ministerio educativo y luchar por el futuro de nuestros hijos”, escribió un participante del grupo.

Cabe destacar que la EIS es una institución laica que durante décadas ha contratado a docentes y profesionales de educación en varias interseccionalidades y de varias nacionalidades.

Si los ataques contra la maestra estadounidense han levantado tanta polémica es porque forman parte de una campaña más grande que desde hace varios años está poniendo en la mira la supuesta “ideología de género”.  

Todo comenzó en 2022 con la llegada al poder de la presidenta Xiomara Castro.

Imagen de afuera de la Escuela Internacional Sampedrana (EIS) ubicada en San Pedro Sula. (Foto de Leonela Paz por Reportar sin Miedo)

La ‘ideología de género’ y sus tácticas de desinformación

El caso de la maestra discriminada en la Escuela Internacional Sampedrana es producto de una campaña promovida por grupos antiderechos que comenzó desde que Xiomara Castro llegó al poder en enero de 2022, según analistas.

Esta estrategia de los antiderechos ha tenido varios “momentos cumbres”. La campaña que combate una supuesta “ideología de género” saltó de nuevo a los medios de comunicación masivos en noviembre de 2022, documentó Criterio.hn. En esa fecha, la Secretaría de Educación anunció que iba a lanzar una nueva malla curricular para que los niños y niñas aprendan la importancia de la equidad de género.

Uno de los resultados a corto y largo plazo de la nueva malla es reducir la violencia machista en Honduras. También busca ofrecer Educación Sexual Integral (ESI) a la población estudiantil, tema que todavía no ha sido decidido en el Congreso Nacional.  La campaña  asegura que se enfrenta a una llamada “ideología de género”, la cual no existe, según expertos como Jessica Isla, porque fue creada por grupos conservadores para perpetuar el odio y la discriminación.

¿Qué es el discurso de odio? En el lenguaje común, la expresión “discurso de odio” hace referencia a un discurso ofensivo dirigido a un grupo o individuo y que se basa en características inherentes (como son la raza, la religión o el género) y que puede poner en peligro la paz social.

Algo parecido piensa el sociólogo Sergio Bahr: “La ideología de género no existe. Existe enfoque de género y lo llaman ideología de género para tratar justamente de quitarle valor, minimizarlo y quitarle validez”.

La estrategia ha tenido como voceros a líderes de grupos religiosos fundamentalistas, como el pastor evangélico Roy Santos, quien es amigo íntimo del expresidente Juan Orlando Hernández. El exmandatario está preso en Estados Unidos en espera del juicio en su contra por supuestos delitos de narcotráfico. 

Entre los promotores de la campaña se hallan también varios miembros del Partido Nacional (PN), como Tomás Zambrano, jefe de bancada del Poder Legislativo. Durante la elección de la Corte Suprema de Justicia el 16 de febrero, Zambrano pronunció un discurso de odio contra las mujeres y las personas LGBTIQ+. 

“Ya no podrán legalizar lo que es el aborto desde la Corte Suprema”, dijo Zambrano mientras agitaba la Constitución de Honduras con gesto amenazante. “El Partido Nacional con muchos de ustedes hace dos años blindamos la vida, dejamos prohibidas todas las formas del aborto”. 

El jefe de bancada del PN se refirió de esa forma a que la Corte Suprema quedó en manos de tres partidos políticos: Libertad y Refundación con seis magistrados, el Partido Nacional con cinco y el Liberal, cuatro.  

El segundo “momento cumbre” de la campaña de odio se produjo el 22 de febrero, Miércoles de Ceniza. 

Ese día sagrado para el catolicismo, los diarios tradicionales La Prensa y El Heraldo reprodujeron la conferencia del “psicoterapeuta” italiano Paolo Pellegrino.

¿Quién pagó el viaje de Pellegrino a San Pedro Sula? 

Todavía no lo sabemos.  

El ‘experto’ que vino de Italia

“Deben cuidar a sus hijos ante la ideología de género” fue el titular que La Prensa publicó sobre la conferencia que el “experto” italiano Paolo Pellegrino dio en San Pedro Sula.

“Regresa la época medieval, el oscurantismo, la imposición del dogma sobre la libertad humana. La academia debería ser santuario de respeto a la diversidad. Lamentable que la UTH promueva semejante retroceso”, escribió la activista Gabriela Blen sobre la charla de Pellegrino.

El italiano que aterrizó en San Pedro Sula se promociona como profesor de una prestigiosa universidad de Roma. En Honduras se presentó ante 500 padres del norte de Honduras para recomendarles “no dejar en manos de promotores de ideología de género la educación de los hijos”, según los medios de Grupo Opsa que tienen al frente al empresario Jorge Canahuati. 

Para el sociólogo Sergio Bahr, los artículos de La Prensa y El Heraldo sobre Pellegrino y sobre la supuesta “ideología de género” son “tendenciosos y malintencionados”. 

Fue malintencionado, sobre todo, “ponerlo en portada cuando algo de género en portada es una decisión política que tiene que ver con el gobierno de Xiomara Castro”, señala Bahr. 

“Tiene que ver con una toma de partido de esos medios abiertamente a favor de los intereses de los movimientos ultraconservadores y su discurso”.

El sociólogo y experto en masculinidades agrega que el término “ideología de género” fue inventado “por propagandistas de la extrema derecha norteamericana hace muchos años como una forma de espantar a la gente porque al llamarlo ideología tratan de quitarle validez académica intelectual de reflexión y de análisis que tiene el enfoque de género”.

Siembran la semilla del miedo 

“Si los homosexuales quieren estudio, que el Gobierno les coloque institutos, trabajos solo para ellos, que se gradúen allí solo ese tipo de gente, pero que no vengan a envenenar a nuestros hijos. Doña Xiomara que les dé dónde graduarse, que estudien pero no donde están nuestros hijos y venir a confundirlo todo”.

Opiniones como esta, aparecida en el chat de los padres y madres de la Escuela Internacional Sampedrana, son las que “siembran el miedo”, según la especialista en género Vanessa Siliezar. 

Los grupos conservadores de Honduras propagan esta clase de ideas antiderechos. A través de los medios tradicionales masivos del país y con apoyo del fundamentalismo religioso, esperan que más gente se una a las campañas de odio.   

“Han puesto en el imaginario colectivo algo que no existe”, dice Vanessa Siliezar, quien es también directora de la Unidad de Desarrollo de la Mujer y la Familia (Udimuf). “La ideología de género no existe es una manera peyorativa de denominar al feminismo y a todo lo que esto implica, libertad e igualdad, no discriminación, una apuesta política por la igualdad de oportunidades”. 

Las campañas de odio, agrega Siliezar, tratan de evitar que se propaguen las ideas de libertad de educación e información sobre educación sexual integral. 

“Eso es puro miedo”, afirma.

“Los grupos conservadores plantan la semilla del miedo y esta se reproduce y perpetúa fácilmente, en especial en países con un grado de educación tan bajo como este”.

Mientras arde la polémica sobre la “ideología de género”, uno de cada cuatro partos en Honduras es de una menor de 19 años. Somos el segundo país latinoamericano con más embarazos en adolescentes, con 140 nacimientos por cada mil mujeres, según la UNFPA. La tasa de embarazo en niñas de 10-14 años en Honduras es de cuatro, según la segunda encuesta nacional de demografía y salud de 2019.

Espera nuestra próxima nota: “De la ideología de género al Estado laico”.Si tienes más denuncias escríbenos a [email protected] 

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Indocumentadas en Honduras: la realidad de las personas trans (parte II)

Activistas hacen la diferencia en un entorno plagado de riesgos

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Angie Martínez en Honduras (Foto de Dunia Orellana)

SAN MANUEL/SAN PEDRO SULA, Honduras — “Nosotras no contamos con muchos servicios que son esenciales como mujeres trans”, recalca Angie Orellana. Uno de ellos es la salud, la cual es un derecho vital para cualquier ser humano. Desafortunadamente, los entes gubernamentales han segregado a la población trans, dejándola sin atención o discriminándola al brindarle este servicio.

Hasta este momento solo hay un protocolo desarrollado para brindar asistencia a las personas LGBTIQ+, la llamada Guía 06:2016, que socializa cómo “proveer servicios de salud libres de estigma y discriminación a personas trans e intersexuales trabajadores y trabajadoras sexuales, hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y personas con VIH”.

Más allá de esta, las personas trans no tienen nada que las ampare y constantemente se ven enfrentadas a escenas de discriminación, humillación o negación de servicios por su género dentro de instituciones estatales. Cabe resaltar que en Honduras alrededor del 70 por ciento de la población se encuentra en situación de pobreza y en 2021 la pobreza extrema aumentó en un 44 por ciento, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Sumado a esto, la casi imposible obtención de empleos bien remunerados debido a la discriminación por parte de una sociedad que las rechaza. Según el Centro de Documentación y Situación Trans de América Latina y el Caribe, las clasificaciones de empleo son las siguientes: trabajadoras sexuales, el 42 por ciento del total, el 34 por ciento son trabajadoras formales, el 5 por ciento son activistas y el 7 por ciento trabajadoras informales.

Al respecto, Angie señala que este escenario obliga a muchas personas trans a migrar de forma irregular a países como Estados Unidos, donde su expresión de género no es un impedimento para obtener un empleo digno, acceder a educación y un servicio de salud integral.

Forzadas a cambiar de vida

En Estados Unidos, se encuentra Aneiry Zapata, hondureña de 26 años de edad, refugiada desde hace siete, huyendo de la violencia y discriminación a la que estaba expuesta solo por su expresión de género.

La hija de padres indocumentados, actualmente se desempeña como activista de derechos humanos en BLMP en la coordinación del Comité Garífuna, brindando servicios a migrantes recién llegados al país anglosajón para que obtengan servicios de salud, refugio y alimentación luego de su travesía.

“Honduras me trató muy mal”, dice al continuar su relato con un semblante serio, un tono de voz seguro y con ojos totalmente expresivos. Comparte que aunque sabe que en algún momento tiene que volver a Honduras, no quiere.

Aneiry y Angie comparten la pasión por la educación. Antes de migrar, la activista se dedicaba a la docencia, sin embargo, aún los niños de los cuales era maestra la insultaban llamándola con pronombres masculinos y usando términos homofóbicos argumentando que sus padres la nombraban de esa manera.

Al consultarle acerca del cambio de nombre, Aneiry comenta que es una situación bastante frustrante dado a que fue capaz de cambiar su nombre en Estados Unidos, no obstante sabe que si regresa a Honduras esto no tendrá validez porque el cambio de nombre todavía no inicia por lo que la llamarán por su nombre muerto.

Mientras la activista relataba su travesía menciona que este año una asesora de la Secretaría de Desarrollo Social la contactó para decirle que deseaban que ella se convirtiera en la primera persona en el extranjero quien hiciera el proceso del cambio de nombre.

Agregando que si accedía debía de realizar una campaña en redes sociales mencionando el apoyo del Gobierno, por lo cuál se negó a participar, para no traicionar a las otras personas trans que han luchado y que continúan en el país.

El 27 de octubre del 2022 el subdirector nacional de Derechos Humanos y Litigios Internacionales, Olbin Mejía Cambar, informó que “el Registro Nacional de las Personas solicitó a la Organización de Estados Americanos (OEA) la asistencia técnica para la adecuación de la normativa nacional” y que así se proceda con el cambio de nombre.

Según este “El Estado adoptará un procedimiento para el reconocimiento de la identidad de género que permita a las personas adecuar sus datos de identidad, en los documentos de identidad y en los registros públicos”, pero no se tiene un tiempo estimado para la finalización de dicho proceso.

Con una historia similar, encontramos a Kendra Jordany, originaria de San Pedro Sula, activista de derechos humanos quién trabajó en pro de los derechos LGBTIQ+ con diferentes organizaciones no gubernamentales incluída Médico Sin Fronteras, donde manejaba temáticas de VIH y La clínica “Puertas Abiertas” para la atención de la población diversa.

Kendra Jordany, activista trans actualmente residiendo en el extranjero por falta de oportunidades laborales. (Foto de Dunia Orellana)

Sin embargo, luego de finalizar su relación laboral con dicha organización, decidió emigrar para tener una mejor calidad de vida de la que lamentablemente no gozaría en Honduras. Por falta de oportunidades.

En junio de 2022, el Programa de Universalización de la Identidad Civil en las Américas (PUICA) de la OEA, presentó un diagnóstico para identificar los principales retos para el cumplimiento de dicho punto. A partir de esto, el RNP con el apoyo de diferentes instituciones como CONADEH, la Secretaría de Derechos Humanos (SEDH) y la PGR, están construyendo una propuesta de reformas para garantizar el reconocimiento de la identidad de género de las personas trans en Honduras.

Un sistema de salud obsoleto

Doctor Dylan Duarte durante su entrevista en Tegucigalpa.(Foto de Fátima Romero).

En Tegucigalpa, capital del país, reside el doctor y activista Dylan Duarte. A sus 32 años de edad, labora con la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y se ha convertido en la primera persona trans en ser reconocida por el gobierno con su identidad y expresión de género en las identificaciones oficiales.

“Esos avances, por minúsculos que parezcan en un país con el contexto de Honduras, son algo”, dice. Con los rayos del sol reflejándose en su camisa blanca, procede a darnos su testimonio con semblante tranquilo y el tono de voz apacible que lo caracteriza.

En la Secretaría de Salud no existe un protocolo de atención integral en salud para personas LGBTIQ+, tampoco hay médicos especialistas en endocrinología que puedan trabajar la etapa de reemplazo hormonal. 

“Hemos visitado a algunos, pero nos han cerrado las puertas. Influye muchísimo la religión y hacen uso de la ‘objeción de conciencia’ para no tratar a una persona. Al final, viene siendo una negligencia. Negar la salud a una persona, por su identidad de género, es violencia”, dice Duarte.

Según Dylan, la presidenta Xiomara Castro tiene una postura positiva en pro de las personas de la comunidad LGBTIQ+, “no significa que esto pase en todas las instituciones. Entonces debe existir un protocolo que nos obligue a sensibilizarlos y educarnos en diversidad sexual y que sea obligatorio para todas las personas que formamos parte del Estado, que somos funcionarios públicos como tal”.

Dylan en las calles de Tegucigalpa en Octubre de 2022. (Foto de Fátima Romero)

”Yo soy una persona trans que buscó asistencia médica con cirujanos para poder realizarme una operación dentro del país. Recibí muchos rechazos con respecto a eso”, comenta Duarte.

Como el caso de Dylan, existen cientos de historias que evidencian la decadencia de un sistema saqueado y obsoleto. Muchas han sufrido malas experiencias durante sus citas médicas, desde el personal dirigiéndose a ellas con su nombre muerto o pronombre equivocado hasta la falta de explicaciones claras sobre sus diagnósticos.

Otro aspecto de violencia se vive con los procesos de donación de sangre. Al consultar con la Secretaría de Salud cuáles son los requisitos, se enumeran doce puntos para asegurar la sanidad del paciente. Sin embargo, aunque una persona LGBTIQ+ esté sana, con mucha frecuencia se le impide donar sangre.

Angie resalta que las luchas en el presente son muy importantes para que las personas que vengan en el futuro tengan las armas necesarias para seguir luchando en pro de sus derechos.

Mientras cae la tarde, Angie derrocha más energía, se balancea en su hamaca, continúa  relatando sus pasiones de lucha y se abre paso para contar más de su familia. Actualmente tiene pareja y un sobrino de nueve años al que considera su hijo, pues se ha encargado de criarlo desde que este tenía dos años de edad.

Angie Martínez junto a su sobrino y padre en su casa de Tacamiche. (Foto de Dunia Orellana)

Su semblante se entristece al revelar que al principio quiso desistir de la crianza de su sobrino debido a las críticas y los malos comentarios que se podían dar, pero su amor por el pequeño fue más grande y decidió que les demostraría que podía cuidarlo y educarlo siendo una mujer trans.

La cruda realidad

Mónica Martínez, abogada de ejercicio independiente en su oficina en La Ceiba. (Foto de Dunia Orellana)

En La Ceiba, en la costa norte de Honduras, Mónica Martínez, abogada penalista quien ejerce de manera independiente y ha luchado en contra del sistema para lograr el respeto o reconocimiento en su trayectoría profesional. Recientemente tuvo una victoria a nivel personal cuando, al realizar el papeleo de caso, el juez le preguntó “¿cómo le gusta que la llamen?” para así poder incluirlo en los documentos.

Mónica reconoce que estos son pequeños avances que marcan una diferencia. Según la ceibeña, tanto el proceso de cambio de nombre como la ley de identidad de género tomarán algunos años más para concretarse completamente, pero alienta a sus compañeras a unirse para mantenerse informadas y poder esparcir la información correcta.

En cuanto a los retos que enfrentan las personas trans en Honduras, indica que se mantienen invisibilizadas debido a la discriminación, el estigma y la falta de voluntad política para crear una ley de identidad de género o al menos permitirles cambiar su nombre en el Registro Nacional de las Personas (RNP).

Desde hace ocho años, los grupos defensores LGBTIQ+ desarrollan un borrador de una ley de identidad de género integral que garantice el goce de derechos de las personas trans. “Hay que reconocer que se han dado avances, pero que falta muchísimo más”, comparte Allyson Hernández.

Allyson Hernández, activista LGBTIQ+ impartiendo clases de transfeminismo. (Foto de Dunia Orellana)

“Esto es algo que me ha venido afectando durante toda mi vida. Aquí donde me ves, sé de enfermería, conozco de mecánica industrial, conozco de computación y nunca pude ejercer ninguno de mis oficios ni mi carrera por esa limitante, por la discriminación”, expresa Angie.

Esta situación evita que puedan acceder a educación, servicios de salud y justicia, orillándolas en muchos casos a ejercer el trabajo sexual, “expuestas a la violencia y abusos que hay en las calles” e impidiéndoles disfrutar plenamente de su identidad de género en su propio país.

“Ni siquiera tenemos protocolos de atención especializada, somos discriminadas en los espacios educativos, no contamos con oportunidad de trabajo y siempre hemos tenido falta de respuesta por parte de los servidores públicos al momento que interponemos una denuncia”, dice la originaria de San Manuel.

En gran parte de casos, cuando una persona trans es asesinada, el tratamiento e investigación no llegan a resultado alguno. Los casos quedan engavetados y no se identifica a los culpables. 

Dentro de las medidas de reparación en el caso Vicky versus Honduras se pueden destacar tres para refuerzo de los sistemas judicial, policial y penal: “1) crear e implementar un plan de capacitación permanente para agentes de los cuerpos de seguridad del Estado, 2) adoptar un protocolo de investigación y administración de justicia durante los procesos penales para casos de personas LGBTI víctimas de violencia y 3) diseñar e implementar un sistema de recopilación de datos y cifras vinculadas a los casos de violencia contra las personas LGBTI”.

Diferentes organizaciones LGBTIQ+ han confirmado que ya ha habido un acercamiento de parte de entidades policiales y de investigación para realizar consultas y establecer parámetros que sirvan para cumplir lo solicitado por la Corte IDH. Es un paso necesario dado que los cuerpos estatales ni siquiera cuentan con cifras que contabilicen a la comunidad dividida en sus diferentes interseccionalidades.

Por otro lado, el encargado del censo poblacional del Instituto Nacional de Estadística, Mario Roberto Padilla, declaró que están en la fase de planificación para el nuevo censo y que, aunque no saben qué clasificaciones incluirá la boleta del censo, se sentarán con la población LGBTIQ+ para saber cuáles son las necesidades que deben incluirse.

Si se incluye el censo LGBTIQ+, será un gran avance y también se estaría dando cumplimiento a la sentencia de Vicky Hernández donde se solicita establecer un mecanismo de recolección de cifras con las diferentes interseccionalidades del espectro diverso, facilitando el acceso a la información.

Al momento de hacer solicitudes de información pública a los entes encargados se encuentran dos escenarios. Se cuenta con información dividida en las interseccionalidades más conocidas como homosexual, lesbiana y transexual, pero las cifras actualizadas no están actualizadas y no reflejan la realidad de las personas diversas.

La segunda es que las instituciones ni siquiera tienen los diferentes apartados que muestran las interseccionalidades del amplio espectro de la población LGBTIQ+, lo cual causa una crisis que invisibiliza a una población vulnerable que necesita antecedentes para poder sustentar sus luchas.

Un sistema que no provee seguridad ni justicia

Según el observatorio de muertes violentas de Cattrachas, en lo que va de 2022, uno de los años más violentos para la comunidad diversa, el observatorio de la Red Lésbica Cattrachas contabiliza que unas 432 personas diversas han muerto de forma violenta en Honduras desde 2009 y que, de estas, 128 son personas transexuales.

Mientras tanto, la Secretaría de Seguridad solamente posee cifras desde 2018 y hasta el 20 de septiembre de 2022 solo tenían registradas 39 muertes LGBTI+. De estas, 34 han sido por homicidio, una natural, dos por suicidio y dos indeterminadas. Cifras que difieren mucho de las del observatorio de Cattrachas.

Una de estas muertes violentas es la de Soad, una mujer trans en situación de calle que vivía en un microbús al lado de una estación policial y fue asesinada a mediados de este año, pese a haber interpuesto tres denuncias por amenazas.

Al respecto, el presidente del Comité LGTBI+ del Valle de Sula, Osman Lara, reveló que, tras la muerte de Soad, miembros del comité se presentaron ante el Ministerio Público para preguntar por qué no se le brindó protección a su compañera, a pesar de las tres denuncias.

Osman Lara, presidente del Comité LGBTIQ+ del Valle de Sula. (Foto de Telma Quiróz)

Lara indicó que desde el MP argumentaron no haber recibido denuncias, pero al llevar las pruebas documentales “no supieron cómo responder”.

Agregó que lamenta que, a un año y ocho meses de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de Vicky Hernández contra el Estado de Honduras, falte voluntad de las autoridades para cumplir con las medidas de reparación, tales como permitir a las personas trans cambiar su nombre en el RNP.

Lo mismo opina Angie. Manifiesta que las personas diversas confiaron en las promesas de campaña de la presidenta Xiomara Castro, quien, a su criterio, “ha tenido poca participación pública” y no ha hecho esfuerzos por cumplir con las demás medidas compensatorias.

En el discurso de la toma de posesión, la presidenta Castro hizo reconocimiento público de las personas LGBTIQ+, acto histórico, pues ningún otro presidente lo había hecho. No obstante, los grupos de oposición avivaron el odio en contra de la diversidad durante la época de las fiestas de independencia. 

El 29 de agosto de 2022, la Asociación de Pastores de Tegucigalpa publicó un comunicado por “ataques a los principios y valores cívicos”, declarando que estaban en desacuerdo con que la comunidad LGBTIQ+ desfilara junto con la niñez y juventud en los actos de independencia. Un acto de desinformación para desacreditar a la población diversa dado que no había hecho ninguna solicitud para participar.

Carta de pastores (Captura de pantalla)

Esto llevó a una serie de ataques de odio dirigidos a las personas LGBTIQ+ en los medios de comunicación y redes sociales. Una multitud de ciudadanos enardecidos por aquellas declaraciones comenzó a reafirmar la idea de que las personas de las interseccionalidades diversas atacaban la moral y las buenas costumbres del país.

Dicha situación desató una reacción de parte de la asociación LGBTIQ+ Kukulkán, que para transgredir el sistema decidió enviar, el 8 de septiembre, una solicitud a la Secretaría de Educación para participar de los desfiles principales. Adicionalmente presentaron una denuncia por discriminación ante el Ministerio Público.

Solicitud de Kulkulkán (Captura de pantalla)

Educación negó la solicitud y la denuncia nunca escaló a otras instancias. Lo anterior es todo un esquema de desinformación de parte de tal grupo religioso dado a que las personas LGBTIQ+ han participado desde 2010 en los desfiles patrios alternos de la resistencia contra el golpe de Estado. 

Esta es la realidad que las personas trans deben afrontar en la sociedad hondureña. Constantemente se crean prejuicios en su contra en actividades que son cotidianas para las personas cisgénero. Algo que Angie viene viviendo desde hace siete años y que no parece terminar nunca.

Población trans y del resto de la diversidad presentándose ante autoridades en el desfile. (Foto de Amelian Zerón)

Angie agrega que el cambio de nombre o la implementación de una ley de identidad de género no solucionaría los problemas de las mujeres trans en el país, pero sería una luz en la lucha por sus derechos.

“Que un país como el nuestro apruebe una ley de identidad de género sería maravilloso. Vendría a disminuir los problemas que tenemos como mujeres trans, a disminuir un poquito el estigma y la discriminación que existe”, dice.

En cuanto a sus planes para el futuro, Angie quiere terminar su licenciatura en Psicología, que no pudo seguir debido a la falta de recursos y la discriminación en los establecimientos educativos.

Angie con su mascota. (Foto de Dunia Orellana)

Además continúa trabajando con el grupo de jóvenes de su comunidad. “Estoy con ganas de trabajar con este grupo, hay historias nuevas que contar y hay un trabajo nuevo que realizar. Eso es lo que me mantiene entusiasmada”, concluye.

Al cierre de esta investigación hemos conocido las historias de tres mujeres trans migrantes, una de ellas de 17 años que no pudo seguir esperando sus derechos mientras el Estado hondureño sigue obstaculizandolos. Este reportaje va para las, los y les que se fueron, que están migrando y para aquellas quienes ven la migración como su única salida para vivir y ser su verdadera yo. 

Para aquellos, aquellas y aquelles que se quedan para unirse a la lucha por la ley de identidad de género integral, el cambio de nombre, el respeto a los derechos humanos y la creación de protocolos que velen por sus vidas. Por Vicky, Angie, Allyson, Mónica, Aneiry, Kendra, Thalía, Claudia, Sofía y Dylan. Por lxs aliadxs, las organizaciones LGBTIQ+ y para todas aquellas personas que se deconstruyen a diario por una mejor Honduras que permita que las personas trans dejen de ser indocumentadas en su propio país.

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